¡°Los resultados econ¨®micos de la educaci¨®n son decepcionantes¡±
El profesor de Harvard cree que se exagera el papel de la educaci¨®n en el crecimiento
El venezolano Ricardo Hausmann, de 58 a?os, es uno de los economistas latinoamericanos m¨¢s influyentes. Es director del Centro para el Desarrollo Internacional y profesor de Econom¨ªa del Desarrollo de la Universidad de Harvard. Participa en la I Conferencia Anual de la Industria, que se celebra este lunes y martes en Madrid. Considera que la productividad es la ra¨ªz de la desigualdad, que se exagera el papel de la educaci¨®n acad¨¦mica en el crecimiento econ¨®mico y se muestra muy preocupado por la situaci¨®n de su pa¨ªs.
Pregunta. ?Qu¨¦ factores permiten que un pa¨ªs se desarrolle?
Respuesta. La producci¨®n moderna requiere de saber hacer, de conocimientos que no caben en la cabeza de una persona. Cualquier producto requiere del talento de mucha gente, es como una sinfon¨ªa. Importa ser capaz de imaginarse la sinfon¨ªa y de juntar los instrumentos, definir qu¨¦ se va a producir, cu¨¢n complejo es y c¨®mo se va a hacer. ?Va a ser un cuarteto de cuerda o una sinfon¨ªa de Mahler? Esa es una diferencia b¨¢sica cuando uno compara pa¨ªses ricos y pobres. Los pa¨ªses pobres suelen hacer pocas cosas con pocos instrumentos y los pa¨ªses ricos tienden a hacer muchas m¨¢s cosas y para ello necesitan juntar orquestas mucho m¨¢s grandes.
P. ?Qu¨¦ cambios va a suponer la digitalizaci¨®n para la industria?
R. Estamos en un periodo de gigantesca incertidumbre sobre c¨®mo se van a hacer las cosas en el futuro. Ya, si uno mira en una empresa manufacturera en el mundo de hoy cu¨¢ntas personas se dedican a tocar el producto frente a cu¨¢ntas se dedican a dise?ar, planificar, comprar, vender o administrar, el n¨²mero de trabajadores que tocan el producto est¨¢ cayendo. Eso es una tendencia mundial que va a seguir, como ocurri¨® con la agricultura.
P. Usted sostiene que se sobrevalora a la educaci¨®n como motor econ¨®mico
R. El mundo se enamora de alguna receta m¨¢gica que resuelve todos los problemas y llegan unos discursos maravillosos: 'Si uno mejora la educaci¨®n vamos a ser todos hermanos, m¨¢s iguales, tener m¨¢s crecimiento, m¨¢s productividad'. A los economistas nos toca ver si los datos respaldan esa conclusi¨®n. Y los resultados son sorprendentemente decepcionantes. Gigantescos aumentos de esfuerzo en educaci¨®n han tenido muy peque?os efectos en crecimiento y muchos de los pa¨ªses que m¨¢s crecieron no se destacan como pa¨ªses que hayan invertido de manera especial en educaci¨®n. ?Qu¨¦ es lo que no estamos viendo? Que el grueso de las cosas que las empresas necesitan no son cosas que se aprenden en la escuela. Para trabajar se necesita el saber hacer, que es algo que se aprende muy marginalmente en la escuela y mucho en el aparato productivo. Chile puede abrir una facultad de ingenieros aeron¨¢uticos, pero en Chile no se hacen aviones. En cambio, en M¨¦xico s¨ª hacen aviones, as¨ª que si sus ingenieros van a aprender algo en la escuela y crecer mucho en la empresa. El aparato productivo puede tirar de la educaci¨®n, pero la educaci¨®n no puede empujar al aparato productivo. Yo soy venezolano y mejorando la educaci¨®n va a haber muy pocos beneficios porque no es la educaci¨®n lo que le falta a Venezuela, sino que incluso los educados terminan y¨¦ndose del pa¨ªs.
P. Usted ha criticado la tesis de Piketty sobre el papel del capital en la desigualdad con este concepto del saber hacer.
R. La desigualdad me preocupa mucho. Hay unas gigantescas diferencias entre pa¨ªses y dentro de los pa¨ªses, pero no se deben tanto a que el capital se lleva mucho dinero y los trabajadores, poco, sino a que en distintas partes se produce con productividades muy distintas. Hay una gigantesca desigualdad de la productividad. No se trata de que alguien se est¨¦ beneficiando por el esfuerzo de trabajadores a los que les rinde poco. La baja productividad es una p¨¦rdida de tiempo y de esfuerzo de la gente. Una pol¨ªtica basada en incorporar a la gente a la productividad lleva a un crecimiento m¨¢s igualitario, m¨¢s inclusivo. Es un planteamiento muy diferente al de los que dicen: hay que crecer, pero hay que repartir. Eso es como decir: t¨² vas a ser toda la vida improductivo y nosotros te vamos a compensar por tu improductividad, pero no te vamos a incorporar a la productividad. Yo creo que eso como pol¨ªtica es sustancialmente inferior y trata a la gente con mucha menor dignidad.
P. ?C¨®mo se puede mejorar la productividad?
R. La producci¨®n requiere que haya muchas cosas y la carencia de muy pocas cosas hace que la productividad colapse. Imag¨ªnese como caer¨ªa la productividad en su empresa si un d¨ªa falla la luz, o no funcion¨® el metro¡ Los Gobiernos pueden poner algunas cosas en todos los lugares o todas las cosas en algunos sitios. Si uno pone algunas cosas en todos los sitios, garantiza que la productividad va a ser baja en todas partes. Va a rendir m¨¢s poner todas las cosas en algunos sitios, y se crean esos polos de crecimiento, pero la gente que no est¨¢ en ellos se queda atr¨¢s. El reto es c¨®mo hacemos que estos polos de crecimiento se ampl¨ªen a m¨¢s gente, incorporar el mayor n¨²mero de gente posible a las redes que permiten la productividad.
P. ?Cu¨¢les son los casos de ¨¦xito y de fracaso en Latinoam¨¦rica?.
R. Yo termin¨¦ mi doctorado en 1981, justo a tiempo para la d¨¦cada perdida. Hubo mucho ¨¦nfasis en resolver esos problemas de origen macroecon¨®mico y algunos pa¨ªses han hecho un avance fabuloso en ese terreno. Y ah¨ª yo pondr¨ªa a M¨¦xico, a Colombia, a Per¨², a Chile, a Uruguay... Pero han generado sorprendentemente poco crecimiento con respecto al que me hubiera imaginado en esa ¨¦poca si me dicen que iban a tener esa estabilidad macroecon¨®mica. Yo imaginaba que no iba a ser posible, pero que de ser posible, lleg¨¢bamos al para¨ªso terrenal. Y no llegamos. Eso me hizo pensar que adem¨¢s de estos temas macro hab¨ªa asuntos m¨¢s importantes que determinaban el crecimiento. En Am¨¦rica Latina pecamos y pagamos un costo grande por no tener una pol¨ªtica m¨¢s enfocada en la transformaci¨®n productiva de las actividades, en la incorporaci¨®n de tecnolog¨ªa, de conocimiento.
P. ?Y qu¨¦ pa¨ªses lo han hecho peor?
R. Es algo muy doloroso para m¨ª. Yo he visto una destrucci¨®n de mi pa¨ªs, de Venezuela, de una magnitud dif¨ªcil de imaginar. La destrucci¨®n de la capacidad social, de producci¨®n, de emprendimiento, de organizaci¨®n del pa¨ªs es asombrosa. Cuando yo nac¨ª, Venezuela se estaba llenando de inmigrantes espa?oles, italianos, portugueses porque era un pa¨ªs de oportunidades. Hoy, Espa?a tiene una renta per capita que es algo as¨ª como cinco veces la de Venezuela. El mundo se dio la vuelta. Creo que parte de ese fracaso viene de antes del r¨¦gimen de Ch¨¢vez, de una sociedad que se acostumbr¨® a vivir del petr¨®leo y cuando el petr¨®leo ya no rentaba tanto, no supo transformarse e implosion¨®. En vez de encontrar otras v¨ªas de crecimiento nos metimos en esta aventura en la que nos meti¨® Ch¨¢vez, de endeudamiento combinado con una subida del precio del petr¨®leo, para seguir m¨¢s por el camino que no nos iba a llevar a ninguna parte. El mundo deber¨ªa estudiar el caso venezolano para aprender qu¨¦ no hacer.
P. ?Qu¨¦ cree que ocurrir¨¢?
R. La econom¨ªa venezolana no se va a recuperar mientras est¨¦ este Gobierno, porque se ha ganado merecidamente la reputaci¨®n de no respetar los derechos de propiedad, las normas de mercado, de no pensar que la gente tiene derechos y ante esas condiciones nadie puede apostar por el pa¨ªs. No puede venir la recuperaci¨®n porque nadie puede invertir, nadie puede esforzarse, no se dan las condiciones No creo que pueda haber una recuperaci¨®n de la sociedad venezolana sin un cambio pol¨ªtico. Y desafortunadamente el mundo no tiene mecanismos de censura, de castigo, cuando los Gobiernos se salen del marco democr¨¢tico y violan descaradamente las normas. Los Gobiernos de Am¨¦rica Latina han estado fundamentalmente ausentes de hacer cumplir cosas como la carta democr¨¢tica. La realidad es que no hay el compromiso pol¨ªtico de Am¨¦rica Latina con la democracia. Yo quiero agradecer a Felipe Gonz¨¢lez y a los expresidentes de Am¨¦rica Latina que se han expresado sobre Venezuela, pero en ausencia de presi¨®n internacional, cuando todos los mecanismos de la democracia desaparecen, los pa¨ªses pueden estar much¨ªsimo tiempo en condiciones de opresi¨®n, como ha ocurrido en Cuba o en Zimbabue.
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