Los desaf¨ªos de Marcelo Claure
El boliviano m¨¢s rico del mundo intenta reedificar la cuarta mayor telef¨®nica de Estados Unidos y devolver el f¨²tbol a Miami
Hay partes de la historia oficial de Marcelo Claure (Guatemala, 1970) que parecen sacadas de una pel¨ªcula. Por ejemplo, el relato de c¨®mo, reci¨¦n licenciado en Econom¨ªa por la Universidad Bentley (Massachusetts, EE?UU), se sent¨® junto al presidente de la Federaci¨®n Boliviana de F¨²tbol en el avi¨®n de vuelta al pa¨ªs andino y acab¨® invitado a formar parte de la delegaci¨®n que acompa?ar¨ªa a la selecci¨®n boliviana al primer Mundial de su historia, en 1994.
Hoy Claure es un hombre ajetreado. Por un lado, el empresario boliviano, que seg¨²n la revista Forbes es el m¨¢s rico de su pa¨ªs con un patrimonio neto de 900 millones de d¨®lares, est¨¢ teniendo que sudar para revertir la decadencia de Sprint, la cuarta mayor compa?¨ªa telef¨®nica de EE UU, y devolverle una reputaci¨®n perdida hace mucho. Por otro lado, tiene abiertos varios frentes en el mundo del f¨²tbol, su verdadera pasi¨®n: no solo en su pugna por influir en el mundo del balompi¨¦ en el pa¨ªs andino, sino tambi¨¦n en su empe?o por que Miami vuelva a tener una franquicia de la liga estadounidense con el respaldo de David Beckham.
Hijo de una familia de funcionarios de Naciones Unidas ¡ªsu padre estaba destinado en Guatemala cuando naci¨®¡ª, Claure afirma que siempre tuvo la voluntad de ser empresario. ¡°Cuando estaba en la facultad, mont¨¦ un negocio para comprar y vender millas de avi¨®n¡±, cont¨® en una conferencia en el Barcelona Mobile World. ¡°Fue una buena experiencia y me permiti¨® mantener un buen estilo de vida durante la carrera¡±, relat¨® entre risas.
EL NEGOCIO M?VIL
Tras el par¨¦ntesis mundialista, Claure volvi¨® a EE?UU y se meti¨® en el incipiente negocio de la telefon¨ªa m¨®vil de una manera muy curiosa. Seg¨²n su propia historia, entr¨® en una tienda a las afueras de Boston buscando un tel¨¦fono y se top¨® con un empresario desencantado con su negocio y al mismo tiempo impresionado con el joven de casi dos metros que negociaba con ¨¦l. Tanto le gust¨® su actitud que le ofreci¨® una participaci¨®n en la empresa.
Claure le dio la vuelta a la tienda. ¡°En la facultad todos sab¨ªamos que si tardaban m¨¢s de media hora en entregarte una pizza te sal¨ªa gratis¡±, relatar¨ªa m¨¢s tarde. ¡°Cubrimos Massachusetts con agentes y garantizamos un m¨®vil en menos de 30 minutos. Cambiamos las reglas del juego¡±.
Pero Claure estaba pensando ya en c¨®mo ir m¨¢s all¨¢. Tras vender sus tiendas, entr¨® en el mercado de la distribuci¨®n mayorista de tel¨¦fonos m¨®viles. Prueba de su ambici¨®n fue su elecci¨®n para el nombre de la empresa: con la denominaci¨®n de sus dos mayores rivales, Brightpoint y Cellstar, el empresario fund¨® Brightstar en 1997 con un objetivo: conquistar el dif¨ªcil mercado latinoamericano.
¡°Los fabricantes eran pocos, estaban muy concentrados y ten¨ªan poca presencia en los pa¨ªses de la regi¨®n¡±, explica Facundo Crosta, exvicepresidente de Motorola Mobility para Am¨¦rica Latina, ¡°mientras que los operadores de telefon¨ªa eran muchos y muy locales¡±. Adem¨¢s, el continente, con su diversidad de mercados, sus sistemas log¨ªsticos poco desarrollados y su complejidad regulatoria, asustaba a los fabricantes, que prefer¨ªan dejar las cosas en manos de empresas como Brightstar. ¡°Los distribuidores ayudaron proveyendo un puente¡±, relata Crosta.
El talento de Brightstar a la hora de servir de intermediario entre los fabricantes y los distribuidores le llev¨® a un crecimiento explosivo y a un paso que raras veces se da: el salto al mercado norteamericano. ¡°Generalmente son las empresas estadounidenses las que van a Am¨¦rica Latina¡±, explicar¨ªa m¨¢s tarde.
En 2013, Brightstar factur¨® 10.500 millones de d¨®lares. Adem¨¢s de la distribuci¨®n, la empresa tambi¨¦n se aventur¨® en el negocio del ensamblaje de m¨®viles, con f¨¢bricas en Bolivia y en Tierra del Fuego (Argentina).
Los reconocimientos al papel de Claure en el ¨¦xito de la empresa empezaron a llegar. En 2011, la C¨¢mara Hispana de Comercio de Estados Unidos le nombr¨® Empresario del A?o. ¡°Es un excelente negociador¡±, recuerda Crosta. ¡°Es una persona con much¨ªsima habilidad para captar lo que sus interlocutores necesitan¡±. Cuando en 2013 Apple decidi¨® por fin imitar al resto de la industria e implantar un sistema de reventa e intercambio de tel¨¦fonos, lo contrat¨® con Brightstar.
El ¨¦xito de la empresa llam¨® la atenci¨®n de Masayoshi Son, fundador del gigante japon¨¦s de Internet Softbank. En octubre de 2013, Son anunci¨® la compra del 57% de Brightstar por 1.260 millones de d¨®lares. La operaci¨®n hizo de Claure un multimillonario.
Pero Son (que m¨¢s tarde se har¨ªa con el resto de Brightstar) no dej¨® a Claure disfrutar de su nueva fortuna. Un a?o antes, Softbank hab¨ªa comprado Sprint, entonces la tercera telef¨®nica de EE?UU, con la intenci¨®n de fusionarla con su rival T-Mobile USA, la cuarta del pa¨ªs y propiedad en un 75% de la alemana Deutsche Telekom. Pero la operaci¨®n no solo no sali¨® adelante, sino que T-Mobile inici¨® una ofensiva de marketing para hacerse con la tercera posici¨®n de Sprint (que alcanz¨® a mediados de 2015). Son nombr¨® a Claure consejero delegado para revertir la situaci¨®n.
El problema fundamental de Sprint es una red obsoleta que ofrece peor cobertura que sus rivales, un serio defecto en un mercado cada vez m¨¢s fluido y dependiente de los datos. Con Claure a la cabeza, la empresa se ha lanzado a invertir en infraestructura y, a la vez, en una agresiva campa?a para atraer nuevos clientes. El propio Claure se ha implicado a trav¨¦s de su cuenta de Twitter, respondiendo a clientes molestos y enzarz¨¢ndose con el igualmente medi¨¢tico consejero delegado de T-Mobile USA, John Legere. El reto parece atraer al empresario. ¡°Me gusta no ser el favorito¡±, coment¨® a The Wall Street Journal.
LOCO POR EL BALOMPI?
El negocio de la telefon¨ªa siempre ha sido una de las muchas actividades de Claure. El empresario form¨® parte del grupo que respald¨® la pol¨¦mica ¡ªy finalmente fallida¡ª campa?a Un port¨¢til por ni?o.
Pero es en el mundo del f¨²tbol donde Claure se siente realmente a gusto. ?l mismo ha afirmado que si hay un momento que le ha marcado fue su experiencia con la selecci¨®n. En 2008 Claure se hizo con el club de sus amores, el Bol¨ªvar, prometiendo que en 10 a?os llevar¨ªa al equipo a ser campe¨®n de Am¨¦rica. La posici¨®n de m¨¢ximo accionista del Bol¨ªvar le lleva a tener buenas relaciones con el m¨¢s famoso de los hinchas de la Academia: el presidente Evo Morales. ¡°Nuestra relaci¨®n es m¨¢s de f¨²tbol¡±, reconoci¨® en una entrevista al diario pace?o P¨¢gina Siete. ¡°El presidente le ha dado un posicionamiento a este pa¨ªs que antes no ten¨ªamos. Ahora nos respetan. Bolivia nunca ha estado tan bien econ¨®micamente como est¨¢ hoy¡±.
Su segundo proyecto de llevar un club de f¨²tbol a Miami (el primero, en 2009, con la ayuda del F. C. Barcelona, fracas¨®) se enfrenta a la negativa de las autoridades locales a financiar la construcci¨®n de un estadio en el centro de la ciudad. Si logra su sue?o, Claure dif¨ªcilmente tendr¨¢ tiempo para ver un partido de su club. Salvo que lo vea en Kansas City, a 2.500 kil¨®metros de Miami, donde est¨¢ la sede de Sprint.
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