Biof¨¢rmaco (hecho en Espa?a)
El sector biotecnol¨®gico lamenta la falta de cultura inversora en I+D, aunque algunos casos de ¨¦xito comienzan a abrir el camino de esta industria innovadora
Nuevos f¨¢rmacos biol¨®gicos para la cura de la hepatitis C, marcadores que descubren un tipo de tumor con un simple an¨¢lisis de sangre, medicamentos personalizados contra el c¨¢ncer, p¨ªldoras que liberan la droga en el cuerpo en el momento y sitio necesario, terapias celulares para regenerar el coraz¨®n¡ Estos son productos e investigaciones de una pujante industria, la biotecnolog¨ªa, que naci¨® hace apenas tres d¨¦cadas y que ya es el presente del sector farmac¨¦utico en Espa?a y en el mundo. Una actividad que creci¨® como la espuma en la ¨²ltima d¨¦cada y que ha conseguido soportar la crisis mejor que otras.
¡°En Espa?a el sector biotech se desarroll¨® m¨¢s tarde que en otros pa¨ªses, pero cuando lo hizo, fue con mucha energ¨ªa emprendedora¡±, recuerda Cristina Garmendia, exministra de Ciencia entre 2008 y 2011. Esta investigadora y empresaria, pionera de la biotecnolog¨ªa como fundadora de Genetrix en el a?o 2000, rememora que estas compa?¨ªas aguantaron la recesi¨®n gracias a la financiaci¨®n para desarrollar productos recibida en la bonanza. ¡°Pero la sequ¨ªa de cr¨¦dito, inversi¨®n, subvenci¨®n y compras p¨²blicas ha durado demasiado y ahora que la econom¨ªa m¨¢s convencional muestra claros signos de recuperaci¨®n, el sector atraviesa un momento delicado¡±.
Esta industria utiliza la biolog¨ªa para investigar y desarrollar nuevos productos en salud, alimentaci¨®n, veterinaria, medioambiente, agricultura e industria. En Espa?a no ha parado de crecer el ritmo de empresas que utilizan estos procesos. En 2012, 3.700 compa?¨ªas ya realizaban este tipo de actividades, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). En esa cifra se incluyen los grandes conglomerados energ¨¦ticos, farmac¨¦uticos o agroalimentarios, que han entrado en estas operaciones, primero t¨ªmidamente, y actualmente con fuerza. En total, facturaron 80.312 millones de euros (un 5,2% m¨¢s que el ejercicio anterior) y emplean 202.000 personas. Madrid, Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Andaluc¨ªa concentran la mayor parte de estas firmas innovadoras.
Sin embargo, el n¨²mero de empresas que se dedican exclusivamente a la biotecnolog¨ªa se redujo por primera vez en 2012, cuatro a?os despu¨¦s de comenzar la crisis, desde las 660 hasta las 625 compa?¨ªas. Otra reciente estad¨ªstica del INE, sobre 2013, se?ala que la I+D del sector ha ca¨ªdo un 1,8% anual hasta los 1.430 millones.
¡°Faltan m¨¢s casos de ¨¦xito y un mayor conocimiento de los que se han producido¡±, asegura Regina Revilla, presidenta de la patronal Asebio (Asociaci¨®n Espa?ola de Bioempresas), sobre la escasez de conquistas de la investigaci¨®n espa?ola. El antitumoral Yondelis, de PharmaMar, fue el primer biof¨¢rmaco espa?ol en llegar a los pacientes, en 2007. Otras compa?¨ªas como Progenika (adquirida por Grifols), Tigenix (cotizando en B¨¦lgica y referente en terapia celular), o Lipotec (comprada por una compa?¨ªa del magnate Warren ?Buffett) se han convertido en ejemplos reconocidos.
El caso Oryzon
M¨¢s all¨¢ del ¨¦xito de Yondelis, actualmente estas compa?¨ªas cuentan con 106 mol¨¦culas o productos en investigaci¨®n, seg¨²n los datos proporcionados por la patronal Asebio. La oncolog¨ªa se muestra como el ¨¢rea que m¨¢s interesa a estas firmas innovadoras (el 29% de los productos en I+D), seguida de neurociencias.
¡°Al sector le hacen falta m¨¢s inversores¡±, reconoce Carlos Buesa, ¡°por supuesto¡±, presidente de la catalana Oryzon, que consigui¨® el hito de vender a la multinacional Roche los derechos de dos mol¨¦culas en investigaci¨®n contra el c¨¢ncer, por lo que recibir¨¢ hasta 500 millones de d¨®lares si finalmente se muestran eficaces. ¡°Hemos puesto a Espa?a por primera vez en el radar internacional¡±, apunta.
Oryzon, en su af¨¢n por convertirse en una empresa internacional y buscar recursos, ha abierto una sede en Boston para darse a conocer entre los financiadores especializados de la Costa Este de Estados Unidos y comenzar a cotizar en 2016 en el ¨ªndice burs¨¢til Nasdaq. ¡°Aqu¨ª hay capital para las primeras fases de desarrollo. Pero es un desierto cuando se necesita dinero para crecer. Nos hacen falta grandes sociedades de capital riesgo especializado¡±, lamenta Buesa. En los ¨²ltimos a?os han aparecido alguna de estas firmas, como Ysios Capital Partners (donde participa Garmendia) o Crossroad Biotech.
Otras peque?as bioempresas han optado por cotizar en el Mercado Alternativo Burs¨¢til (MAB) en Espa?a. Es el caso de Neuron, una firma granadina especializada en el descubrimiento de nuevos f¨¢rmacos, principalmente contra patolog¨ªas neurodegenerativas. ¡°El MAB nos ha dado cierta visibilidad y rapidez en la captaci¨®n de recursos cuando son necesarios¡±, destaca Fernando Valdivieso, presidente de Neuron. Este catedr¨¢tico de Bioqu¨ªmica asevera que la ciencia espa?ola y sus productos tienen nivel suficiente para competir internacionalmente, pero afirma que el capital espa?ol no cree en la I+D patria. Para Buesa, de Oryzon, al capital nacional todav¨ªa no le interesa la biotecnolog¨ªa: ¡°Solo interesa el turismo y el sector inmobiliario. No hay cultura de inversi¨®n con resultados a largo plazo¡±, afirma.
Compiten con las grandes
A nivel internacional, desde los a?os ochenta han ido apareciendo grandes biofarmac¨¦uticas que se han convertido en multinacionales capaces de competir con las grandes farmac¨¦uticas y en agentes muy din¨¢micos lanzando terapias biol¨®gicas para enfermedades sin cura. Es el caso de Genzyme, Amgen, Biogen, Celgene o Gilead, compa?¨ªa que comercializa el nuevo tratamiento llamado Sovaldi para la hepatitis C. Normalmente, estos nuevos f¨¢rmacos provienen de universidades y centros de investigaci¨®n, que crean peque?as spin off para desarrollarlos. Si tienen ¨¦xito en las primeras fases de ensayos precl¨ªnicos (con animales) o cl¨ªnicos (con personas), las grandes empresas farmac¨¦uticas suelen comprar los derechos de esos futuros medicamentos y asumen la m¨¢s costosa fase final de desarrollo. Eso provoca que haya un mercado muy din¨¢mico de alianzas con estas biot¨¦cnicas o incluso de adquisiciones.
¡°En nuestro pa¨ªs faltan ejemplos de ¨¦xito, la marca Espa?a no tiene tradici¨®n ni hay una cultura industrial para llevar al mercado los avances de los cient¨ªficos¡±, apunta Valdivieso resaltando las barreras con que se encuentran. ¡°Incluso en la universidad no ha estado bien visto ganar dinero con una empresa. Era como si prostituy¨¦semos la investigaci¨®n¡±, a?ade, una reminiscencia que asegura que a¨²n permanece en algunos casos.
¡°En Espa?a ha habido alternativas muy rentables de poco valor a?adido. Adem¨¢s, falta una cultura de inversi¨®n socialmente responsable e incentivos adecuados a los inversores que apuestan por este tipo de sectores¡±, se queja la presidenta de la patronal. ¡°El inversor internacional no nos ten¨ªa en el radar y cuando empez¨® a fijarse en nosotros lleg¨® la crisis y todos los problemas de riesgo pa¨ªs asociados a ella. Ahora llegan con inter¨¦s renovado y esta segunda y quiz¨¢ ¨²ltima oportunidad no la podemos perder¡±, opina Revilla.
¡°Necesitamos un plan de choque que contemple la atracci¨®n de capital riesgo internacional, crecimiento del tama?o medio de las empresas a trav¨¦s de fusiones y adquisiciones, reconocimiento de la singularidad de las compa?¨ªas de alta tecnolog¨ªa a efectos fiscales y en las pol¨ªticas de apoyo a la I+D, y apoyo a la compra p¨²blica innovadora¡±, reclama la exministra Garmendia.
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