Espa?a empieza a pagar en Bruselas

Las arcas espa?olas empiezan a aportar a las europeas m¨¢s de lo que reciben. Por primera vez desde que Espa?a entr¨® en la UE en 1986, los ingresos que se reciben de Bruselas son menores que las aportaciones espa?olas. Y no por poco. Los datos publicados por el Tesoro arrojan un balance negativo para Espa?a de nada menos que 1.600 millones de euros en 2014, la diferencia entre los 10.540 millones de ingreso y los 12.156 millones en pagos contabilizados. En los Presupuestos el Gobierno preve¨ªa un super¨¢vit de casi 150 millones, por una ligera disminuci¨®n de los fondos recibidos y una mayor aportaci¨®n espa?ola. Atr¨¢s quedan ya los a?os en que Espa?a recib¨ªa una lluvia de millones para converger con sus vecinos europeos: un saldo positivo de 84.313 millones en las primeras dos d¨¦cadas tras la adhesi¨®n y otros 10.200 entre 2007 y 2013.

Este resultado negativo ¡ªllegar a ser lo que en la jerga comunitaria se conoce como contribuyente neto, como lo son Alemania o Francia¡ª ser¨ªa una magn¨ªfica noticia si se debiera a que las aportaciones a la UE hubiesen crecido por el mayor consumo (recurso IVA) y por la mayor renta nacional, pero en realidad el pasado a?o solo est¨¢ un poco (cuatro millones) por encima de lo que se aport¨® a la UE en 2007, antes del estallido de la crisis. La clave est¨¢ en que se han recibido bastantes menos fondos comunitarios.

El Ministerio de Hacienda aduce que ese balance negativo ¡°se ha producido, fundamentalmente, debido al incremento en las aportaciones por el abono el 1 de diciembre de 2014 de 589 millones de euros netos¡± por la actualizaci¨®n de los c¨¢lculos de la Renta Nacional Bruta. ¡°Esta aportaci¨®n se recuperar¨ªa una vez se aprobara el presupuesto rectificativo al que Gran Breta?a se opuso a finales de a?o pasado¡±, porque tendr¨ªa que abonar 2.000 millones adicionales con el nuevo c¨¢lculos. ¡°Por esa raz¨®n, el impacto en nuestro saldo ha sido negativo¡±, explica Hacienda en un correo electr¨®nico.

Sin embargo, los presupuestos para 2014 contemplaban una aportaci¨®n espa?ola mucho mayor (de 13.083 millones, 1.182 m¨¢s que en 2013) y un descenso m¨ªnimo en las transferencias a Espa?a.

La Comisi¨®n no se pronuncia sobre el saldo negativo, ya que publica en verano su informe financiero que incluye esa informaci¨®n y no pueden dar datos anticipados. Hacienda aduce que ¡°los datos manejados son ¨²nicamente de tesorer¨ªa, afectados, por tanto, por cuestiones transitorias de caja¡± y que teniendo en cuenta ¡°el devengo efectivo de los recursos el saldo mejora considerablemente¡±. Tampoco avanza una cifra ya que hay que esperar ¡°al cierre de la contabilidad nacional del ejercicio 2014¡± en marzo.

El problema est¨¢ en que los cobros se han reducido mucho: los correspondientes a las subvenciones agr¨ªcolas se mantiene bastante estable pero los de los fondos de la pol¨ªtica de cohesi¨®n se achican. Y no porque Espa?a no tenga derecho a ellos sino porque las administraciones no han logrado ejecutar esos fondos, sobre todo los Fondos de Desarrollo Regional (FEDER) y los del Fondo Social Europeo.

Y eso pese a que el historial espa?ol de gesti¨®n de fondos europeos ha sido (al menos desde el punto de vista de la ejecuci¨®n financiera) un ejemplo. El paso del sobresaliente al suspenso tambi¨¦n tiene que ver con la crisis. Las administraciones deben financiar con sus propios medios los programas subvencionables (y sufragar un m¨ªnimo del 20% del coste total) para que luego la Comisi¨®n le abone las facturas.

Espa?a tiene que ejecutar o perder 9.000 millones de euros antes de final de a?o

Los recortes presupuestarios y las dificultades de financiaci¨®n han lastrado la ejecuci¨®n de los fondos en los ¨²ltimos a?os, justo cuando la econom¨ªa espa?ola m¨¢s necesitaba de proyectos que le permitiesen tirar de la inversi¨®n y crear empleo (se crearon 57.705 gracias al dinero europeo entre 2007 y 2012, seg¨²n Bruselas). Seg¨²n los datos de la Comisi¨®n, las administraciones espa?olas han conseguido ejecutar el 72,8% de los fondos asignados para el periodo presupuestario 2007-2013 (la media comunitaria es del 76,7%).

Adem¨¢s, como pese a la asistencia financiera al sector bancario Espa?a no se considera formalmente un pa¨ªs rescatado, no puede acceder a la posibilidad de que los fondos europeos financien hasta el 95% de los proyectos. Portugal y Grecia, ambos bajo un programa de asistencia financiera, han logrado ejecutar el 92,6% y el 88,3% de los 20.000 millones que ten¨ªa asignados cada uno de esos pa¨ªses, en n¨²meros redondos. Irlanda se ha quedado al borde del 80%.

A Espa?a le quedan por gastar la friolera de 9.000 millones de euros, de los 34.650 que ten¨ªa asignados para las pol¨ªticas de cohesi¨®n. Y las reglas comunitarias establecen que es necesario emplear esos fondos antes de final de este a?o, o en caso contrario se perder¨ªan.

Hacienda atribuye el desfase a un pago adicional de 589 millones

El anterior comisario de Pol¨ªtica Regional, Johannes Hahn, explicaba hace seis meses que Espa?a ten¨ªa el ¡°desaf¨ªo¡± de gastar esos 9.000 millones. Su sustituta, la rumana Corina Cre?u, se ha marcado como ¡°su mayor prioridad en el principio de su mandato la absorci¨®n de los fondos pendientes del periodo 2007-2013 antes de final de a?o¡±, en colaboraci¨®n con las autoridades nacionales para buscar ¡°acciones espec¨ªficas para cada pa¨ªs¡± para ayudar a implementar los programas de la manera m¨¢s r¨¢pida y eficiente posible¡±.

Hacienda reconoce que la ¡°finalizaci¨®n de programas del periodo anterior y el retraso en la puesta en marcha de los programas del nuevo periodo ha hecho que disminuya el ritmo habitual de certificaciones¡± pero afirma que ¡°se recuperar¨¢ en el momento en que todos los procedimientos y sistemas del nuevo periodo de programaci¨®n se encuentre en pleno funcionamiento¡±.

La Comisi¨®n explica que ¡°Espa?a es el segundo pa¨ªs europeo con el n¨²mero m¨¢s elevado de programas de cohesi¨®n¡±, solo por detr¨¢s de Polonia. ¡°Este factor, junto con la manera de la que las competencias est¨¢n distribuidas entre el nivel nacional y regional, llega a retrasos a la adopci¨®n de los programas¡±.