Europa inquieta en Davos
Los banqueros centrales admiten que la disparidad en la pol¨ªtica monetaria entre EE UU y la zona euro pondr¨¢ a prueba el sistema financiero dise?ado tras la crisis
Habitualmente los encuentros importantes del Foro Econ¨®mico Mundial (WEF, por sus siglas en ingl¨¦s) tienen lugar fuera del Centro de Congresos de Davos, en los numerosos hoteles que pueblan la lujosa estaci¨®n de esqu¨ª y al margen del ojo p¨²blico. Pero en esta edici¨®n lo realmente importante suced¨ªa m¨¢s all¨¢ de la frontera suiza y llegaba a Fr¨¢ncfort, Atenas e incluso Mosc¨². Tan pendientes estaban los hombres de Davos de lo que suced¨ªa fuera del Foro, que el propio presidente del WEF, Klaus Schwab, fue el encargado de anunciar el pasado jueves por megafon¨ªa desde la principal tribuna del Foro la decisi¨®n adoptada por el Banco Central Europeo (BCE), minutos despu¨¦s de que lo hiciera su presidente, Mario Draghi, uno de los habituales de estos encuentros.
Davos no se caracteriza por su buen ojo para fijar la agenda. Como recordaba Larry Fink, presidente de BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, ¡°en 2014 nadie habl¨® aqu¨ª de Ucrania, ni de los precios del petr¨®leo ni del extremismo yihadista y las perspectivas apuntaban a que Europa estaba en proceso de recuperaci¨®n. A ver si estamos m¨¢s atinados este a?o¡±, bromeaba. Cisnes negros al margen, lo que se entrev¨¦ por ahora es que la agenda europea est¨¢ m¨¢s llena de dudas que de certezas en los pr¨®ximos meses: las consecuencias de la nueva pol¨ªtica monetaria del BCE; las elecciones en Grecia de este domingo; los comicios que se celebran en diferentes pa¨ªses europeos a lo largo de 2015, el refer¨¦ndum sobre la posible salida de Reino Unido de la Uni¨®n Europea o los riesgos geopol¨ªticos derivados del conflicto entre Rusia y Ucrania.
¡°Estamos en un momento de transici¨®n en varios ¨¢mbitos que pueden concretarse a lo largo de 2015¡±, advert¨ªa el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, en una mesa redonda sobre las perspectivas de la econom¨ªa global. ¡°Las divergencias en pol¨ªtica monetaria van a provocar una reubicaci¨®n de los flujos de capital en todo el mundo, con consecuencias para muchos mercados y no exenta de turbulencias. Pero, sobre todo, va a poner a prueba el nuevo sistema financiero que hemos dise?ado despu¨¦s de la crisis de 2008¡±, se?alaba junto al miembro del consejo de gobierno del BCE, Beno?t Coeur¨¦. ¡°Es cierto que la nueva regulaci¨®n financiera puesta en marcha tras la crisis a¨²n no ha probado su efectividad, no tenemos la seguridad de que realmente sea la legislaci¨®n que necesitamos. Esta situaci¨®n exige una mayor coordinaci¨®n para evitar la emergencia de proteccionismos financieros entre los mercados m¨¢s afectados por las turbulencias¡±, se?alaba el banquero franc¨¦s.
La agenda geopol¨ªtica europea levanta m¨¢s dudas que certezas
Un buen ejemplo de esa inestabilidad que se avecina es la que ha provocado la inesperada decisi¨®n del Banco Nacional de Suiza de dejar cotizar libremente el franco contra el euro, acordada la semana pasada, y que ha revalorizado la divisa helv¨¦tica aproximadamente un 20% frente a la moneda ¨²nica. Dinamarca ha bajado los tipos de los dep¨®sitos dos veces en una semana, para situarlos en un terreno a¨²n m¨¢s negativo (-0,35%), y aliviar as¨ª las presiones sobre su divisa. El oro ha recuperado su estatus de valor refugio y su cotizaci¨®n se ha disparado este mes un 10% hasta los 1.300 d¨®lares la onza (1.160 euros). Los pa¨ªses emergentes se preparan. ¡°Vamos a estar muy vigilantes y creo que, en efecto, la coordinaci¨®n es m¨¢s imprescindible que nunca¡±, admit¨ªa el ministro de Finanzas brasile?o, Joaquim Levy.
¡°Se recolocar¨¢n capitales. Y habr¨¢ turbulencias¡±, avisa Mark Carney
La decisi¨®n de emprender una pol¨ªtica de compra de deuda por parte del BCE supone, adem¨¢s, la constataci¨®n de que los bancos centrales pr¨¢cticamente han agotado sus herramientas para reactivar el crecimiento y combatir la amenaza de deflaci¨®n, que la bala de plata de la pol¨ªtica monetaria, si era tal, ya se ha disparado. ¡°La pol¨ªtica monetaria ha cumplido, los dem¨¢s deben ahora hacer su trabajo y adoptar las reformas necesarias¡±, apuntaba Coeur¨¦. El abaratamiento de la energ¨ªa, recuerdan los banqueros centrales, tambi¨¦n deber¨ªa ayudar. ¡°No hay duda de que nos adentramos en terrenos desconocidos¡±, admit¨ªa estos d¨ªas la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.
Lo que ha emergido en esta edici¨®n de Davos es la renovada amenaza que representan los riesgos geopol¨ªticos para la econom¨ªa global. Muchos bancos internacionales han acudido al encuentro con especialistas en el an¨¢lisis geoecon¨®mico y los ejecutivos de Davos sit¨²an esta amenaza en el primer puesto de la lista de riesgos a medio plazo de la econom¨ªa mundial. Precisamente Rusia, uno de los grandes focos de tensi¨®n geopol¨ªtica, era en los ¨²ltimos a?os una de las grandes estrellas de la reuni¨®n. Es lo que Mois¨¦s Na¨ªm, socio senior del Carnegie Endowment for International Peace en Washington, llama el mal de Davos, porque habitualmente los pa¨ªses que acuden como grandes protagonistas a las reuniones del Foro entran en crisis pocos a?os despu¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.