Diagn¨®stico de una recuperaci¨®n
Espa?a corre el riesgo de que la mejora econ¨®mica maquille las debilidades que agudizaron la crisis
La sucesi¨®n de datos positivos dibujan el principio del fin de la mayor crisis de la democracia. ¡°Esto son mucho m¨¢s que brotes verdes¡±, certifica Rafael Dom¨¦nech, responsable de econom¨ªas desarrolladas en BBVA Research, en referencia a la fallida salida de la recesi¨®n en 2010. ¡°La recuperaci¨®n ha sorprendido, sobre todo no esper¨¢bamos una creaci¨®n de empleo tan r¨¢pida en 2014¡±, detalla el catedr¨¢tico de la Universidad de Valencia. En sus primeras estimaciones sobre lo que iba a ocurrir el a?o pasado, el servicio de estudios del banco anticipaba un crecimiento del 1%, algo inferior al avance del PIB registrado finalmente (1,4%). Pero apenas anticipaba una creaci¨®n de 50.000 empleos a lo largo del a?o, cuando han sido 435.000.
Si la evoluci¨®n m¨¢s reciente es positiva, en la foto fija siguen predominando los tonos oscuros. ¡°Aun cuando se cumpla el pron¨®stico de crear un mill¨®n de empleos entre 2014 y 2015, eso solo supone recuperar uno de cada tres puestos de trabajo perdidos en la crisis¡±, ejemplifica Dom¨¦nech, ¡°y eso explica la decepci¨®n de mucha gente¡±.
¡°Que sea sostenible la recuperaci¨®n es algo incierto¡±, dice Garc¨ªa Montalvo
La cronolog¨ªa de la crisis est¨¢ condicionada por las dificultades de financiaci¨®n que sufri¨® la econom¨ªa espa?ola, muy endeudada, tras el revent¨®n de la burbuja inmobiliaria y las dudas de los mercados sobre la continuidad de la zona euro. Las sucesivas intervenciones del Banco Central Europeo, a partir de 2012, cambiaron la tendencia. Como contrapartida, el Gobierno espa?ol asumi¨® un contundente paquete de recortes y reformas. Primera lecci¨®n: la pertenencia a la zona euro no blinda del efecto de los desequilibrios acumulados (exceso de deuda, exceso de ladrillo, baja productividad, mucho empleo de baja cualificaci¨®n) durante a?os. Y su respaldo en momentos de zozobra no es autom¨¢tico, sino fruto de complejas negociaciones.
¡°Por primera vez no tenemos el control del tipo de cambio ni de la pol¨ªtica monetaria. Y el nivel de endeudamiento acumulado tampoco tiene precedentes¡±, plantea Josep Oliver, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la Pompeu Fabra, se?ala que ¡°esta salida de la crisis se parece a otras en que primero crecen las exportaciones, la balanza exterior se recupera y luego aumenta el consumo¡±. Pero esta vez el reequilibrio de la balanza exterior se empuja ¡°con una devaluaci¨®n interna, salarial, no con una devaluaci¨®n de la moneda¡±, lo que tiene otras implicaciones.
Garc¨ªa Montalvo tambi¨¦n ve semejanzas con ¡°otras crisis bancarias, que son m¨¢s largas, m¨¢s da?inas¡±. Pero, agrega, ¡°que esta salida sea sostenible, por el entorno en el que se produce y por las caracter¨ªsticas de la econom¨ªa espa?ola, es algo muy incierto¡±.
Con los altos niveles de deuda y desempleo acumulados y el nulo margen fiscal en muchos pa¨ªses, el BCE ha optado por una masiva intervenci¨®n en el mercado de bonos p¨²blicos. El objetivo es forzar a los inversores a desplazarse a otros t¨ªtulos de m¨¢s riesgo para reconducir la financiaci¨®n a empresas y familias y favorecer as¨ª un ajuste gradual de la deuda. ¡°Nunca hemos estado en un fregado monetario como este. En 2008, despu¨¦s de la quiebra de Lehman Brothers, las letras del Tesoro de EE UU se pusieron en tipos negativos y recuerdo decirles a mis alumnos que viv¨ªamos una situaci¨®n excepcional. Ahora, tras la intervenci¨®n del BCE es casi la norma¡±, recuerda el catedr¨¢tico de la Pompeu Fabra.
En el ¨²ltimo informe de La Caixa Research, el economista jefe del servicio de estudios de la entidad, Jordi Gual, incide en el mismo aspecto, ¡°aun a expensas de echar un poco de agua al vino de la tan esperada recuperaci¨®n¡±. Gual da por hecho un periodo prolongado de ¡°condiciones monetarias muy laxas¡±, pero insiste en aprovecharlo para reducir el endeudamiento, sobre todo el p¨²blico, que no para de crecer.
Oliver cree poco realista volver en cuatro a?os a los 20 millones de empleos
La mejora de la financiaci¨®n, la depreciaci¨®n del euro y la rebaja del petr¨®leo se han aliado para impulsar las expectativas de crecimiento a cerca del 3% anual. El Gobierno, incluso, conf¨ªa en presentarse a las elecciones con la creaci¨®n de 800.000 empleos en 2015 y proyecta volver a los 20 millones de empleos en cuatro a?os. A Josep Oliver no le salen las cuentas. ¡°Si no es a trav¨¦s de la construcci¨®n y el sector p¨²blico simplemente no va a ser. La estructura del empleo, de la econom¨ªa tendr¨ªa que ser distinta. Y la alternativa, un crecimiento de la demanda alimentada por una financiaci¨®n excesiva, tampoco va a ser, la Comisi¨®n Europea y el BCE ahora no lo van a permitir¡±.
Para Oliver, ¡°el mayor cambio estructural en esta etapa¡± tambi¨¦n tiene sello europeo y es especialmente relevante para Espa?a: el traspaso de la supervisi¨®n de la banca al BCE. ¡°Cuando la crisis estalla, las familias y empresas de Italia est¨¢n moderadamente endeudadas, nada que ver con Espa?a¡±. ¡°Se minusvaloraron los riesgos, ahora la supervisi¨®n y los mercados exigen m¨¢s recursos propios a las entidades¡±, coincide Dom¨¦nech, que descarta que el exceso de liquidez pueda volver a traducirse en exceso de deuda y malas decisiones de inversi¨®n.
Precisamente de los organismos internacionales, que no paran de glosar el ejemplo de Espa?a por seguir la receta de recortes y reformas, vienen tambi¨¦n las advertencias. ¡°Hasta que el desempleo no baje mucho, la recuperaci¨®n espa?ola no podr¨¢ considerarse una historia de ¨¦xito¡±, sintetiz¨® esta semana el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard. La tasa de paro est¨¢ aun por encima del 23% y el Fondo no cree que baje del 20% hasta 2017.
El d¨¦ficit exterior marca la l¨ªnea roja
Que el desfase en el intercambio de bienes, servicios y rentas con el exterior llegara a rondar el 10% del PIB antes de la crisis se considera, a toro pasado, uno de los s¨ªntomas m¨¢s claros de los desequilibrios que acumulaba la econom¨ªa espa?ola. Por eso, los economistas coinciden en considerar que mantener el d¨¦ficit exterior a raya es una condici¨®n imprescindible. ¡°La mejor¨ªa econ¨®mica no ser¨ªa sostenible ante un quebranto del equilibrio exterior del pa¨ªs¡±, se?ala Jordi Gual en el ¨²ltimo informe del servicio de estudios de La Caixa.
El economista jefe de La Caixa recuerda que, en ocasiones anteriores, ¡°cuando la econom¨ªa ha crecido con fuerza, el sector exterior ha entrado r¨¢pidamente en d¨¦ficit¡±. Y a?ade: ¡°El reto es conseguir no volver a las andadas¡±.
El saldo de la balanza por cuenta corriente, tras dos a?os en super¨¢vit por el avance en las exportaciones (mercanc¨ªas y turismo) y la debilidad de la demanda, acab¨® en equilibrio en 2014, el primer ejercicio de expansi¨®n del PIB en siete a?os. Y eso que el petr¨®leo abarat¨® la factura energ¨¦tica a Espa?a.
¡°El aumento de las importaciones que ha generado el crecimiento de la demanda es preocupante, aunque en parte transitorio¡±, asegura Rafael Dom¨¦nech, del servicio de estudios de BBVA, quien rebate la idea de que muchas empresas volver¨¢n al mercado interno si el repunte del consumo privado se consolida. ¡°La decisi¨®n de vender en un nuevo mercado es un proceso costoso al principio, pero luego genera efectos acumulativos¡±, mantiene.
Ni la deuda bruta externa (en el 160% del PIB) ni la neta (m¨¢s del 90% del PIB descontando el valor de los activos en el exterior) se han reducido. Un flanco muy d¨¦bil si los mercados vuelven a poner a prueba a la econom¨ªa espa?ola.
¡°Eso da una idea de la fragilidad de la recuperaci¨®n¡±, destaca Ignacio Conde-Ruiz, de Fedea. ¡°Hay empresas que han aprendido a vender fuera pero, con el crecimiento, hay de nuevo m¨¢s importaciones y eso hace que vuelvan a crecer las necesidades de financiaci¨®n de Espa?a. No es sostenible. Hay que atraer inversiones extranjeras, hay que generar ahorro interno, hay que ser m¨¢s competitivos¡±, zanja.
¡°La euforia me tiene muy preocupado, ha habido otros momentos de complacencia y salieron mal¡±, recuerda Oliver, quien insiste: ¡°Esta econom¨ªa tiene que cambiar de arriba a abajo, es ya la tercera vez en mi vida que veo tasas de paro superiores al 20%¡±.
Si algo se ha repetido en las crisis recientes de la econom¨ªa espa?ola es que se saldan con una enorme destrucci¨®n de empleo. Tambi¨¦n, que de ellas se sale con un uso intensivo de contratos precarios y temporales, lo que facilita luego a¨²n m¨¢s el ajuste por esta v¨ªa. Los expertos consultados discrepan sobre si la reforma laboral del Gobierno del PP ha contribuido a afrontar el problema.
¡°La reforma laboral hizo m¨¢s f¨¢cil el despido de trabajadores fijos con la idea de facilitar que el ajuste se haga con un cambio en las condiciones laborales¡±, explica Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la fundaci¨®n Fedea. ¡°El ajuste salarial en etapas de crisis que a m¨ª me gustar¨ªa ver es el que permite a una persona seguir en su puesto de trabajo¡±, dice, ¡°pero hay indicios de que el ajuste salarial se produce porque se reemplazan trabajadores por otros con peores condiciones¡±.
¡°Se ha dado m¨¢s importancia a los convenios de empresa, facilit¨® la flexiblidad interna y la salarial, lo que es imprescindible para reasignar recursos de un sector a otro¡±, defiende Dom¨¦nech. ¡°Los esfuerzos por corregir la dualidad del mercado laboral son claramente insuficientes, pero se ha generado un debate sobre como facilitar la contrataci¨®n indefinida que yo no recuerdo anteriormente¡±, a?ade el economista de BBVA Research.
¡°La reforma ha contribuido a contener salarios, mi convicci¨®n es que eso era imprescindible para recuperar competitividad¡±, opina Oliver. Eso s¨ª, enfatiza que la devaluaci¨®n interna se ha centrado en los salarios de los que menos ganan, y la presi¨®n del cambio tecnol¨®gico y la globalizaci¨®n va en el mismo sentido. ¡°El impacto en desigualdad ahora es peor, la devaluaci¨®n salarial deber¨ªa venir acompa?ada de una intensa pol¨ªtica de redistribuci¨®n desde el sector p¨²blico¡±, concluye.
Otra inc¨®gnita may¨²scula que queda en el aire es si el cambio de modelo productivo, que evite la concentraci¨®n del empleo en sectores de poco valor a?adido, ha avanzado con las medidas adoptadas, con el choque de la propia crisis. Que la mejora del mercado laboral venga guiada por la hosteler¨ªa, el comercio o la construcci¨®n deja se?ales desasosegantes.
El catedr¨¢tico Francisco P¨¦rez, director del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE) cree normal el repunte en sectores tradicionales de la econom¨ªa espa?ola al principio de la recuperaci¨®n. Y matiza que no solo la productividad del trabajo es baja, tambi¨¦n la del capital. ¡°Se seleccionaban proyectos de inversi¨®n con muy baja rentabilidad, lo determinante aqu¨ª va a ser elevar la capacidad de gesti¨®n en las empresas¡±, a?ade P¨¦rez.
P¨¦rez ve se?ales positivas, como que la inversi¨®n se est¨¦ financiando ahora con el ahorro generado por las compa?¨ªas, no con deuda. O que la estructura de esa inversi¨®n haya cambiado, y est¨¦ m¨¢s orientada a reforzar su capacidad productiva. Tambi¨¦n, que las personas con estudios superiores son los que m¨¢s f¨¢cilmente encuentran empleo, ¡°aunque, con el tejido productivo que hay, esos recursos no se usan a fondo¡±, afirma.
¡°Ni el comercio exterior, ni la industrializaci¨®n, ni la innovaci¨®n han estado en el eje de prioridades del Gobierno¡±, lamenta Oliver. ¡°Sobre el cambio de modelo soy bastante pesimista, en lo sustancial no ha cambiado nada que incentive el desarrollo de actividades con m¨¢s valor a?adido o la mejora de capital humano. Si acaso, la apuesta por la formaci¨®n profesional s¨ª se puede considerar una buena noticia¡±, corea Garc¨ªa Montalvo, quien recalca: ¡°Los economistas discrepamos en casi todo, menos en una cosa: una econom¨ªa en la que la productividad no crece, no tiene futuro¡±.
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