El FMI advierte de que la desigualdad social frena el crecimiento
El Fondo se suma a la OCDE y alerta de que el aumento de la brecha lastra el PIB mundial
Cuanto m¨¢s concentrada est¨¢ la riqueza en pocas manos, menor es el crecimiento de un pa¨ªs. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado este lunes un informe en el que advierte de que el aumento de la brecha social en un pa¨ªs supone un freno para el crecimiento econ¨®mico, en l¨ªnea con lo planteado por la OCDEel pasado mes de mayo. La desigualdad merma expectativas y desincentiva la formaci¨®n y la productividad.
El Fondo calcula que si el 20% de la poblaci¨®n m¨¢s favorecida aumenta un punto porcentual la cuota de ingresos que acumulan, el aumento del PIB de un pa¨ªs es un 0,08% m¨¢s bajo en los cinco a?os siguientes. En cambio, cuando el 20% m¨¢s bajo de un pa¨ªs gana un punto del pastel de los ingresos de un pa¨ªs, el crecimiento es un 0,38% mayor.
Esta relaci¨®n entre distribuci¨®n de la riqueza y dinamismo econ¨®mico persiste si, en lugar de mirar ese 20%, se lleva a segundos y terceros quintiles de la escala social, lo que ser¨ªa ya la clase media. La defensa de la clase media como valor en s¨ª y como motor de un pa¨ªs se ha puesto sobre la mesa tras la gran tormenta financiera global. El presidente de EE UU, Barack Obama, lo ha considerado ¡°el reto que caracteriza nuestro tiempo¡±.
El 1% tiene el 50%
Si se pone toda la riqueza del mundo en una misma tarta, el 1% de la poblaci¨®n m¨¢s pudiente concentrar¨¢ la mitad de todo ese pastel. En EE UU, un tercio de todo ese patrimonio lo tiene el 1%. Movimientos de protesta contra las heridas de la crisis se identifican con lemas como ¡°Somos el 99%¡±.
Este proceso de concentraci¨®n de riqueza, seg¨²n el Fondo Monetario Internacional, se ha dado en paralelo a un incremento de los niveles de pobreza relativa (poblaci¨®n que vive con ingresos por debajo del umbral de la pobreza) en los pa¨ªses desarrollados.
Hay varios factores que han contribuido al incremento de la brecha entre ricos y pobres. Uno de ellos es el progreso tecnol¨®gico, ya que ha incrementado las ganancias de los trabajadores m¨¢s cualificados al tiempo que ha destruido puestos de baja formaci¨®n y por tanto han perdido demanda.
Pobreza y desigualdad no son lo mismo, aunque haya sido la Gran Recesi¨®n la que ha elevado las diferencias a niveles r¨¦cord en los pa¨ªses ricos. Por eso hay quien no ve en la desigualdad un problema en s¨ª mismo. Por ejemplo, Martin Feldstein, de la Universidad de Harvard, siempre advierte de que las pol¨ªticas p¨²blicas debe centrarse en reducir la pobreza, no tanto la brecha social.
El experto plantea un ejercicio de imaginaci¨®n: si un p¨¢jaro m¨¢gico entrega a cada persona 1.000 d¨®lares, ello no reducir¨ªa ninguna desigualdad, pero no deja de ser una mejora para todos que no recae a expensas de nadie. Es m¨¢s, se?ala que esos 1.000 d¨®lares significan m¨¢s para el pobre que para el rico, con lo que su situaci¨®n avanza m¨¢s en t¨¦rminos relativos.
Las organizaciones internacionales muestran cada vez m¨¢s preocupaci¨®n por las desigualdades. Lo que FMI y OCDE plantean es que la desigualdad excesiva no solo supone un riesgo para la convivencia sino que es tambi¨¦n un problema macroecon¨®mico. Afecta a la productividad de un pa¨ªs y, por tanto, a su progreso: ¡°Por ejemplo, puede llevar a invertir menos en educaci¨®n, ya que los ni?os pobres tienen menos capacidad de ir a la universidad¡±, as¨ª que acumulan menos capital f¨ªsico y humano. Adem¨¢s, ¡°cuanta m¨¢s disparidad de ingresos, menos movilidad social hay entre generaciones y menores incentivos para la formaci¨®n¡±.
Incremento del coeficinte Gini
En el caso de la OCDE, los c¨¢lculos de la organizaci¨®n se?alaban que el incremento del coeficiente Gini (el m¨¢s com¨²n para medir la desigualdad) fue entre 1985 y 2005 de dos puntos en 19 pa¨ªses de la OCDE y esto supuso un lastre de 4,7 puntos porcentuales el crecimiento acumulado entre 1990 y 2010.
Hay m¨¢s argumentos para tratar la desigualdad como un problema en s¨ª mismo, m¨¢s all¨¢ de la pobreza, desde el punto de vista social. Por ejemplo, Michael J. Sandel, profesor de Pol¨ªtica y Justicia tambi¨¦n en Harvard, advierte en cambio de que ¡°si la brecha entre ricos y pobres se vuelve muy grande, aunque nadie pase hambre, las personas empiezan a vivir vidas cada vez m¨¢s separadas, en distintos barrios, distintos medios de transporte, distintos m¨¦dicos, dejan de convivir en los espacios p¨²blicos... No es bueno para la democracia. La democracia no requiere igualdad perfecta, pero si la gente vive en esferas cada vez m¨¢s separadas, el sentido de ciudadan¨ªa y de bien com¨²n es m¨¢s dif¨ªcil de sostener¡±, explicaba en una entrevista en este peri¨®dico en 2013.
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