Los espa?oles se lanzan a las compras
El consumo apuntala una incipiente recuperaci¨®n amenazada por nubarrones en Europa
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presentador de El intermedio, el Gran Wyoming, piensan que 2015 ser¨¢ realmente el a?o del despegue. El primero cree que Espa?a ha dejado atr¨¢s la Gran Depresi¨®n, y el segundo, que los espa?oles seguir¨¢n buscando un aeropuerto que los lleve a otro pa¨ªs para encontrar trabajo. Cuando se pregunta a los economistas sobre si la repentina euforia alentada por el aumento del consumo se consolidar¨¢, ocurre algo parecido. La pr¨¢ctica totalidad de la decena de consultados est¨¢n de acuerdo en que el consumo seguir¨¢ aumentando. Otra cosa es qui¨¦n pagar¨¢ los platos rotos de una crisis que ha generado m¨¢s desigualdad y que no permite que muchas personas gasten m¨¢s porque han agotado todos sus recursos.
La renta bruta de los hogares ha estado casi plana en 2014 (seg¨²n varias estimaciones, podr¨¢ terminar el a?o creciendo un 0,5%), algo que contrasta con el alza del consumo privado, que avanz¨® hasta el tercer trimestre un 2,6%. Esto significa que las familias est¨¢n gastando m¨¢s de lo que a priori justifican los fundamentos de sus econom¨ªas a largo plazo. En consecuencia, ocurre algo que, si se vuelve cr¨®nico, podr¨ªa llegar a ser preocupante: las compras se financian fundamentalmente con el ahorro que se ha ido acumulando durante los a?os malos. Los ciudadanos pierden su colch¨®n protector: el ahorro bruto de los hogares ha ca¨ªdo al 9%, el nivel m¨¢s bajo desde 2006, seg¨²n los datos de octubre pasado. El ¡°efecto precauci¨®n¡± del que hablan los economistas, ese miedo que provoca que en momentos de crisis se tomen decisiones muy conservadoras por lo que pueda pasar, est¨¢ empezando a desaparecer en la sociedad espa?ola. Y lo hace porque, si nada se tuerce, la econom¨ªa seguir¨¢ creando empleo y creciendo. Hay que subrayar eso de ¡°si nada se tuerce¡±.
Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra, prefiere no hablar de ¡°recuperaci¨®n¡±, ni de ¡°despegue¡±. ¡°Cuando se sale de una crisis, el primero en tirar de la econom¨ªa suele ser el sector exterior. Una vez que esto se produce, esa recuperaci¨®n no se consolida si no hay consumo. Lo que sucede en Espa?a es que la ca¨ªda del consumo durante la crisis fue bastante m¨¢s grande de la que cabr¨ªa esperar¡±. Ahora tambi¨¦n aumenta m¨¢s de lo que cabr¨ªa esperar. Pero para que las tornas cambien definitivamente hacia la recuperaci¨®n tienen que ocurrir dos cosas, y no necesariamente ambas a la vez: que la renta disponible aumente o que desaparezca la incertidumbre, que tiene un efecto muy importante sobre las expectativas. ¡°Las evidencias hablan de que incluso la parte de la poblaci¨®n que tiene un trabajo seguro, frena su consumo durante los periodos de incertidumbre por debajo de lo que cae su renta¡±. Funciona justo al rev¨¦s cuando reina el optimismo. ¡°Somos animal spirits [esp¨ªritus animales]. Si crees que las cosas van a mejorar, las expectativas se autocumplen porque se generar¨¢ el c¨ªrculo keynesiano habitual¡±. Esa mecha es la que parece haber prendido: el consumo eleva la producci¨®n y la demanda genera m¨¢s empleo, pulverizando ese mantra econ¨®mico que dice que solo se crean puestos de trabajo netos cuando el PIB crece por encima del 2%. ¡°Si nos fijamos en todos los indicadores de expectativas, todos sin excepci¨®n est¨¢n en m¨¢ximos desde el comienzo de la crisis. Se han creado 220.000 empleos a tiempo completo, lo cual no est¨¢ mal, pero los salarios son muy bajos ?C¨®mo explicamos entonces ese crecimiento del consumo? Por las expectativas, no hay otra forma¡±, insiste Montalvo.
El empleo ayuda, los salarios no
Para un crecimiento consistente del consumo, el incremento de nuevos ocupados deber¨ªa ser de unos 250.000, seg¨²n AFI. El paro ha terminado diciembre con una ca¨ªda anual del 5,3%, 253.627 personas. Pero entre 2008 y 2014 el n¨²mero de ocupados en el mercado laboral ha ca¨ªdo en 3,5 millones.
Desde 2009 los hogares han perdido m¨¢s del 10% de su renta y la renta por persona descendi¨® un 7%. En ese periodo, el n¨²mero de horas de trabajo efectivas se ha desplomado en 108 millones, un 18%. Los datos de un informe presentado esta semana por UGT muestran que en los ¨²ltimos a?os la precarizaci¨®n del mercado laboral ha derivado en salarios peores y en un gran incremento del n¨²mero de horas extraordinarias que no se pagan. ¡°?Qui¨¦n rechaza un trabajo por 1.000 euros?¡±, se preguntan las organizaciones de consumidores. ¡°Compartimos la tesis de que esta crisis es un laboratorio para recortar derechos. El mensaje es: conf¨®rmate con lo que sea, porque menos es nada¡±, critica Facua. Rolf Campos, doctorado en Econom¨ªa por la Universidad de California, ha estudiado los efectos del desempleo sobre el consumo: ¡°Cada punto porcentual de aumento del desempleo supone una ca¨ªda de m¨¢s del 0,7% del consumo por adulto equivalente. Ese efecto deber¨ªa desaparecer cuando la tasa de paro comienza a reducirse¡±.
Para el economista del IESE Javier D¨ªaz-Gim¨¦nez, ¡°negar la realidad es absurdo¡±. Recuerda que desde agosto de 2012 la econom¨ªa no da malas noticias. ¡°Ahora mismo las expectativas son positivas. Lo siento por quien piense lo contrario. ?Que cae el ahorro? Perfecto, el ahorro no es una virtud, es un mal necesario. Ahorras porque est¨¢s asustado, porque has perdido tu puesto de trabajo¡ No hay ninguna burbuja en que el ahorro caiga. Las expectativas no son fantas¨ªas, se forman a partir de datos reales, porque ves que la gente est¨¢ encontrando trabajo, por mil cosas que hacen que tu ahorro por precauci¨®n disminuya. Adem¨¢s llega un momento en el que no puedes estirar m¨¢s los productos que no has comprado durante la crisis seguido por ese miedo. La lavadora, el coche¡ Terminan por agotar su vida ¨²til¡±. Ese tir¨®n viene acompa?ado de un alza en las importaciones. ¡°Quiz¨¢ eso sea lo peor¡±, a?ade, y no ve ninguna raz¨®n l¨®gica para pensar que el consumo pueda decaer en 2015. Ni siquiera por la temida deflaci¨®n, demoledora para la econom¨ªa japonesa durante su d¨¦cada perdida de los noventa. ¡°Cuando tienes una ca¨ªda del precio del petr¨®leo durante seis meses, vas a tener inflaci¨®n negativa seguro, pero no es algo preocupante¡±, reflexiona D¨ªaz-Gim¨¦nez.
El IPC descendi¨® un 1% en 2014 y un 0,6% el pasado mes de diciembre. Por primera vez en la historia del indicador, que arranca en 1962, ha registrado una tasa interanual negativa en el mes de las compras por excelencia. Otra cosa es que eso lleve a que los consumidores retrasen la decisi¨®n de adquirir un producto porque piensen que va a bajar su precio en el medio plazo. Seg¨²n los economistas consultados, eso no parece que vaya a ocurrir en Espa?a porque la ca¨ªda de precios no es, por ahora, cr¨®nica, ni afecta a todos los productos por igual. Garc¨ªa Montalvo explica que ¡°en un contexto de deflaci¨®n, la gente empieza a esperar que los precios bajen y se inicia una espiral de descenso de sueldos, de renta, empleo, consumo, producci¨®n¡ Entras en un c¨ªrculo vicioso. No es lo que est¨¢ ocurriendo ahora¡±. Mat¨ªas Lamas, experto de Analistas Financieros Internacionales, coincide con esta reflexi¨®n, aunque puntualiza que s¨ª podr¨ªa ser preocupante si la evoluci¨®n negativa de los precios de otras econom¨ªas se traslada a Espa?a. Ese mismo peligro lo se?ala Carlos Peregrina, socio responsable de Sector Consumo de KPMG, que apunta como posibles elementos de inestabilidad una ca¨ªda de precios o turbulencias pol¨ªticas que podr¨ªan mermar la confianza de los consumidores.
En 2015 concurren otras circunstancias que est¨¢n favoreciendo que los hogares puedan lanzarse a comprar. Seg¨²n el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, la bajada del IRPF pondr¨¢ en los bolsillos de los ciudadanos 9.000 millones adicionales entre 2015 y 2016, en un momento en el que los tipos de inter¨¦s se mantendr¨¢n estables. En un a?o de importantes desaf¨ªos electorales para el Partido Popular (PP), el pago de la parte de la paga extra que los funcionarios no cobraron en 2012 y la renta b¨¢sica de m¨¢s de 400 euros que el Gobierno ha anunciado para medio mill¨®n de personas sin recursos a?adir¨¢n algunos millones m¨¢s a esa sart¨¦n de gasto con la que se quiere animar la econom¨ªa.
El Informe sobre la situaci¨®n del consumo del segundo semestre de 2014 del Servicio de Estudios del BBVA se basa en esos y otros datos para concluir que el dinamismo continuar¨¢. ¡°La creaci¨®n de empleo y la reducci¨®n del IRPF en 2015 contribuir¨¢n a la recuperaci¨®n de la renta. El crecimiento esperado de la riqueza financiera, la ausencia de presiones inflacionistas, la expectativa de que los tipos de inter¨¦s oficiales permanezcan en niveles hist¨®ricamente bajos y el ajuste del ahorro compensar¨¢n el estancamiento de la riqueza inmobiliaria¡±. La previsi¨®n de la entidad financiera cifra el crecimiento del consumo este a?o en el 1,8%.
Hasta ah¨ª las buenas noticias. Porque muchos ciudadanos se van a quedar al margen de esta incipiente mejora debido a que la crisis ha disparado la desigualdad. El director de coyuntura de Funcas, ?ngel Laborda, distingue entre las personas de rentas bajas el segmento de las familias empobrecidas, ¡°que no es que puedan ahorrar, sino que desahorran. Viven de sus padres, de los amigos, gastan m¨¢s de lo que reciben¡±. Despu¨¦s est¨¢n las familias de clase media o media alta, aquellas personas que no han perdido su empleo en la crisis, ¡°que empiezan a cambiar de tendencia y se ven m¨¢s seguras. Son las que invierten principalmente en bienes duraderos, sobre todo autom¨®viles¡±. Dos estudios del BBVA y La Caixa confirman el repunte del gasto en servicios educativos, sanitarios y sociales (cuyo reflejo en el sector p¨²blico ha sido v¨ªctima de m¨¢s y m¨¢s recortes) y, sobre todo, en veh¨ªculos al calor de la renovaci¨®n del Plan PIVE.
757.000 millones en deudas familiares
Las familias espa?olas tienen pr¨¦stamos contra¨ªdos con las entidades financieras por valor de 757.182 millones de euros, seg¨²n datos del Banco de Espa?a. Son 110.000 millones menos (-12%) que los que ten¨ªan en 2011, y contin¨²an bajando, seg¨²n las series trimestrales. ¡°Es cierto que est¨¢ cayendo el saldo vivo del cr¨¦dito, excluidas las amortizaciones. Pero si nos fijamos solo en nuevas operaciones, vemos que se recupera el cr¨¦dito al consumo¡±, analiza el economista Mat¨ªas Lamas (AFI). La elevada exposici¨®n al sector inmobiliario ha dado paso a un escenario un tanto distinto en el que, pese al elevado endeudamiento de los hogares (del 75% del PIB, frente a la media del 50% en el resto de la UE), lo principal es la adquisici¨®n de bienes de consumo frente a la inversi¨®n en vivienda, que est¨¢ en niveles todav¨ªa muy bajos.
El 80% de los pr¨¦stamos que se conceden comienzan a ser superiores a un a?o y, seg¨²n la Asociaci¨®n Nacional de Establecimientos Financieros (Asnef), son de un promedio de 2.400 euros (datos del tercer trimestre de 2014). Una buena parte se concede bajo la f¨®rmula conocida como ¡°revolving¡±: cantidades que se otorgan con un l¨ªmite o tope m¨¢ximo del que puede disponer un cliente durante un cierto periodo.
Lo que todav¨ªa no se ha recuperado es el gasto en alimentaci¨®n y bebidas (excluidos hoteles y restaurantes, que repuntan), que, aunque castigado durante los a?os duros de la crisis, es menos sensible a las variaciones en la renta disponible.
La demanda de turismos ha cerrado 2014 con un alza del 18%, avanzando por encima de los dos d¨ªgitos trimestre a trimestre. Los 855.308 turismos matriculados son el mejor dato que se apunta la industria desde 2010, aunque todav¨ªa est¨¢n lejos de los 1,6 millones que los concesionarios despachaban en el cuatrienio 2004-2008. ¡°Las cifras de 2015 estar¨¢n condicionadas por el mantenimiento del plan. Se estima que las matriculaciones aumentar¨¢n un 6% si las condiciones actuales del programa se prolongan durante todo el a?o¡±, vaticina el BBVA. Ocurre lo mismo con productos como los electrodom¨¦sticos, desde lavavajillas hasta lavadoras, congeladores, frigor¨ªficos y, sobre todo, cocinas. Seg¨²n los datos de la asociaci¨®n del ramo (ANFEL), las ventas han aumentado un 11% favorecidas por la ca¨ªda de los precios, que desde 2008 han descendido un 16%.
Pero hay frentes abiertos que no conviene olvidar. Desde la organizaci¨®n de consumidores Facua, su portavoz Rub¨¦n S¨¢nchez alerta sobre caer en lo que llama ¡°la trampa del Gobierno¡±, que seg¨²n ¨¦l ¡°juega a trasladar el mensaje de que la econom¨ªa est¨¢ recuperada para incentivar el consumo, pero hace todo lo contrario para que eso se produzca¡± adoptando decisiones como la subida del IVA. Habla de sectores, como el energ¨¦tico, donde el Estado ¡°podr¨ªa intervenir imponiendo precios m¨¢ximos para frenar tarifas desorbitadas¡±.
Garc¨ªa Montalvo tambi¨¦n cree que el a?o 2015 es un campo plagado de minas. ¡°Estamos saliendo de la crisis bas¨¢ndonos en expectativas que son muy vol¨¢tiles. Si tenemos un revolc¨®n en Grecia o sucede otra circunstancia que se transmita a la prima de riesgo, si el sector financiero empieza a tener problemas¡ de nuevo aparecer¨¢ el miedo, la incertidumbre¡±.
¡°?Que en 2015 se va a mantener la incertidumbre? Claro que s¨ª¡±, coincide Oriol Aspach, director de macroeconom¨ªa del servicio de estudios La Caixa Research. ¡°Puede que haya un menor crecimiento en la eurozona¡ la lista de riesgos, como siempre, es amplia¡±. Uno de los ¨²ltimos an¨¢lisis publicados por la entidad hace referencia al colch¨®n de ahorro que los hogares acumularon durante los ¨²ltimos a?os. ¡°Si el contexto macroecon¨®mico hubiera sido normal entre 2009 y 2011, la tasa de ahorro se habr¨ªa mantenido en el 11,5%, y lo ha hecho en el 13,4%¡±. La diferencia sobre las condiciones te¨®ricamente normales arroja que los hogares tienen ahora 50.000 millones de euros m¨¢s que podr¨ªan utilizar para consumir. ?Lo har¨¢n?
La econom¨ªa no siempre es una ciencia predecible. En la toma de decisiones de los ciudadanos influyen razones y emociones que cambian seg¨²n los acontecimientos. Lo dec¨ªa uno de los padres de la econom¨ªa moderna, el brit¨¢nico William Stanley Jevons: ¡°Podemos llamar feliz al hombre que, no importa cu¨¢n baja sea su posici¨®n y reducidas sus posesiones, puede siempre esperar m¨¢s de lo que tiene¡±. Esa variable psicol¨®gica de esperar que todo mejore est¨¢ en la base de muchos estudios de los neuroeconomistas, que intentan explicar el proceso de decisi¨®n que existe detr¨¢s de elecciones como consumir, ahorrar o invertir.
Un trabajo reciente firmado por Joan Daniel Pina, del departamento de mercados financieros de CaixaBank, sobre la formaci¨®n de precios en los mercados financieros recuerda que economistas como Robert Shiller, premio Nobel en 2013, explican c¨®mo los mercados no siempre procesan la informaci¨®n de forma correcta y crean burbujas. Un ejemplo estar¨ªa en el precio de las empresas tecnol¨®gicas en EE UU o en el de la vivienda en pa¨ªses como Espa?a. Ese trabajo analiza estrategias que a veces conducen a los inversores, como seguir a la multitud sin plantearse si su comportamiento es l¨®gico.
?Es compulsivo nuestro consumo? El profesor del IESE no lo cree as¨ª. ¡°No sabemos qu¨¦ va a pasar con el euro, ni si va a caer un asteroide ma?ana, nadie puede anticipar esas circunstancias. Pero sabemos perfectamente cu¨¢l es nuestra situaci¨®n, cu¨¢nto hemos gastado en Navidad y qu¨¦ vamos a hacer ahora. Sabemos que va a haber volatilidad, que necesitamos resolver muchos problemas en el mercado de trabajo, las pensiones, la financiaci¨®n auton¨®mica¡ pero seguiremos consumiendo¡±.
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