Carsten Spohr, el rostro del dolor de Lufthansa
La tragedia del vuelo del Germanwings deja sin aire al en¨¦rgico presidente de la legendaria aerol¨ªnea alemana
Cuando Carsten Spohr, un ingeniero industrial de 48 a?os y experimentado piloto de los Airbus A320, asumi¨® el cargo de presidente de Lufthansa, el 1 de mayo de 2014, su antecesor, Christoph Franz, le hizo entrega de una corbata de color negro. "Carsten, esta corbata la hered¨¦ de mi antecesor, Wolfgang Mayrhuber. Ahora te pertenece y espero que nunca tengas que usarla", le dijo.
El din¨¢mico nuevo jefe de la aerol¨ªnea germana guard¨® la corbata en un armario, se olvid¨® de ella, y comenz¨® a dise?ar una estrategia para evitar el colapso econ¨®mico de la compa?¨ªa y, al mismo tiempo, sacudir las viejas estructuras de una empresa que se hab¨ªa convertido en uno de los s¨ªmbolos del milagro econ¨®mico de Alemania pero que no hab¨ªa aprendido a hacer frente a la despiadada competencia de las aerol¨ªneas de bajo coste.
Con 20 a?os de experiencia y el m¨¦rito de formar parte del exclusivo c¨ªrculo ejecutivo de la compa?¨ªa, Spohr pudo anunciar, en diciembre pasado, una estrategia para acabar con los problemas acumulados en la ¨²ltima d¨¦cada. Redobl¨® la apuesta por los vuelos baratos, una decisi¨®n no exenta de riesgos, pero real. ?Qu¨¦ otra cosa pod¨ªa hacer el nuevo jefe de Lufthansa cuando la realidad le demostraba que Easyjet o Ryanair operan entre un 30 y un 40% m¨¢s barato, una realidad que le ocasion¨® a la compa?¨ªa alemana p¨¦rdidas de 732 millones de euros en 2014? ?C¨®mo darle la vuelta a una aerol¨ªnea que el a?o pasado hab¨ªa vivido una decena de huelgas de pilotos y hab¨ªa retrocedido un 10% en Bolsa?
El plan de Spohr fue bautizado con el nombre de Wings (Alas) y el mensaje era claro: Lufthansa tambi¨¦n pod¨ªa ofrecer un servicio barato, pero mucho mejor que el que ofrece la competencia. Con la marca Eurowings ¡ªcuyos vuelos se comercializan con los de Germanwings¡ª, una compa?¨ªa separada de la matriz, Spohr se propuso ofrecer vuelos de bajo coste tanto europeos como intercontinentales.
Pero el destino le ten¨ªa reservada una amarga y tr¨¢gica sorpresa al hombre que estaba luchando en todos los frentes para darle una segunda oportunidad a la legendaria l¨ªnea a¨¦rea. Poco despu¨¦s de las 11:00 horas del martes 24 de marzo, Spohr fue informado de que el vuelo 4U9525 de Germanwings que iba de Barcelona a D¨¹sseldorf se hab¨ªa estrellado en los Alpes franceses. El ejecutivo sac¨® entonces la corbata negra del armario y puso en marcha una estrategia para impedir que la tragedia terminara haciendo a?icos la imagen de Lufthansa.
Pocas horas despu¨¦s de conocerse la dimensi¨®n del siniestro, el presidente de la aerol¨ªnea compareci¨® ante la prensa en la moderna central de Lufthansa en el aeropuerto de Fr¨¢ncfort. Vestido con traje oscuro y la corbata negra, Spohr, un hombre con fama de jovial y seguro de s¨ª mismo, admiti¨® con voz grave: "Aqu¨ª estamos todos profundamente consternados. Nuestros pensamientos est¨¢n con los familiares de los pasajeros y con nuestra tripulaci¨®n". No obstante, lo peor estaba por llegar. En la noche del mi¨¦rcoles al jueves, el ejecutivo fue informado por las autoridades francesas de que el copiloto, Andreas Lubitz, hab¨ªa estrellado a prop¨®sito el avi¨®n.
"Es el d¨ªa m¨¢s negro en la historia de Lufthansa", dijo entonces. "Ni en nuestras peores pesadillas podr¨ªamos haber imaginado que una tragedia como esta afectara a la compa?¨ªa", admiti¨® con el rostro compungido. "Si alguien lleva a la muerte a 149 personas, ese hecho no se puede definir como un suicidio", a?adi¨®. La frase breve, pero categ¨®rica, mostr¨® que el m¨¢ximo ejecutivo de Lufthansa ten¨ªa una rara cualidad para hacer frente a una tragedia con las palabras y el tono adecuado, adem¨¢s de tener el valor de asumir con una actitud poco com¨²n la responsabilidad de la gesti¨®n de la crisis.
Sin embargo, pese a sus aciertos a la hora de hablar sobre la tragedia, Spohr cometi¨® un error que dej¨® en entredicho la cualidad m¨¢s exquisita que ofrece Lufthansa al mundo: su pol¨ªtica de seguridad. Tras calificar a los pilotos de la compa?¨ªa como "los mejores del mundo", Spohr afirm¨® ante decenas de c¨¢maras de televisi¨®n que el copiloto de Germanwings estaba capacitado en un 100% para volar.
La tragedia amenaza con frenar el ambicioso plan de rescate que el ejecutivo hab¨ªa puesto en marcha para la aerol¨ªnea
El historial m¨¦dico de Lubitz, sin embargo, dej¨® al desnudo lo contrario y abri¨® un nuevo frente en la agitada vida de Spohr. ?C¨®mo era posible que una compa?¨ªa como Lufthansa no estuviera enterada de que un copiloto era depresivo, ten¨ªa tendencias suicidas y que estaba siendo tratado por m¨¦dicos? Desde que se conoce el historial m¨¦dico del copiloto y sobre todo desde que la propia empresa reconoci¨® que Lubitz le hab¨ªa comunicado en 2009 que sufr¨ªa una grave depresi¨®n, el mundo tambi¨¦n desea saber si el caso fue un hecho aislado.
Spohr, que entre sus funciones en la compa?¨ªa estuvo la de responsable del departamento de contrataci¨®n de personas a mediados de los noventa, no tiene una respuesta que devuelva a la empresa su fama de casi infalible. Todo apunta a que para este ejecutivo alem¨¢n, que ha declarado que "siempre ha querido trabajar en una aerol¨ªnea y que ama los aeropuertos y su atm¨®sfera" a pesar de las interminables horas que pasa en ellos; las investigaciones sobre la relaci¨®n entre Lubitz y la compa?¨ªa le deparar¨¢n m¨¢s de un disgusto.
Aunque la tragedia amenaza con frenar el ambicioso plan de rescate que el ejecutivo hab¨ªa puesto en marcha para la aerol¨ªnea, los que han trabajado con Spohr no dudan de su entrega profesional hacia la compa?¨ªa a la que siempre quiso pertenecer. Una entrevista de septiembre de 2013 publicada por el diario canadiense The Globe and Mail, revelaba ese sentimiento: "En estos tiempos, con la complejidad que presentan, todo se resume en armar el mejor equipo. Creo que los tiempos del individualismo, tan arraigado en la cultura norteamericana, est¨¢n tocando a su fin. Creo que gestionar exitosa de una compa?¨ªa depende del esfuerzo de un equipo y creo que algunos viejos valores, como el orgulloso de pertenecer a una compa?¨ªa, de tener un trabajo, est¨¢n volviendo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.