Un a?o clave para el comercio global
Las distintas negociaciones en marcha para formar bloques aduaneros allana el camino hacia un nuevo impulso a la liberalizaci¨®n de los intercambios de mercanc¨ªas
El crecimiento del comercio mundial se ha estancado. El impulso logrado con los acuerdos de liberalizaci¨®n del pasado y la integraci¨®n de las grandes econom¨ªas, especialmente China, se est¨¢ esfumando y tras d¨¦cadas con ritmos de crecimiento muy superiores a los del PIB global, los intercambios comerciales han frenado su velocidad hasta hacerlo a la par que la econom¨ªa mundial. Sin embargo, 2015 apunta a que cambiar¨¢ ese escenario. Distintos acuerdos comerciales en negociaci¨®n desde hace d¨¦cadas se preparan para ver finalmente la luz en los pr¨®ximos meses y, aunque no sea el caso de la ronda multilateral de liberalizaci¨®n de Doha, combinados entre s¨ª esos acuerdos supondr¨¢n, seg¨²n los expertos, un revulsivo al l¨¢nguido escenario comercial y al crecimiento mundial. ¡°En general, billones de d¨®lares del comercio ya existente pueden verse beneficiados [por los acuerdos] y se abren importantes posibilidades para el desarrollo¡±, apuntaba en un reciente informe Doug Lippoldt, de HSBC.
Si se echa la vista atr¨¢s, el cambio que se ha producido en los intercambios comerciales en las ¨²ltimas d¨¦cadas es apabullante. El valor de las exportaciones globales ha pasado de los dos billones de d¨®lares de 1980 a superar los 18 billones en 2013, lo que supone un crecimiento medio anual del 6,8%. Las econom¨ªas desarrolladas acaparaban el 73% de las exportaciones en 1980 y ahora el 43% ya est¨¢ en manos de los pa¨ªses emergentes. Solo China ha pasado de representar apenas el 1% del comercio global a algo m¨¢s del 12% en 2013. Sin embargo, el ritmo de crecimiento se ha reducido notablemente en los ¨²ltimos a?os y los intercambios comerciales han pasado a crecer a niveles de entre el 2,5% y el 3,5%, casi lo mismo que avanza la econom¨ªa global.
La Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) rebaj¨® en septiembre sus expectativas de crecimiento para este a?o ¡ªdel 5,3% calculado en abril al 4%¡ª y en las pr¨®ximas semanas, admiten fuentes oficiales, se va a volver a rebajar m¨¢s. El problema empieza a ser end¨¦mico. ¡°Hay muchos factores que ayudan a explicar esa ralentizaci¨®n¡±, aclaran esas fuentes. ¡°Europa a¨²n pesa mucho en esos intercambios comerciales y la crisis de deuda se deja sentir en los n¨²meros globales; la desaceleraci¨®n de China ha reducido mucho el comercio Sur-Sur y las cadenas de valor que impulsaron ese vigoroso crecimiento ya han madurado¡±, sostienen. Ni siquiera la fuerte rebaja del precio del petr¨®leo parece ser capaz de modificar la trayectoria de desaceleraci¨®n en que se encuentra inmerso el comercio. Basta ver c¨®mo marcha la demanda de contenedores para transporte mar¨ªtimo. En los dos ¨²ltimos a?os, ese transporte ven¨ªa creciendo al 4% y para este a?o los datos estar¨¢n m¨¢s cerca del 3%, seg¨²n los c¨¢lculos de Maersk Line, el grupo dan¨¦s que transporta el 15% de todas las mercanc¨ªas que se mueven por v¨ªa mar¨ªtima en el mundo. Antes de la crisis financiera la demanda de contenedores para barcos crec¨ªa al 10% anual.
Ese escenario implica que hay muchos factores estructurales detr¨¢s de la desaceleraci¨®n del comercio: que China no va a crecer a los ritmos que hemos visto a?os atr¨¢s; que la desaceleraci¨®n de esa y las otras grandes econom¨ªas emergentes frenar¨¢ las exportaciones entre las econom¨ªas en desarrollo; y que pasar¨¢ mucho tiempo antes de que poder dar por segura una recuperaci¨®n sostenida en la UE. ¡°El comercio es un componente esencial de la agenda pol¨ªtica global para impulsar el crecimiento. Es necesario un nuevo impulso en esas pol¨ªticas dado los elevado riesgos al crecimiento y el temor a la nueva mediocridad¡±, relataban el mes pasado los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ese impulso procedi¨®, en el pasado, de la ronda de liberalizaci¨®n que se adopt¨® en Uruguay en 1994 y de los acuerdos que a su vez propici¨® esa misma ronda, tanto bilaterales como de integraci¨®n multilateral. Sin embargo, a la vista de la deriva en la que encuentran las negociaciones en el seno de la OMC sobre la Ronda de Doha, el empuj¨®n que reclaman los economistas del FMI no parece que vaya a proceder de la organizaci¨®n multilateral.
La OMC lanz¨® en 2001 en Doha una negociaci¨®n para impulsar otra ronda de liberalizaci¨®n que han registrado escasos avances desde entonces. ¡°La formulaci¨®n de Doha para reducir los subsidios era pr¨¢cticamente imposible desde el principio¡±, admiten fuentes comerciales. En 2013 en Bali los ministros acordaron trabajar sobre una agenda menos ambiciosa pero m¨¢s pragm¨¢tica y de poco ha servido. Apenas ha habido avances y las diferencias en temas agr¨ªcolas, servicios y productos industriales permanecen. Nadie espera algo parecido a un acuerdo para la reuni¨®n ministerial que se celebrar¨¢ en Kenia en diciembre y s¨®lo los m¨¢s optimistas alcanzan a ver una conclusi¨®n gen¨¦rica ¡ªy aligerada¡ª de la ronda para 2017.
El problema es m¨¢s de fondo, sostienen algunos expertos. ¡°La agenda que se negocia en la OMC ha quedado obsoleta. La protecci¨®n de las inversiones y de los derechos de propiedad no forman parte de las negociaciones. Es un modelo que sirve para el viejo comercio, para mantener el statu quo no para el siglo XXI¡±, asegura Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano y profesor de An¨¢lisis Econ¨®mico de la Universidad Aut¨®noma.
A diferencia de otros organismos internacionales, la OMC no se rige por cuotas, cada pa¨ªs tiene un voto y los acuerdos han de adoptarse por unanimidad. Eso significa que los pa¨ªses emergentes, a diferencia de lo que sucede en el FMI o en el Banco Mundial, tienen el mismo peso que los pa¨ªses desarrollados a la hora de negociar. ¡°Es un sistema m¨¢s representativo y m¨¢s cre¨ªble pero al mismo tiempo es m¨¢s dif¨ªcil de gestionar¡±, admiten fuentes oficiales. Los enfrentamientos son evidentes. ¡°Estados Unidos y China est¨¢n poniendo muchas barreras a las l¨ªneas de negociaci¨®n que hacen casi imposibles los avances. Van a tener que llegar a alg¨²n tipo de acuerdo para que las conversaciones puedan seguir vivas¡±, apuntan fuentes negociadoras.
La organizaci¨®n se niega a dar por muerta la Ronda de Doha y pone como ejemplo el reciente Acuerdo sobre Facilitaci¨®n del Comercio, que se cerr¨® en noviembre pasado con el objetivo de agilizar los procedimientos de aduanas. Ahora los pa¨ªses miembros tienen que ratificar el acuerdo y no entrar¨¢ en vigor hasta que dos tercios de los 160 Estados que integran la OMC lo hayan aprobado. Cuando eso suceda, la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) calcula que la medida reducir¨¢, de forma generalizada, los costes comerciales m¨¢s de un 12%.
Desde Ginebra recuerdan tambi¨¦n lo avanzado de la negociaci¨®n del Acuerdo sobre Tecnolog¨ªa de la Informaci¨®n, para incluir otros 200 productos en la lista de aquellos libres de aranceles. Lippoldt, de HSBC, asegura que esos productos ¡ªcomo GPS, consolas de video juegos o cartuchos de impresora¡ª suponen flujos de comercio por 2,4 billones de d¨®lares. Pero lo que parec¨ªa casi un acuerdo hecho cuando China y EE UU limaron sus diferencias en noviembre pasado, sigue sin lograr el respaldo de todos los miembros ante las reticencias de Corea del Sur o Taiw¨¢n, que quieren incluir sus productos estrella en el listado. As¨ª las cosas, la OMC solo ha logrado cerrar el Acuerdo sobre Facilitaci¨®n del Comercio en sus 20 a?os de vida, que cumple en abril.
En esas condiciones no es de extra?ar que el foco de las negociaciones hayan pasado al ¨¢mbito regional, s¨®lo que a escala masiva ¡ª¡°los que pueden, claro, que son los grandes pa¨ªses desarrollados; los peque?os pa¨ªses emergentes no pueden hacer esa apuesta¡±, apuntan desde la OMC¡ª. Son los conocidos como acuerdos megarregionales y, entre ellos, el m¨¢s adelantado es el Acuerdo de Asociaci¨®n del Pac¨ªfico (TPP por sus siglas en ingl¨¦s) que negocia Estados Unidos, con otros 11 pa¨ªses (Jap¨®n, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canad¨¢ y los latinoamericanos M¨¦xico, Per¨² y Chile) en un intento evidente de avanzar su influencia sobre la regi¨®n y frenar a China. ¡°Es la hora de establecer nuevas pautas del comercio mundial. Si no las escribimos nosotros, las van a escribir otros y, entre esos otros, claramente China¡±, subrayan fuentes estadounidenses.
Pek¨ªn est¨¢ embarcada en una negociaci¨®n con Australia, India, Jap¨®n, Corea del Sur y Nueva Zelanda con los pa¨ªses que conforman la Asociaci¨®n de Naciones del Sudeste Asi¨¢tico (Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Myanmar y Camboya). Estados Unidos quiere concluir su acuerdo con los pa¨ªses del Pac¨ªfico antes que China y parece que lo lograr¨¢ antes de finales de este a?o. El acuerdo afectar¨¢ a unos 800 millones de personas y representar¨¢ un PIB de casi 28 billones de d¨®lares. Algunos c¨¢lculos apuntan que el acuerdo propiciar¨¢ beneficios de m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares. ¡°La negociaci¨®n del TPP incorpora ¨¢reas que no recoge la OMC, tiene que ver m¨¢s con las normas que con los aranceles. Chile ya tiene acuerdos con los otros 11 pa¨ªses, as¨ª que no puede obtener mucho m¨¢s pero estar en ese club tiene un valor¡±, afirma Andr¨¦s Rebolledo, viceministro de Comercio de Chile.
La condici¨®n indispensable para aprobar el TPP es que el Congreso estadounidense otorgue al presidente Barack Obama la Autoridad de Promoci¨®n Comercial, lo que implica que el Congreso de EE UU puede aprobar o rechazar un determinado acuerdo ¡ªla conocida como v¨ªa r¨¢pida¡ª, pero no introducir enmiendas. ¡°Si todo va bien, Obama lograr¨¢ la autoridad comercial para julio y eso acelerar¨¢, sin duda, la aprobaci¨®n del TPP y sentar¨¢ las bases para avanzar en la negociaci¨®n del acuerdo con la Uni¨®n Europea¡±, sostienen fuentes comerciales espa?olas.
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