Final sin belleza de la reina del bistur¨ª
Corporaci¨®n Dermoest¨¦tica, que lleg¨® a brillar en Bolsa, ultima el cierre de sus centros
De m¨¢ximo exponente de un fen¨®meno sociol¨®gico, coronada por un exitoso estreno burs¨¢til, a un final abrupto y oscurantista. La pol¨¦mica atraviesa los 35 a?os de historia empresarial de Corporaci¨®n Dermoest¨¦tica. Tambi¨¦n ahora, cuando ultima su cierre.
Dedicada a ¡°acercar la salud, el bienestar y la belleza a toda la sociedad¡±, la empresa valenciana cabalg¨® la ola de desarrollo que se vivi¨® en Espa?a entre la Transici¨®n y el estallido de la ¨²ltima crisis. Supo capitalizar mejor que nadie la nueva costumbre de pasar por el quir¨®fano por razones est¨¦ticas, avivada por rentas cada vez mayores. Pero, como pas¨® con su ascenso, los cambios en el entorno socioecon¨®mico han resultado determinantes para la compa?¨ªa. A mediados de diciembre pasado se confirmaba que el gigante se hab¨ªa declarado en preconcurso de acreedores y preparaba un ERE de extinci¨®n.
Hablar de Corporaci¨®n Dermoest¨¦tica es hablar de su fundador y presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Suescun Verdugo. Nacido en Aranjuez (Madrid) aunque afincado en Valencia, entr¨® en el imaginario colectivo el d¨ªa de la entrada a Bolsa de la empresa, el 13 de julio de 2005. All¨ª se hizo rodear de 50 chicas con cofia, falda cortita y fonendoscopio sobre el pecho escotado. Por supuesto, no eran enfermeras, sino modelos. Los colectivos representativos del gremio y los movimientos feministas se indignaron a partes iguales.
En aquel entonces, sin embargo, nada parec¨ªa capaz de parar a la empresa, ya presente en Portugal, Reino Unido e Italia. En 15 d¨ªas su valor se revaloriz¨® un 21%, el mejor estreno en Bolsa conocido desde aquel protagonizado por Inditex, en 2001.
Suescun comenz¨® su carrera en el sector est¨¦tico como director comercial en una empresa alemana de centros capilares. All¨ª comprendi¨® pronto el potencial de pujantes clases urbanas. ¡°Se juntaron varios fen¨®menos¡±, expone Enrique Cant¨®n, doctor en Psicolog¨ªa de la Universidad de Valencia y experto en coaching, ¡°la necesidad que tenemos todos de mostrarnos competentes ante los dem¨¢s se intensific¨® por la apertura a nuevos valores, en los que tomaba mucha m¨¢s preeminencia la imagen personal, y por la definitiva irrupci¨®n de la cultura audiovisual¡±.
Publicidad y denuncias
Pero frente al flamante discurso publicitario de la firma, se iban colando en los titulares denuncias contra la empresa. Quiz¨¢ las habituales en un ente con tal volumen de actividad (Suescun se vanagloriaba de ser el mayo demandante de pr¨®tesis mamarias de Europa), aunque molestas hasta el punto de que tuvo que silenciar por v¨ªa judicial un sitio web en el que antiguos pacientes contaban casos de supuestas malas pr¨¢cticas m¨¦dicas.
Su andadura en Bolsa fue accidentada, y termin¨® con una OPA de exclusi¨®n a comienzos de 2013 llevada a cabo por el propio Suescun. Corporaci¨®n Dermoest¨¦tica abandon¨® la Bolsa con sus acciones a 33 c¨¦ntimos, una cifra bastante alejada de los 9,1 euros que se empezaron pagando. El valor real de la compa?¨ªa siempre fue motivo de controversia. En 2008 hab¨ªa vendido al Grupo 3i el 100% de su filial brit¨¢nica, con 17 cl¨ªnicas, por 174,5 millones de libras (223 millones de euros). En la primavera de ese mismo a?o le toc¨® el turno a su negocio en Italia, que apenas aportaba el 4% de la facturaci¨®n total.
Una d¨¦cada despu¨¦s de aquella machista entrada en el parqu¨¦, el grupo, con 43 cl¨ªnicas en Espa?a y Portugal, acumula una deuda a corto plazo de 15,5 millones, con una facturaci¨®n a la baja (23 millones, seis menos que en 2012). El digital Valenciaplaza.com revel¨® que Suescun hab¨ªa confirmado ya a nivel interno su decisi¨®n de cerrar todos los centros y despedir a los 340 empleados, 200 de ellos m¨¦dicos especialistas.
Tanto pacientes como trabajadores est¨¢n ya agrup¨¢ndose en torno al bufete valenciano Hern¨¢ndez Abogados para defender sus intereses. Y muchos clientes tienen operaciones pendientes, o partes de su tratamiento por hacer. Como era previsible, el gigante valenciano tendr¨¢ una despedida agitada.
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