Los salarios, variable clave de una econom¨ªa
Seg¨²n la Encuesta Trimestral de Coste Laboral, cuyos datos del cuarto trimestre del pasado a?o public¨® esta semana el INE, el coste laboral total para el conjunto de 2014 ascendi¨® a 2.536 euros por trabajador y mes (las pagas extra est¨¢n prorrateadas entre los doce meses del a?o), lo que supone un 0,3% menos que en el a?o anterior. De esta cifra, casi el 75%, concretamente 1.882 euros, correspondi¨® a los salarios brutos que ven los trabajadores en sus n¨®minas, un 0,1% menos que en 2013. Los otros costes, entre los que se incluyen las cotizaciones a la Seguridad Social por parte de las empresas (aproximadamente un 22% del coste total), las indemnizaciones por despido, otras percepciones y, con signo negativo, las subvenciones y bonificaciones, ascendieron a 654 euros por mes y fueron un 1% inferiores a un a?o antes, lo que se explica sobre todo por la disminuci¨®n del n¨²mero de despidos.
Comercio exterior
No ha empezado bien el a?o para los exportadores. En enero el valor de las exportaciones de mercanc¨ªas, seg¨²n el registro de Aduanas y corregido de estacionalidad, fue un 5,5% inferior a la media del trimestre anterior. Su ca¨ªda en volumen (t¨¦rminos reales) fue algo menor, un 4,8%, ya que los valores unitarios (aproximaci¨®n a los precios) descendieron un 0,7%, debido al descenso de los precios de los productos energ¨¦ticos. El valor de las importaciones tambi¨¦n retrocedi¨® sobre el trimestre anterior un 2,9%, pero en este caso tal descenso se debi¨® enteramente al de los precios en un 4,9% (los energ¨¦ticos disminuyeron un 24%), ya que en t¨¦rminos reales aument¨® un 2,3%. Menci¨®n especial merece el aumento real de un 13,6% de las importaciones de bienes de capital. Aunque los datos mensuales son muy vol¨¢tiles, estas cifras apuntan a que, tras el par¨¦ntesis del cuarto trimestre del pasado a?o, la aportaci¨®n del saldo exterior de mercanc¨ªas al crecimiento real del PIB vuelve a ser negativo.
Los salarios son las rentas principales de los trabajadores. En este sentido, y al compararlos con la evoluci¨®n de los precios de consumo, cabe plantearse si sus variaciones llevan aparejadas ganancias o p¨¦rdidas de poder adquisitivo (variaci¨®n real), que es lo que importa. En este sentido, cabe recordar que los precios disminuyeron en 2014 un 0,2%, lo que permiti¨® que los salarios brutos ganaran un poquito de poder adquisitivo, un 0,1%. Si analizamos lo ocurrido en los a?os de crisis [gr¨¢fico superior izquierdo], vemos que en los dos primeros a?os los salarios acumularon una ganancia real de 4,5 puntos porcentuales. Ello no alent¨® el consumo, sino que fue a engrosar el ahorro familiar. Por otro lado, esos fuertes incrementos salariales agravaron la situaci¨®n de las empresas y provocaron decenas de miles de despidos. Al prolongarse la crisis, producirse la segunda recesi¨®n y aumentar la tasa de paro hasta el 26% de la poblaci¨®n activa, el comportamiento de los salarios cambia, de forma que desde 2010 hasta hoy su variaci¨®n ha sido pr¨¢cticamente nula en t¨¦rminos nominales y su poder adquisitivo ha ca¨ªdo un 7%. Bien es verdad que parte de esa p¨¦rdida se debe a las subidas del IVA, que han aumentado los precios sin que las empresas se beneficiaran de ello. Respecto a 2007 los salarios han ca¨ªdo en torno a un 3% en t¨¦rminos reales.
Pero los salarios, adem¨¢s de rentas para los trabajadores, son costes de producci¨®n para las empresas. Y en este caso, lo m¨¢s relevante y lo que nunca deben perder de vista los negociadores sociales, es su evoluci¨®n respecto al resto de econom¨ªas, sobre todo las que comparten con nosotros la moneda ¨²nica, el euro, pues de ello depende un aspecto muy importante de la competitividad y, por tanto, la capacidad de crecer y crear empleo. En el gr¨¢fico superior derecho se presenta la evoluci¨®n de los costes laborales de Espa?a en relaci¨®n a la media de la zona euro y a sus tres principales econom¨ªas: Alemania, Francia e Italia. Si nos remontamos al inicio del euro, vemos que entre 1998 y 2008 los costes laborales aumentaron casi un 10% m¨¢s en Espa?a que en la zona euro. Este aumento no hubiera supuesto p¨¦rdida de competitividad si la productividad espa?ola hubiera aumentado en esa proporci¨®n, de tal manera que los costes laborales por unidad producida (CLU, la verdadera medida de la competitividad-costes) se hubieran mantenido estables. El problema es que la productividad relativa disminuy¨® un 8% y, como consecuencia, los CLU relativos aumentaron un 18,5% (casi un 40% frente a Alemania) [gr¨¢ficos inferiores].
Una econom¨ªa que ha generado este desequilibrio no tiene ning¨²n porvenir dentro de una zona monetaria ¨²nica. Las opciones son dos: salirse del euro y devaluar la moneda o no salirse y hacer lo que se denomina una devaluaci¨®n interna, es decir, corregir la desviaci¨®n de los CLU, bien reduciendo los salarios relativos, bien aumentando la productividad relativa, bien mediante una combinaci¨®n de ambos procesos. Esto ¨²ltimo es lo que est¨¢ haciendo la econom¨ªa espa?ola desde 2010. Los salarios relativos con la zona euro han disminuido desde entonces casi un 7% y la productividad relativa ha aumentado algo m¨¢s de un 7%. Con ello, la desviaci¨®n de los CLU respecto a 1998 se ha reducido de un 18,5% en 2008 a un 3% en 2014.
La medicina de la devaluaci¨®n interna ha tenido efectos secundarios duros: p¨¦rdida de empleo y de poder adquisitivo de los salarios y desaparici¨®n de miles de empresas. Es de esperar que no se nos olvide la lecci¨®n.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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