La directora Ang¨¦lica Liddell renuncia a la escena espa?ola
La dramaturga, triunfante en Par¨ªs, denuncia el desinter¨¦s de las instituciones
El ¨²ltimo espect¨¢culo de Ang¨¦lica Liddell terminar¨¢ hoy su paso triunfal por el prestigioso Th¨¦?tre de l'Od¨¦on de Par¨ªs. Lo har¨¢ tras haber llenado la sala hasta los topes durante doce noches seguidas, con buena parte de la intelectualidad local sentada en el patio de butacas y cr¨ªticas desbordantes de elogios ¡ª¡°se le puede reprochar lo que uno quiera y pueda, salvo resultar anodina¡±, sintetiz¨® Lib¨¦ration¡ª, que la habr¨¢n terminado por convertir en uno de los platos fuertes del Festival d'Automne que ahora llega a su fin. Incluso en una de las escasas cr¨ªticas negativas, aparecida en Le Figaro, se dec¨ªa que es ¡°la m¨¢s poderosa, audaz, sincera, l¨²cida e inteligente¡± de los artistas aparecidos en los ¨²ltimos tiempos.
Pero la obra, una relectura de La violaci¨®n de Lucrecia que ha retitulado You are my destiny, no podr¨¢ verse en ning¨²n teatro espa?ol. Y no por falta de ofertas, sino por voluntad expresa de la directora, harta de los problemas de financiaci¨®n experimentados y del escaso inter¨¦s de instituciones y programadores. ¡°He llegado al tope de desprecio que uno puede soportar. La omisi¨®n deliberada ha sido sistem¨¢tica. Por primera vez en mi vida, he conocido el respeto estando en el extranjero¡±, explicaba hace unos d¨ªas en su hotel parisino. ¡°El contraste ha sido brutal y la herida ser¨¢ dif¨ªcil de curar. Ahora mismo me parece irreversible, porque me siento lesionada¡±.
La directora, dramaturga e int¨¦rprete (Figueres, 1966), ganadora del Premio Nacional de Literatura Dram¨¢tica en 2012, es una figura central del teatro espa?ol emergido en la ¨²ltima d¨¦cada, gracias a una radical propuesta esc¨¦nica que la ha llevado a explorar los l¨ªmites de lo visible y audible sobre un escenario. En sus obras, Liddell ha practicado la masturbaci¨®n, la automutilaci¨®n y el insulto al p¨²blico. Desde hace unos a?os, tambi¨¦n es una presencia constante en los m¨¢s prestigiosos escenarios europeos. En 2010, el Festival de Avi?¨®n la invit¨® a representar dos espect¨¢culos en una sola edici¨®n ¡ªLa casa de la fuerza y El a?o de Ricardo¡ª, privilegio reservado a un pu?ado de escogidos. El ¨¦xito fue apote¨®sico. ¡°Nunca hab¨ªamos o¨ªdo su nombre. Pero, desde la primera imagen, supimos que nos hab¨ªa convocado una verdadera artista¡±, dijo entonces T¨¦l¨¦rama, semanario cultural de referencia. ¡°Violenta, provocadora, imp¨²dica y blasfema, su obra hace temblar las piedras¡±, sostuvo por su parte Le Monde.
La artista, que pas¨® gorras en el Retiro y trabaj¨® seis a?os ¡°en un espect¨¢culo de chinos¡± de Port Aventura, no vio venir aquella consagraci¨®n. A pocas horas de su estreno en el Claustro de las Carmelitas, le quitaba hierro al asunto. ¡°La vida no se acaba en Avi?¨®n¡±, dijo entonces. Hoy corrige lo dicho. ¡°Estaba tan acostumbrada a los palos que no pod¨ªa imaginar una reacci¨®n as¨ª. No sab¨ªa que exist¨ªa ese respeto¡±, afirma. ¡°No ten¨ªa ninguna confianza en vivir de mi trabajo, en estar ante un p¨²blico que disfrutara as¨ª con lo que propongo. Al descubrir esa epifan¨ªa y esa comuni¨®n, le encontr¨¦ un sentido al teatro¡±.
"He llegado al tope de desprecio que uno puede soportar"
Sin embargo, no todo ha sido menosprecio en su patria. Por ejemplo, su obra Perro muerto en tintorer¨ªa triunf¨® en el Centro Dram¨¢tico Nacional en 2007. ¡°Lo que no se sabe es que, despu¨¦s de eso, me pas¨¦ un a?o sin trabajar. Tuve que irme a impartir talleres a Sudam¨¦rica. Como compa?¨ªa, nos resultaba imposible sobrevivir¡±, aclara. Y el Premio Nacional, m¨¢ximo reconocimiento del Estado, ?no le bast¨®? ¡°Me hizo gracia y lo recib¨ª contenta, como una venganza navajera contra ciertas personas. La paradoja es que, mientras me dedicaban tesis y me daban premios, mis espect¨¢culos no eran programados en ning¨²n teatro¡±.
?Se negar¨¢ a volver incluso si la llaman? ¡°Ya lo he hecho¡±, responde Liddell. Hace unos meses renunci¨® a llevar You are my destiny al Festival de Oto?o a Primavera en Madrid, pese a su ¡°agradecimiento eterno¡± al p¨²blico madrile?o y a su director art¨ªstico, Ariel Goldenberg, quien hab¨ªa programado sus obras en las ediciones anteriores. ¡°Lo lament¨¦ profundamente, pero s¨¦ que nos volveremos a encontrar¡±, relativiza Goldenberg, cuyo festival ha visto su presupuesto reducido a un tercio en los ¨²ltimos a?os.
La directora puntualiza que seguir¨¢ viviendo en Madrid y se trasladar¨¢ al extranjero cuando la ocasi¨®n lo requiera. De momento, You are my destiny seguir¨¢ girando por Europa: en 2015 se podr¨¢ ver en Valence (Francia) y ciudades de B¨¦lgica y Suiza, tras haber pasado por Italia y Croacia. En la obra, Liddell reexamina el personaje de Lucrecia y su violador, Tarquino, lejos del relato de Tito Livio y del largo poema de Shakespeare. ¡°Se ha dado una visi¨®n plana, maniquea y politizada del personaje, exaltando a esa mujer violada que se quita la vida, sin explorar el fango humano del que est¨¢n hechos los personajes, su deseo y su vida espiritual¡±, apunta Liddell, que se pasea por un escenario presidido por un palazzo veneciano de cart¨®n piedra, enfundada en una chupa de cuero y un vestido de princesa Disney. La obra surgi¨® en la ciudad italiana, escenario de ¡°un desgarro sentimental tremendo¡± que cambi¨® su vida ¡°para siempre¡±, y bebe de fuentes como el cine sovi¨¦tico, un coro ucraniano que entona la Lucrezia de Haendel ¡ªal que se cruz¨® sobre el puente de Rialto y decidi¨® integrar en la obra¡ª o la balada de Paul Anka que da t¨ªtulo a la pieza.
Tras observarla durante dos horas desnudando y fustigando a un coro de once hombres, antes de terminar ba?¨¢ndose en litros de cerveza b¨¢vara, cualquiera dir¨ªa que esta es su obra m¨¢s luminosa, como ella asegura. ¡°Es una luz rara, una luz de invierno¡±, concede. ¡°Siempre habr¨¢ en m¨ª algo relacionado con lo tenebroso. En el fondo, sigo escribiendo la misma historia desde que era una cr¨ªa". Entonces firmaba melodramas sobre ni?as embarazadas, donde todos los personajes mor¨ªan sin excepci¨®n. ¡°Es un trastorno del esp¨ªritu que viene de nacimiento, como les pasa a los psic¨®patas. Parecen tranquilos, hasta que te encuentras con los cad¨¢veres descuartizados. Los artistas tambi¨¦n parecemos normales, pero nunca te f¨ªes¡±. De momento, Espa?a quedar¨¢ privada de sus puestas en escena. ?Para siempre? ¡°No quiero decir eso, pero ahora no es el momento¡±, zanja. ¡°Tal vez volver¨¦ cuando sea vieja¡±.
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