Molins aprende a vivir sin Espa?a
El grupo prev¨¦ recuperar las cifras anteriores a la crisis en 2018 tras dar la vuelta al negocio
Los Molins tienen buenas relaciones con los Fradera y los Rumeu. Las tres familias mantuvieron algo en com¨²n durante el siglo pasado. Controlaban los dos grupos cementeros catalanes, con los que hab¨ªan compartido aventuras conjuntas en el extranjero. En 2006 todo cambi¨®. Los segundos vendieron su Uniland a Cementos Portland Valderrivas, de FCC. En la c¨²spide de la burbuja, como aquellos deportistas que prefieren retirarse antes de su ocaso definitivo, se fueron a casa despu¨¦s de que les valoraran su grupo en 2.000 millones de euros. Molins, en cambio, que incluso se plante¨® adquirir aquellos activos pero no por aquel precio, decidi¨® seguir en el negocio. Las cosas iban muy bien aquel a?o. Y continuaron bien en 2007. Pero en los dos siguientes ejercicios se empezaron a torcer y el negocio espa?ol de Molins primero perdi¨® ventas y despu¨¦s, a partir de 2010, entr¨® en p¨¦rdidas. Hasta hoy.
Entre 2007 y 2014 el consumo de cemento en Espa?a cay¨® un 84%. ¡°A la ca¨ªda del sector inmobiliario ha habido que sumar el descenso en la contrataci¨®n de la obra p¨²blica, como consecuencia de los recortes presupuestarios. Para responder a esa ca¨ªda de la demanda interna, las cementeras tienen que salir a vender al exterior¡±, se?ala Joan Carles Amaro, del Departamento de Control y Direcci¨®n Financiera de Esade.
El beneficio consolidado de Molins nunca ha entrado en n¨²meros rojos, pero su resultado neto lleg¨® a reducirse a una d¨¦cima parte y ahora parece que vuelve a repuntar. Espa?a ya no genera tantas p¨¦rdidas. Pero lo que salva al grupo es la apuesta que ha hecho en el exterior. Sus beneficios le han permitido capear un temporal al que otros grupos no le est¨¢n encontrando la salida. El actual consejero delegado de la compa?¨ªa, Joan Molins, recuerda c¨®mo en 1998 recorr¨ªa la carreteras de M¨¦xico en un coche que conduc¨ªa... Carlos Slim, el magnate mexicano que en el ¨²ltimo lustro se ha convertido en un potente inversor en Espa?a y cuya ¨²ltima inversi¨®n ha sido para erigirse en el principal accionista de FCC, y de Portland Valderrivas. Slim fue un socio m¨¢s de Molins. Pero por aquellas fechas, el grupo ya llevaba m¨¢s de una d¨¦cada probando fuera de Espa?a.
La compa?¨ªa refuerza su presencia en M¨¦xico y abre en Bolivia
Con aquel tipo de incursiones, siempre con otro socio y con el control compartido de la gesti¨®n, el negocio internacional ha ido creciendo hasta representar el 70% de los ingresos actuales. Y el que aporta los beneficios al grupo y compensa las p¨¦rdidas en Espa?a. M¨¦xico le aporta un Ebitda de 188 millones; Bangladesh, de 42 millones; Argentina, otros 41 millones... Y la lista contin¨²a con sus negocios en Uruguay y T¨²nez. Su ¨²ltima incorporaci¨®n ha sido Bolivia, donde construir¨¢ una planta.
Mientras que en Espa?a han ido ajustando su negocio (su plantilla se ha reducido casi a la mitad), las inversiones en el extranjero se han mantenido y potenciado. Entre 2007 y 2014 han construido cinco nuevas instalaciones para fabricar cemento, lo que ha supuesto una inversi¨®n de 754 millones de euros. Inversiones a las que se tendr¨¢n que a?adir las que anunciaron en su ¨²ltima presentaci¨®n de resultados, la apertura en Bolivia y la construcci¨®n de un nuevo horno en Veracruz (M¨¦xico).
Siguen atentos a nuevas oportunidades, como fue el caso de la fusi¨®n de Holcim y Lafarge (un antiguo socio del grupo), que supuso la desinversi¨®n de activos por 6.000 millones de euros. El problema es que Molins no deja de ser una compa?¨ªa familiar con una capacidad limitada y que no se quiere endeudar m¨¢s y aquellas ventas, en cambio, se realizaban en grandes paquetes. Adem¨¢s, la compa?¨ªa est¨¢ en plena renegociaci¨®n de 80 millones de euros de deuda, en busca de tipos m¨¢s bajos y plazos m¨¢s largos.
Joan Molins asume que el crecimiento en el exterior es la ¨²nica baza que tiene el grupo ¡°si queremos volver a tener el tama?o que ten¨ªamos en 2007¡±. Por el camino se han perdido 180.000 millones de euros de facturaci¨®n, un volumen que la compa?¨ªa prev¨¦ recuperar en los pr¨®ximos cuatro a?os. ¡°Nos hemos pasado una d¨¦cada cambiando el negocio y en 2018 los resultados ser¨¢n los mismos que en 2007¡±, afirma Molins, quien, a sus 73 a?os, est¨¢ en camino de ceder el testigo como m¨¢ximo ejecutivo del grupo. La compa?¨ªa ha iniciado el proceso para buscarle un sustituto, que ser¨¢ ajeno a la familia. Esa externalizaci¨®n ya se hab¨ªa producido en algunas de las compa?¨ªas del grupo, pero nunca hasta ahora en la cabecera.
En plena crisis adquiri¨® una planta en Barcelona para ganar clientes
Joan Carles Amaro considera un problema, por su alto coste y por la p¨¦rdida de capacidad productiva, el cierre de plantas cementeras. Muchas compa?¨ªas las mantienen casi inactivas, con un m¨ªnimo de actividad anual para asegurarse los derechos de emisiones de di¨®xido de carbono. Molins, sin embargo, considera que que m¨¢s pronto que tarde se tendr¨¢n que cerrar instalaciones en Espa?a porque dif¨ªcilmente la demanda de productos cementeros volver¨¢ a igualar la que se produjo durante los a?os del boom constructor, con la obra p¨²blica en m¨¢ximos y un sector inmobiliario desbocado.
Molins, de hecho, en plena crisis, apost¨® por adquirir una planta en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona). Se la compr¨® a Cemex en 2013 por 40 millones de euros. No le interesaban tanto las instalaciones como la cartera de clientes ¡ªganar cuota en un mercado en contracci¨®n asegura el futuro¡ª y el suelo, en el que previsiblemente se podr¨¢n ejecutar operaciones urban¨ªsticas y obtener plusval¨ªas.
Mientras que la de Sant Feliu est¨¢ condenada al cierre, el grupo apost¨® por remodelar su planta principal en Espa?a, la de Sant Vicen? dels Horts, tambi¨¦n en Barcelona. ¡°Creemos que nos ha ayudado. Mucha gente cre¨ªa que est¨¢bamos locos, pero a nadie de la familia le har¨ªa ilusi¨®n cerrar esa f¨¢brica¡±, explica el a¨²n consejero delegado, quien reconoce que en la ¨²ltima junta de accionistas lanz¨® al resto de socios: ¡°Ten¨ªamos un muy buen negocio, pero eso ha cambiado¡±.
A la espera de que el mercado espa?ol remonte, la compa?¨ªa apuesta por exportar el excedente de cemento fabricado en territorio nacional. Lo han hecho otras compa?¨ªas que no ve¨ªan m¨¢s salida a la crisis. La Generalitat de Catalu?a lleg¨® a dragar un puerto en Alcanar (Tarragona) para que tuviera mayor capacidad de calado y pudieran entrar barcos m¨¢s grandes para cargar el cemento que all¨ª produce Cemex.
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