Forzados a echar el cierre
El fin de los contratos de renta antigua pone contra las cuerdas a miles de comerciantes
Los contratos de renta antigua para los locales comerciales desaparecieron oficialmente el pasado 1 de enero, fecha en la que conclu¨ªa la moratoria de 20 a?os fijada en la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994 que manten¨ªa sin variaci¨®n el precio de los alquileres antiguos, y solo les permit¨ªa subir la renta seg¨²n el ?ndice de Precios al Consumo.
El sector del comercio minorista ha denunciado que la finalizaci¨®n de esta moratoria afecta a m¨¢s de 19.000 comerciantes y pone en peligro 519.000 puestos de trabajo en toda Espa?a. La asociaci¨®n de aut¨®nomos UPTA ha calculado que finalizar¨¢n entre 60.000 y 75.000 contratos de alquiler de renta antigua, uno de cada diez.
Ante esa situaci¨®n, organizaciones empresariales y de consumidores, sindicatos, partidos pol¨ªticos y los propios comerciantes han pedido al Gobierno que prorrogase otros cinco a?os los alquileres de renta antigua y as¨ª evitar centenares de cierres de comercios que no podr¨¢n hacer frente al alza de los alquileres.
La subida prevista con la nueva normativa var¨ªa mucho seg¨²n la ciudad y la zona. Pero las rentas pueden duplicarse, triplicarse o hasta saltar de 1.500 a 30.000 euros, que es el precio que se llega a pedir en la calle de Serrano de Madrid, una de las m¨¢s comerciales. Los establecimientos tradicionales de las grandes ciudades est¨¢n entre los m¨¢s afectados. A continuaci¨®n se exponen algunos ejemplos de comerciantes perjudicados por el fin de la renta antigua.
MADRID
Los peluches y las mu?ecas de la Gran V¨ªa
Peluches gigantes, casas de mu?ecas de ensue?o y una larga lista de juguetes que no se encuentran en ninguna otra tienda de Madrid. El escaparate del n¨²mero 47 de la Gran V¨ªa lleva 73 a?os conquistando los anhelos de peque?os y mayores. As¨ª en 1942 para ver los aviones teledirigidos que se importaban desde Nuremberg, son ahora los abuelos que acompa?an a sus nietos a elegir los juguetes.
Cuatro generaciones de la familia Eznarriaga han trabajado entre los peluches que desaparecer¨¢n el 15 de enero. ¡°Hemos intentado negociar hasta el ¨²ltimo momento, pero ha sido imposible¡±, lamenta Susana Eznarriaga, propietaria junto a sus tres hermanos y su madre de la jugueter¨ªa.
Los bisabuelos de Eznarriaga fundaron una tienda pionera que tra¨ªa juguetes de Alemania, Francia o Inglaterra. Las inquilinas puntualizan que ellas no estaban pagando lo que consideran una renta antigua. El alquiler les cuesta 10.000 euros al mes; el casero exige ahora 50.000. Y mientras esperan el cierre, evocan la visita de Demi Moore, que colecciona mu?ecas antiguas y visit¨® Madrid expresamente para conocer la tienda.
VIGO
El Choco, un hist¨®rico caf¨¦ de la noche viguesa
A mediados del siglo pasado surgi¨® en pleno centro de Vigo un restaurante de arquitectura ecl¨¦ctica, abundante en art dec¨® y racionalismo. Con sus escaleras que se enroscan, su cuidado mobiliario y una iluminaci¨®n sorprendente, era un escenario singular para un restaurante de corte cl¨¢sico, que se inaugur¨® bajo el nombre de Choco. Tras m¨¢s de medio siglo de actividad y varias reinvenciones, la ¨²ltima para convertirse en caf¨¦-bar, el Choco, todo un cl¨¢sico de la ciudad, celebr¨® esta Nochevieja su ¨²ltima fiesta.
La propiedad, ya sin inquilinos en ninguno de sus pisos, pertenece a una promotora. Sin apenas gasto en mantenimiento, el local, ubicado en la calle de Alfonso XII, en pleno Ensanche de la primera mitad del siglo pasado, se ha ido deteriorando. ¡°Cada vez que hay un temporal tenemos problemas graves, pero la subida del alquiler nos impide continuar con la actividad¡±, dice Jos¨¦ Lorenzo, hijo de los fundadores del Choco y actual responsable del establecimiento.
Con la jubilaci¨®n de la primera generaci¨®n, los hijos de los fundadores tomaron el mando en 1999 para convertirlo en un caf¨¦ cl¨¢sico de la noche viguesa.
BARCELONA
Entre violines y partituras gastados
Llu¨ªs Castell¨® no quiere desvelar lo que pagaba por el local de las Ramblas que ha ocupado Musical Emporium durante los 114 ¨²ltimos a?os y que regentaron primero su abuelo y despu¨¦s su t¨ªa. Solo dice que el alquiler que le propon¨ªan era inasumible en un negocio que, como otros, ha sufrido la crisis y la competencia de internet, por lo que ech¨® el cierre el pasado 6 de enero, incapaz de asumir m¨¢s gastos.
Ahora este hombre de 81 a?os, que ¡°seguir¨ªa al pie del ca?¨®n si no me hubieran forzado a cerrar¡±, dice estar ocupad¨ªsimo catalogando los cientos de partituras ¡ªalgunas centenarias y guardadas en un espect¨¢culo de cajas que parecen libros de piel que rebosan en las estanter¨ªas¡ª y los instrumentos musicales que no han logrado vender todav¨ªa.
A la puerta del local queda un r¨®tulo del Ayuntamiento de Barcelona para recordar que all¨ª hay un ¡°establecimiento emblem¨¢tico¡± de la ciudad. ¡°Eso no lo quitar¨¢n, no, ser¨¢ como una l¨¢pida funeraria¡±, dice, aunque ¨¦l ya no lo ver¨¢: ¡°No pienso pasar nunca m¨¢s por aqu¨ª delante, me har¨¢ mucho da?o ver como abren otra tienda de souvenirs¡±.
La duda es si la musa Terps¨ªcore continuar¨¢ flanqueando la puerta de esta tienda que empez¨® siendo una editorial de m¨²sica sacra y popular.
JEREZ
La barra donde Urdangarin tom¨® chicharrones
La desaparici¨®n de los contratos comerciales de renta antigua obliga a echar el cierre a unos 12 negocios del casco hist¨®rico de Jerez, entre ellos, el emblem¨¢tico bar Adeli, abierto en la calle Consistorio, junto al Ayuntamiento, desde 1959.
La barra de este castizo local ha sido durante d¨¦cadas un buen term¨®metro de la ciudad. ¡°Desde aqu¨ª he visto casi de todo¡±, rememora Juan Barrag¨¢n en sus ¨²ltimas horas al frente del establecimiento. ¡°Han pasado todos los pol¨ªticos; el imputado se?or Urdangarin tom¨® chicharrones y hasta Lola Flores se cambi¨® de ropa en la trastienda¡±, relata abatido.
El exalcalde Pedro Pacheco fue uno de los habituales del mostrador. All¨ª se avanzaban muchas de las noticias que m¨¢s tarde se daban a conocer con m¨¢s pompa en el interior del Ayuntamiento.
¡°Se acab¨® el Adeli para los restos¡±, espeta Juan, que entiende el derecho de los propietarios, pero no las formas. ¡°He recibido un burofax que me notifica que el uno de enero tengo que estar fuera", se lamenta. "Nos quedamos tres personas en el paro: un empleado, mi hija y yo despu¨¦s de m¨¢s de 30 a?os detr¨¢s de este mostrador¡±.
M?LAGA
Una tienda de discos en p¨¦rdidas
Las zapater¨ªas que la empresa familiar Parriego tiene en M¨¢laga y Burgos est¨¢n afectadas por el final de la renta antigua. Suman 13 trabajadores: ocho en el local de la malague?a calle Larios y cinco en el establecimiento de la calle de la Moneda. ¡°En ambos casos, los propietarios nos han notificado que tenemos que desalojar, no nos han dado la posibilidad de negociar el contrato¡±, explica Antonio Parriego, que dirige junto a su hermano el negocio creado por su padre hace algo m¨¢s de medio siglo, expandido tambi¨¦n por Madrid y Almer¨ªa.
¡°Estamos a la espera¡±, a?ade con preocupaci¨®n, y alude al ¡°desconocimiento completo¡± que existe en la aplicaci¨®n de la normativa de actualizaci¨®n de precios. Mientras tanto, continuar¨¢n atendiendo al p¨²blico y est¨¢n dispuestos a pleitear. ¡°Vamos a seguir abiertos hasta que nos echen¡±, asegura.
Sin dormir dice que ha estado Jos¨¦ Antonio Casta?eda, gerente de la tienda de discos Candilejas de M¨¢laga, la ¨²nica que existe de sus caracter¨ªsticas en la ciudad andaluza. Pero tras consultar con los abogados, se agarran a una cl¨¢usula del contrato, firmado en el a?o 1987, que los eximir¨ªa de la actualizaci¨®n del alquiler de este local de la calle Santa Luc¨ªa, en pleno centro.
Seg¨²n Casta?eda, van a seguir con su actividad, y apunta que si los propietarios est¨¢n en desacuerdo, que acudan a los tribunales. Si tuvieran que renegociar el arrendamiento (ahora abonan casi 700 euros), estar¨ªan abocados al cierre del establecimiento, porque la subida se sumar¨ªa a las p¨¦rdidas de los ¨²ltimos a?os por la situaci¨®n de la industria discogr¨¢fica. ¡°Seguimos porque nos gusta, pero a costa de nuestro patrimonio personal¡±, concluye.
SEVILLA
Poniendo velas desde el siglo XIX
La hist¨®rica ferreter¨ªa Isa¨ªas S¨¢inz y Compa?¨ªa abri¨® en 1914 en un c¨¦ntrico y vistoso local a la espalda del Ayuntamiento de Sevilla. Un siglo despu¨¦s, el negocio familiar echa el cierre porque la Fundaci¨®n CajaSol no les da opci¨®n para poder renegociar su alquiler de renta antigua. Su propietario, Rafael S¨¢inz, solo ha logrado una moratoria hasta el 30 de junio y mientras busca un local alternativo donde poder seguir dirigiendo esta peque?a empresa de cuatro personas.
¡°Las ferreter¨ªas se fueron a los pol¨ªgonos, pero nosotros le dimos un giro al negocio para ser una referencia en Sevilla¡±, comenta S¨¢inz. En su emblem¨¢tico local que ahora desaparece se pueden encontrar los cachivaches m¨¢s extra?os y ¨²tiles que quedan fuera de las grandes cadenas y superficies actuales. Moldes de reposter¨ªa, gafas para cortar cebollas, perchas para forrar, todo tipo de cajas fuerte, etc¨¦tera.
La Antigua Cerer¨ªa del Salvador, inaugurada en 1845, tambi¨¦n cierra estos d¨ªas despu¨¦s de vender durante un siglo y medio en el centro de Sevilla todo tipo de velas lit¨²rgicas artesanales. La empresa familiar est¨¢ obligada a cerrar sus puertas porque el due?o del local, la residencia de los hermanos de San Juan de Dios, quiere ampliar su local en la c¨¦ntrica plaza del Salvador. Sus clientes son la Iglesia y las hermandades de la capital andaluza, adem¨¢s de florister¨ªas y clientes que buscan desde la cera pura para los pasos de Semana Santa hasta los cirios para los nazarenos. Su propietario, Antonio L¨®pez, de 36 a?os, asegura que no ha tenido opci¨®n para actualizar la renta de 500 euros al mes que abonaba hasta ahora. Junto a las velas que mantiene en el almac¨¦n (unos 70.000 cirios cada a?o), la tienda vende imaginer¨ªa, orfebrer¨ªa e incienso y hasta vino de consagrar.
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