La corrupci¨®n es un baile de dos
La tolerancia de comportamientos poco ¨¦ticos en la empresa o abiertamente delictivos est¨¢ detr¨¢s de la mayor¨ªa de los casos de corrupci¨®n que escandalizan a la sociedad
La corrupci¨®n es la segunda preocupaci¨®n de los espa?oles despu¨¦s del paro. Cuando se habla de juego sucio se asocia directamente con los pol¨ªticos. Sin embargo, siempre hay empresas detr¨¢s de estas malas pr¨¢cticas. Es un baile que requiere inexorablemente de dos actores. Hay quien opina que es un acto consentido, y quien cree que una de las partes fuerza a la otra a danzar porque tiene el poder de la concesi¨®n p¨²blica en sus manos. La gran mayor¨ªa de las compa?¨ªas espa?olas son honestas y act¨²an respetando la legalidad, pero tambi¨¦n es cierto que cada caso que se destapa (G¨¹rtel, P¨²nica, Brugal, Palau, Eres...) salpica a un buen pu?ado de sociedades. Muchas son peque?as y desconocidas, pero otras son de gran tama?o, entre ellas varias del Ibex 35. Los expertos urgen a buscar soluciones ya que la corrupci¨®n tiene graves consecuencias para la econom¨ªa de un pa¨ªs al poner trabas a la competencia, impedir el desarrollo de empresas m¨¢s competitivas, frenar la llegada de capital extranjero y socavar recursos p¨²blicos.
¡°La corrupci¨®n es algo bastante habitual en Espa?a, pero tambi¨¦n en otros pa¨ªses. La diferencia es que en mercados como el anglosaj¨®n hay una actitud mucho m¨¢s decidida a combatir estas pr¨¢cticas. Es una lacra para la sociedad. Genera desigualdades e inseguridad jur¨ªdica y hace que aumenten los costes porque hay que pagar m¨¢s para conseguir lo mismo¡±, advierte Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovaci¨®n Social de Esade. ¡°Es f¨¢cil mirar para otro lado y decir que no hay corrupci¨®n o adoptar una actitud victimista y pensar que si yo no entro en el juego no voy a crecer. Es un error. Cuando act¨²as as¨ª debilitas a tu empresa porque desincentivas el esfuerzo. El dinero que usas para lograr cotratos se lo quitas a ¨¢reas como la de investigaci¨®n¡±, se?ala Daniel Truran, profesor de la Escuela de Organizaci¨®n Industrial (EOI) y director general del European Bahai Business Forum.
La persistencia de tics poco ¨¦ticos en la forma de hacer negocios es reconocida por los propios directivos. El 52% de los empresarios espa?oles asume que la ¨²nica manera de tener ¨¦xito es disponer de contactos pol¨ªticos, cifra superior a la media de la UE (47%), seg¨²n un informe de la Comisi¨®n Europea sobre la lucha contra la corrupci¨®n publicado en febrero pasado. La firma PwC public¨® a principios de a?o una encuesta realizada entre m¨¢s de 5.000 ejecutivos de todo el mundo, seg¨²n la cual la mitad de los espa?oles consultados admit¨ªa haber visto alg¨²n delito econ¨®mico en su organizaci¨®n en los dos a?os anteriores. Otro estudio de EY, divulgado hace cinco meses, denuncia que el 36% de los directivos espa?oles aprueba la pr¨¢ctica de comportamientos poco ¨¦ticos para salvaguardar su negocio.
El ?ndice de Percepci¨®n de la Corrupci¨®n elaborado por Transparencia Internacional ¡ªindicador que se?ala el grado de corrupci¨®n en el sector p¨²blico, seg¨²n la opini¨®n de empresarios y analistas¡ª sit¨²a a Espa?a en el puesto 37 de un total de 175 pa¨ªses, por detr¨¢s de Polonia, Puerto Rico, Chipre, Botsuana, Estonia, Emiratos ?rabes Unidos, San Vicente y Granadinas, But¨¢n, Botsuana o Barbados, entro otros. En este sentido, Ricardo Nore?a, socio responsable de auditor¨ªa forense (Forensic) de EY, cree que el origen de la corrupci¨®n est¨¢ en la falta de controles en las administraciones p¨²blicas, m¨¢s que en las empresas. ¡°El fraude surge donde est¨¢ el poder. Si alguien no pide, la empresa no va da dar dinero de forma espont¨¢nea, porque va contra su margen y porque le puede meter en graves problemas¡±, explica Nore?a.
Molinas: ¡°Hay muchos concursos p¨²blicos que no son limpios¡±
El economista y consultor C¨¦sar Molinas, sin embargo, no es partidario de exonerar a las empresas de estas pr¨¢cticas: ¡°Las compa?¨ªas crean riqueza y la mayor¨ªa lo hace de forma limpia, pero hay un grupo de organizaciones que se prestan al juego. En los contratos p¨²blicos, sobre todo los que se conceden a nivel municipal y auton¨®mico, hay muchos concursos que no son limpios¡±. Molinas subraya que la corrupci¨®n no afecta solo a peque?as empresas. ¡°El famoso 3% catal¨¢n, que no se sabe si es solo el 3% y si se circunscribe solo a Catalu?a, lo pagaban grupos grandes¡±. Molinas tambi¨¦n habla de unas pr¨¢cticas empresariales bastante extendidas en Espa?a y que ¨¦l ha bautizado con el sobrenombre ¡°capitalismo castizo¡±. ¡°No es una actuaci¨®n delictiva, sino el uso por parte de las empresas de su poder para influir en el BOE. Un instrumento para lograr los objetivos son las puertas giratorias. Es una pr¨¢ctica igual o m¨¢s nociva que la corrupci¨®n, pero no es delito porque nadie compra a nadie directamente¡±, explica.
Con independencia de si es antes el huevo o la gallina, o quien corrompe a quien, lo cierto es que pocas empresas denuncian p¨²blicamente intentos de soborno o concursos ama?ados a pesar de las reiteradas peticiones de organismos como la OCDE para fomentar las filtraciones como medicina contra la corrupci¨®n. ¡°Las compa?¨ªas no suelen denunciar porque para hacerlo deber¨ªan contar con alg¨²n tipo de protecci¨®n. Si alguien decide se?alar en solitario irregularidades lo normal es tomar represalias contra ¨¦l. La corrupci¨®n es un engranaje muy complejo, parecido al funcionamiento de la mafia¡±, explica Nore?a.
?La corrupci¨®n la protagonizan trabajadores a t¨ªtulo individual para beneficio propio? ?O por el contrario son pr¨¢cticas habituales en la cultura de una empresa? Los expertos creen que el ¨¢mbito de los delitos econ¨®micos (apropiaci¨®n indebida, fraude fiscal, cohecho, manipulaci¨®n contable, soborno...) es tan amplio que pueden convivir perfectamente las dos situaciones. Sin embargo, en los casos de gran corrupci¨®n ¡ªcomo el que protagoniz¨® Siemens¡ª es inevitable que la c¨²pula de la compa?¨ªa, bien por acci¨®n, bien por omisi¨®n (falta de controles), tenga la culpa. Ignasi Carreras cree que en la gran mayor¨ªa de los casos las pr¨¢cticas fraudulentas no se incitan desde la c¨²pula. ¡°Ahora bien, la direcci¨®n de la empresa es quien debe marcar las pautas anticorrupci¨®n. En este sentido, los principales directivos de las compa?¨ªas espa?olas deben de ser mucho m¨¢s duros¡±, dice.
Los jueces tienen dif¨ªcil perseguir los delitos econ¨®micos
Antonio Argando?a, profesor de ¨¦tica empresarial de IESE, considera que el peligro de que la clase empresarial sea m¨¢s o menos corrupta responde a la relaci¨®n entre tres variables: ¡°La posibilidad de ganar dinero, la probabilidad de que te denuncien y el precio que hay que pagar si se demuestra el hecho delictivo¡±. Argando?a es contrario a la teor¨ªa de los versos sueltos en materia de fraude. ¡°Pens¨¢bamos que era un problema de la manzana podrida. Pero hemos ido razonando y esto no es posible si la empresa no lo admite¡±.
La batalla contra la corrupci¨®n empresarial debe darse no solo en el mercado local, sino en los negocios internacionales de las compa?¨ªas. Transparencia Internacional insiste en que no se puede tener un doble rasero en este tema. ¡°Los pa¨ªses en los que hay limitados niveles de fraude en el sector p¨²blico deben combatir la corrupci¨®n global, renunciado por ejemplo a pr¨¢cticas que fomenten la corrupci¨®n en otros lugares, redoblando sus esfuerzos para prevenir el lavado de dinero e impedir que sociedades opacas oculten sus actividades corruptas¡±, se?alaba el organismo recientemente.
Pese a los intentos de la OCDE, las compa?¨ªas afectadas no denuncian
Las investigaciones judiciales demuestran que es extremadamente dif¨ªcil destapar delitos de cohecho, blanqueo de capitales, o fraudes a la administraci¨®n. En sus notas manuscritas, el extesorero del PP Luis B¨¢rcenas, recogi¨® durante a?os decenas de apuntes con supuestas donaciones ilegales al partido (de hasta 7,5 millones) por parte de 14 empresas. En los interrogatorios ordenados por la Audiencia Nacional sobre el caso muchos cargos pol¨ªticos reconocieron ante el juez que en la formaci¨®n hab¨ªa una caja de dinero negro, pero todos los empresarios, sin excepci¨®n, lo negaron.
La otra cara en la moneda de la corrupci¨®n podr¨ªa estar en el crecimiento de la econom¨ªa sumergida. Seg¨²n el sindicato de Inspectores de Hacienda (Gestha), entre 2007 y 2012 se increment¨® en 59.509 millones y ya supone el 24% del PIB nacional. ¡°Detr¨¢s de la econom¨ªa sumergida est¨¢ lo que una sociedad quiere ser. Se trata, b¨¢sicamente, de un problema de moralidad. Cuando a una sociedad no le parecen condenables ciertas actitudes (por ejemplo, no est¨¢ mal visto no pagar el IVA o intentar defraudar a Hacienda) es que esta sociedad est¨¢ optando por una econom¨ªa con un elevado ¨ªndice de econom¨ªa sumergida y con todas las implicaciones que ello conlleva¡±, dicen los inspectores.
Los expertos piden reformar la financiaci¨®n de los partidos
Como apunta la profesora de Derecho Penal de Empresa en la Universidad de Vigo Inma Valeije, uno de los efectos m¨¢s perniciosos de la corrupci¨®n es que afecta a la equidad, la pobreza o las finanzas p¨²blicas. "Cuando la corrupci¨®n orienta la decisi¨®n, el tama?o y complejidad de los proyectos de inversi¨®n, tiende a inclinarse por los m¨¢s grandes y dif¨ªciles y muy pocas veces se focalizan a favor de las clases m¨¢s pobres. Tambi¨¦n resulta un obst¨¢culo importante para el desarrollo de peque?os proyectos empresariales porque su presencia en los ¨¢mbitos administrativos y pol¨ªticos se traduce en forma de exageradas regulaciones, controles y tr¨¢mites para el funcionamiento de microempresas. Mientras que para las grandes no se exigen o pueden eludirse a trav¨¦s de pagos ilegales".
Las recetas para atajar la corrupci¨®n en las empresas son parecidas. ¡°M¨¢s transparencia, una legislaci¨®n dura y convencer a la gente de que todos perdemos con la corrupci¨®n. Resolvamos de una vez la financiaci¨®n de partidos, que es la sangre de una formaci¨®n. Ya va siendo hora de que hablemos seriamente de este tema¡±, opina Argando?a. ¡°Cuando alguien me dice que estamos en un mundo corrupto siempre pregunto a mi interlocutor si pagar¨ªa facturas sin IVA. Muchas veces se quedan en silencio¡±. La financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos planea sobre grandes redes de corrupci¨®n. En la m¨¢s famosa, la G¨¹rtel, est¨¢n involucradas una treintena de sociedades. Algunas fueron creadas ad hoc para servir a la trama pero la mayor¨ªa colaboraban para aumentar su cifra de negocio.
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