Estudiar ingl¨¦s entre bastidores
Teatro, m¨²sica o literatura son algunas de las aficiones en las que se apoyan las escuelas de idiomas para hacer m¨¢s f¨¢cil el aprendizaje
El escritor suizo Alex Capus recibi¨® en 2013 un curioso correo electr¨®nico. La estudiante Gloria Viejo lo hab¨ªa enviado sin gran esperanza de recibir respuesta. ¡°Deb¨ªamos trabajar sobre un libro e investigar sobre el autor. Yo eleg¨ª una obra suya y le escrib¨ª. No pens¨¦ que me responder¨ªa¡±, dice Viejo. Pero Capus contest¨® y durante un a?o gui¨® por su obra a los estudiantes del taller de literatura que cada curso organiza en Madrid el Instituto Goethe alem¨¢n, como herramienta para profundizar en este idioma de la mano de una afici¨®n.
¡°El principal problema cuando se aprende otra lengua es lograr seguridad al expresarse, pero si lo haces divirti¨¦ndote, la vas ganando¡±, comenta Sylvain Pradeilles, director de cursos del?Instituto Franc¨¦s de Madrid. Teatro, cine, arte contempor¨¢neo, m¨²sica o caligraf¨ªa china son otras formas de acercarse a un idioma extranjero como complemento al aula convencional.
A pesar de que la crisis ha dejado una sensaci¨®n de urgencia por aprender y perfeccionar los idiomas para buscar un futuro fuera de Espa?a, las aficiones se han mantenido en las escuelas de idiomas como alternativa para asomarse al universo cultural de esas lenguas. ¡°Yo aprendo idiomas porque me encanta la literatura. ?Por qu¨¦ tengo que estar leyendo con una traducci¨®n? Si pudiera, leer¨ªa Ana Karenina en ruso, pero no me da la vida¡±, cuenta Gloria Viejo. Pero adem¨¢s, a muchos de sus compa?eros de clase la llamada que la canciller Angela Merkel hizo, en su visita oficial a Madrid en 2011, para reclutar ingenieros espa?oles les encontr¨® con el nivel suficiente para hallar trabajo en Alemania y quedarse all¨ª.
Ese a?o, las matr¨ªculas para aprender alem¨¢n en el Instituto Goethe aumentaron un 40% respecto al a?o anterior. El curso siguiente subi¨® hasta un 60%. ¡°Por primera vez, se inscribieron en nuestros cursos alrededor de 10.000 alumnos y alumnas de todas nuestras sedes en Espa?a¡±, ha comentado el director acad¨¦mico del centro, Manfred Ewel.
El Instituto Franc¨¦s de Madrid monta cada a?o una obra de teatro con los alumnos para aproximadles a la cultura francesa y crea afecto por la lengud
Divertirse mientras se aprende es una tendencia que gana fuerza en las escuelas de idiomas. ¡°Los franceses lo hacen muy bien, saben que m¨¢s all¨¢ de ser algo instrumental, el idioma es una forma de meterte en su cultura¡±, cuenta Pilar Mu?oz, exalumna del curso de teatro del Instituto Franc¨¦s de Madrid. Aqu¨ª, cada a?o, desde 1998, se monta una obra entre los alumnos de Martine Cebrian, una de las profesoras del centro. A sus clases acude gente de lo m¨¢s variopinta y de todas las edades. La alumna m¨¢s joven tiene 20 a?os; la mayor, 81. ¡°Disfrutar aprendiendo una lengua extranjera crea afecto con ese idioma, mucha proximidad con la cultura y ganas de seguir aprendiendo. A partir de cierto nivel, es preferible que la gente disfrute con mucho juego, clases que sean muy din¨¢micas¡±, comenta.
En coherencia con esa l¨ªnea, a¨²n no hay obra programada para el taller que arranca el pr¨®ximo mes de octubre. ¡°Depender¨¢ de los alumnos que vengan, hay algunos que en cuanto se ponen a hacer improvisaciones, la gente se r¨ªe. A ese tipo de gente le pongo a hacer sketches de humor. Normalmente, casi ninguno de ellos ha hecho teatro en su lengua materna, lo descubren en franc¨¦s¡±, indica Cebrian, que suele abordar obras contempor¨¢neas, aunque Moli¨¨re no falta en el programa.
El burgu¨¦s gentilhombre es un cl¨¢sico en sus talleres, pensados adem¨¢s para hacer re¨ªr a sus alumnos. ¡°Trabajo comedias, para que la gente venga a re¨ªrse y hacer el payaso, el payaso de verdad, con nariz¡±, matiza la profesora. Trabajan la voz, el gesto y la improvisaci¨®n, ¡°herramientas que despu¨¦s necesitar¨¢n en sus trabajos, por ejemplo aquellos que deben hablar en p¨²blico¡±.
Durante el taller del a?o pasado, c¨®mo el profesor del personaje burgu¨¦s de Moli¨¨re ense?a a su ignorante alumno a pronunciar correctamente su propio idioma fue uno de los momentos m¨¢s divertidos para Pilar Mu?oz. ¡°Creo recordar que yo interpretaba al burgu¨¦s, y mi compa?ero en la obra lo hac¨ªa muy bien. Fue una de las clases en las que m¨¢s me divert¨ª, con la posibilidad adem¨¢s de interpretar esos papeles en un teatro de verdad, donde he ido a ver obras en otras ocasiones¡±, explica.
Casi ninguno de estos alumnos suele acercarse a estos cursos tematizados para buscar trabajo o relacionarlos con su experiencia profesional, aunque termine influyendo en ello. Buscan una experiencia. As¨ª lo explica Anna Pilaski, profesora del taller de literatura del Instituto Goethe en Madrid: ¡°Lo m¨¢s importante en los alumnos es que se implican personalmente, hablan de s¨ª mismos. Ten¨ªamos en clase a un chico que era muy t¨ªmido y ahora se atreve a hablar en p¨²blico. Este tipo de talleres tiene un valor social, al salirse de la presi¨®n de cometer errores de la formaci¨®n convencional¡±, indica. A sus clases acuden alumnos con un nivel alto y algunos de ellos ya han vivido en Alemania. ¡°El valor del alem¨¢n es que me ha puesto en contacto con gente muy interesante, aunque al principio me pareci¨® horrible¡±, comenta la estudiante Gloria Viejo.
Otros expertos solo conciben aprender un idioma saliendo del pa¨ªs de origen, como Education First (EF), un proyecto creado hace 50 a?os por el sueco Bertil Hult, a quien precisamente se le daban mal los idiomas y organiz¨® un primer viaje para aprender ingl¨¦s a un grupo de estudiantes suecos en Reino Unido. En este centro no ofrecen clases en Espa?a, sino que env¨ªan a estudiantes a otros pa¨ªses por todo el mundo combinando las clases convencionales con 10 horas de cursos tematizados: arte en Los ?ngeles, m¨²sica en Miami o San Diego, fotograf¨ªa en Niza o cocina en Roma. En EF tienen claro que ¡°un a?o de academia es tanto como un mes en el destino¡±. En esos cursos buscan ¡°aquello que interesa a los alumnos¡± y ofrecen cursos adaptados. ¡°Se han ido haciendo cada vez m¨¢s divertidos¡±, reconocen.
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