La guerra de las universidades contra el ¡®copy-paste¡¯
Los campus invierten en sistemas inform¨¢ticos para poner freno al ¡®corta y pega¡¯ en los trabajos acad¨¦micos
Hace poco, Zulema Calder¨®n, profesora de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), encarg¨® a sus estudiantes de primer a?o de Derecho una peque?a investigaci¨®n sobre grandes juristas de la historia. Los j¨®venes, de entre 17 y 19 a?os, ten¨ªan que escoger entre personajes de la talla del fil¨®sofo Arist¨®teles, el te¨®logo Santo Tom¨¢s de Aquino, el jurista Hans Kelsen o el m¨¦dico Wendell Holmes y exponer su aportaci¨®n a las leyes en un art¨ªculo de unos 10 folios.
Cumplido el plazo para la entrega de los trabajos, Calder¨®n los someti¨® al an¨¢lisis de Ephorus, un?software antiplagio que la universidad empez¨® a utilizar en el curso 2013-2014. El sistema detect¨® que los art¨ªculos de seis de los 40 estudiantes de la clase conten¨ªan p¨¢rrafos copiados de webs que en conjunto supon¨ªan m¨¢s del 40% del texto. En otros ocho trabajos, el porcentaje de copiado se situaba entre el 15% y el 20%.
¡°Habl¨¦ con cada uno de ellos por separado y les mostr¨¦ la evidencia. Ephorus da un an¨¢lisis detallado contra el que no cabe excusa¡±, se?ala. Pero lo m¨¢s preo?cu?pante para la profesora fue la reacci¨®n de sorpresa de los alumnos ante lo que no consideraban una falta. ¡°La mayor¨ªa lo hab¨ªa hecho sin malicia porque no ten¨ªa conciencia de que plagiar estaba mal. Los j¨®venes de hoy tienen la cultura del copy-paste?metida en su ADN y cuesta sac¨¢rsela. Como es una generaci¨®n que no lee, tampoco escribe y como escribe mal, copia. Es un c¨ªrculo vicioso¡±, sostiene.
Tecnolog¨ªa para el ¡®alumno 3.0¡¯
Las universidades no solo est¨¢n invirtiendo en tecnolog¨ªa para detectar el plagio, sino tambi¨¦n para adaptarse a una nueva realidad que es la del estudiante conectado. En la Universidad Europea lo llaman el alumno 3.0. "Nuestro modelo acad¨¦mico se basa en la clase invertida", dice Silvia Lavandera, responsable de tecnolog¨ªa. "El alumno asimila los contenidos en casa y hace las tareas en el aula, a la que ya no llega a sentarse y escuchar, sino a generar contenidos multimedia: apps, v¨ªdeos, mapas¡", precisa. El centro est¨¢ testando tambi¨¦n el uso de las Google Glass: enfermeros graban su d¨ªa a d¨ªa en un hospital y transmiten en tiempo real lo que est¨¢n viviendo a un auditorio de alumnos de estudios de Salud y Biom¨¦dica.
La Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED), por su parte, ha creado un corrector electr¨®nico que permite a los docentes trabajar sobre pruebas escaneadas, hacer marcas con el l¨¢piz electr¨®nico o el teclado, mostrar las correcciones o no a los alumnos y enviarles la nota. Tambi¨¦n permite que los ex¨¢menes tipo test se vuelquen en el programa y se corrijan de manera autom¨¢tica.
Por ¨²ltimo, est¨¢ Revisely, una aplicaci¨®n que ayuda a los docentes en la tarea de corregir textos: detecta errores gramaticales y faltas de ortograf¨ªa, y los acompa?a de comentarios al margen. Adem¨¢s, proporciona al profesor la posibilidad de anotar sus propias observaciones y recomendar cambios al alumno. El programa naci¨® hace un a?o en Holanda, donde es utilizado por las universidades de Tilburg y Utrecht, y est¨¢ tratando ahora de introducirse en Espa?a, donde ha recibido 100.000 euros en capital semilla de la aceleradora Impact.
Al igual que Calder¨®n, profesores de todos los niveles educativos se enfrentan a diario a la misma ingrata experiencia. El plagio de documentos acad¨¦micos ha existido siempre, pero hace 20 a?os no era tan f¨¢cil como ahora. Se pod¨ªa copiar un libro, pero hab¨ªa que hacerlo a mano, lo que al menos obligaba a una lectura superficial. Ahora, en cambio, la tarea que pod¨ªa tomar horas se ha reducido a dos toques sobre la pantalla del m¨®vil.
En 2007, la Universidad de las Islas Baleares efectu¨® una encuesta sobre esta pr¨¢ctica entre estudiantes usuarios del portal Universia. Los investigadores encontraron que seis de cada 10 alumnos aceptaban haber copiado y pegado fragmentos procedentes de una web. Adem¨¢s, nueve de cada 10 afirmaba que esta era una pr¨¢ctica extendida entre sus compa?eros.
Frente a esta problem¨¢tica, las universidades espa?olas han empezado a blindarse. Al igual que la UFV, muchas han incorporado tecnolog¨ªas para la detecci¨®n de plagios, algunas desarrolladas por ellas mismas y otras por terceros. En septiembre pasado, por ejemplo, la Universidad de Le¨®n inform¨® que pagar¨¢ 9.000 euros al a?o por la licencia de Turnitin, un proveedor estadounidense de software?antiplagio, aprovechando un descuento del 50% conseguido para sus asociadas por la Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas (CRUE). La instituci¨®n leonesa tom¨® esta medida despu¨¦s de que en una prueba piloto detectara que el 60% de los trabajos de sus estudiantes presentaba alg¨²n nivel de plagio.
Turnitin es el sistema m¨¢s popular en Espa?a, entre otras cosas porque puede integrarse en Moodle, la aplicaci¨®n web de acceso gratuito que utilizan casi todas las universidades espa?olas para administrar sus campus virtuales. La herramienta compara las frases de los textos analizados con los publicados en 45.000 millones de p¨¢ginas webs. Luego muestra las partes coincidentes y las fuentes de las que han sido tomadas para que el profesor pueda valorar el grado de similitud.
¡°Llevamos tres a?os usando Turnitin¡±, indica Pedro P¨¦rez Celis, subdirector para asuntos de gesti¨®n del conocimiento e infraestructuras de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE. ¡°El primer a?o, la tasa de copia era alta, pero el ¨²ltimo a?o ha bajado bastante porque el sistema tiene un efecto disuasorio: el estudiante es consciente de que si plagia, lo van a coger¡±, precisa.
Es una generaci¨®n que no lee, tampoco escribe y como escribe mal, copia. Es un c¨ªrculo vicioso
Turnitin informa de que actualmente 31 instituciones educativas usan la aplicaci¨®n en Espa?a. De ellas, 21 son universidades y 14 son escuelas de educaci¨®n secundaria. En el mercado hay m¨¢s proveedores: la sueca Urkund, la francesa Compilatio, la brit¨¢nica CopyScape, la polaca Strike Plagiarism y la espa?ola Approbo son algunos.
La Universidad?Oberta de Catalunya (UOC), 100% online, es de las que ha desarrollado su propia herramienta, aunque esta compara los textos de sus alumnos con documentos de su base de datos. Jordi Dur¨¢n, jefe de proyectos tecnol¨®gicos de la UOC, justifica este modelo porque el tipo de plagio m¨¢s com¨²n es el que se da entre estudiantes del mismo centro. Sin embargo, la instituci¨®n planea atacar tambi¨¦n la copia de Internet.
¡°Estamos valorando entre Turnitin, Urkund y Strike Plagiarism cu¨¢l es la que ofrece mayor cobertura y grado de acierto¡±, revela Dur¨¢n. En paralelo, la UOC ha puesto en marcha dos nuevos proyectos de investigaci¨®n, uno para desarrollar un programa que permita comprobar la autor¨ªa de un estudiante a partir de su estilo de escritura, y otro para determinar si los v¨ªdeos subidos por sus alumnos contienen im¨¢genes originales o han sido tomadas de otros.
Pero por efectiva que sea la aplicaci¨®n, Zulema Calder¨®n, profesora de la UFV, advierte de que la soluci¨®n no debe agotarse en la detecci¨®n: ¡°Hay que atajar el problema en el origen, es decir, en la voluntad del alumno. Hay que explicarle que plagiar no solo es una falta grave, sino que constituye tambi¨¦n una oportunidad de aprendizaje perdida¡±.
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