?Cambio de escenario?
Hay que permanecer alerta para determinar cu¨¢l es la verdadera capacidad de crecimiento de nuestra econom¨ªa
A pesar de que muchos confunden el papel de los economistas con el de adivinos, las previsiones econ¨®micas no tienen otro fin que tratar de orientar los cursos de acci¨®n en distintos escenarios. El que suele salir a la luz es el ¡°central¡± pero tambi¨¦n convendr¨ªa muchas veces conocer cu¨¢les son los otros supuestos, m¨¢s optimistas y m¨¢s adversos que determinan buena parte del margen de error de las proyecciones. Vivimos tiempos convulsos y algunos soci¨®logos y fil¨®sofos advierten que debemos acostumbrarnos a lo incierto, lo imprevisto e, incluso, lo impensable. As¨ª es el mundo en el siglo XXI.
En Espa?a, fuentes de diversa ¨ªndole vienen manejando un escenario central que situar¨ªa la variaci¨®n del PIB en 2015 por encima del 3%. Pareciera que la recuperaci¨®n ganara impulso pero es m¨¢s dif¨ªcil poder afirmar con rotundidad su consolidaci¨®n a largo plazo. Con la situaci¨®n en Grecia pero tambi¨¦n con un conjunto m¨¢s amplio de factores, es necesario contemplar como escenario adverso para Espa?a uno algo peor del que probablemente se hab¨ªa manejado hace unos meses.
Se puede crecer holgadamente por encima de ese 3% hacia final de a?o pero lo que suceda a partir de ah¨ª es una inc¨®gnita. En primer lugar, porque la ansiedad ciudadana permanece en tanto en cuanto el paro seguir¨¢ un tiempo considerable en niveles elevados. Adem¨¢s, los ¨²ltimos datos de creaci¨®n de empleo no han sido tan buenos como se preve¨ªa. Tampoco los de la evoluci¨®n del cr¨¦dito, ya que sigue teniendo m¨¢s peso la devoluci¨®n de deuda pendiente que el flujo de nueva financiaci¨®n. Pueden ser peque?os accidentes coyunturales en una senda positiva ¡ªayer, por ejemplo, se conocieron buenos datos de producci¨®n industrial¡ª pero conviene permanecer alerta para determinar cu¨¢l es la verdadera capacidad estructural de crecimiento de un pa¨ªs que est¨¢ solo a medio camino en materia de reformas.
Hay nerviosismo entre los inversores porque el viento de cola (petr¨®leo barato, euro d¨¦bil, ca?¨®n de liquidez del BCE) no va a estar siempre ah¨ª ¡ªcomo ya estamos comprobando¡ª, y, sobre todo, porque no est¨¢ muy claro que la situaci¨®n pol¨ªtica desemboque en un equilibrio que permita continuar una senda reformista. En parte, porque el debate que trae la situaci¨®n de Grecia a Europa es si el modelo de bienestar en algunos pa¨ªses es sostenible. Es una discusi¨®n que debi¨® acometerse hace muchos a?os porque, en medio de una crisis, est¨¢ dando lugar a posiciones oportunistas. La corrupci¨®n y la ausencia de confianza en la pol¨ªtica son factores transversales que afectan a la probabilidad de ocurrencia del escenario central. Pero tambi¨¦n es irresponsable hacer creer a los ciudadanos que existen otros escenarios en los que todo lo bueno mantiene y lo dem¨¢s se mejora, sin apenas sacrificios.
Eso es parte de lo que ha ocurrido en Grecia, donde ha habido reacci¨®n a una austeridad excesiva pero tambi¨¦n atrincheramiento en torno a la irresponsabilidad del continuismo de estructuras imposibles. Grecia es el tratamiento experimental pero puede haber otros potenciales pacientes en Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.