La balanza comercial espa?ola profundiza sus n¨²meros rojos

Espa?a no contribuye a la mejora r¨¦cord de la balanza comercial de la eurozona. En el primer semestre del a?o, la diferencia entre exportaciones (128.600 millones de euros) e importaciones (140.500 millones) fue negativa en 11.900 millones de euros, 200 millones m¨¢s que en los primeros seis meses de 2014, seg¨²n los datos de Eurostat.

El saldo comercial deficitario proviene principalmente de los intercambios con pa¨ªses de fuera de la UE, con los que Espa?a tiene un d¨¦ficit comercial de 11.200 millones de euros, fundamentalmente por la necesidad de importaci¨®n de petr¨®leo y productos energ¨¦ticos. Mientras, el d¨¦ficit con los socios europeos es muy inferior y se queda en 700 millones. Estos datos sit¨²an a Espa?a como el tercer pa¨ªs de la UE con mayor saldo comercial negativo, solo superada por Reino Unido (74.900 millones) y Francia (29.200 millones).

Tanto las importaciones como las exportaciones espa?olas crecieron a un ritmo del 5% entre enero y junio. El sector exportador se benefici¨®, sobre todo, de los env¨ªos dirigidos a otros pa¨ªses de la UE, que representan casi dos tercios del total y mejoraron un 7%, mientras que las exportaciones espa?olas m¨¢s all¨¢ de las fronteras de los Veintiocho subieron solo un 2%.

Ni este aumento de las exportaciones ni el descenso de las importaciones extracomunitarias (que cayeron un 4%, fundamentalmente por la bajada de precio del petr¨®leo) fueron suficientes para compensar el avance de la demanda de bienes procedentes del resto de Estados miembros, que creci¨® un 11%. Solo en Malta y en Reino Unido subi¨® m¨¢s la importaci¨®n de productos europeos.

Miguel Otero Iglesias, investigador del Real Instituto Elcano, destaca que una vez que Espa?a ha retornado a la senda del crecimiento econ¨®mico, las importaciones han vuelto a despegar. ¡°No creo que haya habido un cambio estructural¡±, subraya por tel¨¦fono. ¡°Producimos lo mismo que antes pero un poco mejor y, sobre todo, bastante m¨¢s barato¡±. Otero sostiene, adem¨¢s, que el ritmo de internacionalizaci¨®n de las empresas espa?olas ¡ªmuy destacado en el periodo inmediatamente posterior a la crisis¡ª se ha frenado cuando la demanda interna ha vuelto a repuntar.