La mujer m¨¢s rica de M¨¦xico acus¨® de extorsi¨®n mientras negociaba
Los papeles de la negociaci¨®n, a los que ha tenido acceso EL PA?S, demuestran que la empresaria ofreci¨® pagar reformas a los vecinos
La acusaci¨®n de extorsi¨®n de Mar¨ªa Asunci¨®n Aramburuzabala, la mujer m¨¢s poderosa de M¨¦xico, se diluye. Los documentos a los que ha tenido acceso EL PA?S demuestran que hab¨ªa una negociaci¨®n previa entre los vecinos ¡ªentre los cuales se encuentra Adriana P¨¦rez Romo, la esposa de uno de los comunicadores m¨¢s influyentes del pa¨ªs, Joaqu¨ªn L¨®pez D¨®riga¡ª y la inmobiiaria Abilia, propiedad de la heredera. El conflicto inmobiliario lleva al menos 10 meses y las dos partes mantuvieron varios encuentros para llegar a un acuerdo para que la compa?¨ªa de la empresaria realizara reformas en el edificio de los vecinos afectados por la construcci¨®n del complejo en uno de los barrios m¨¢s exclusivos de la capital mexicana.
La bomba explot¨® despu¨¦s de la publicaci¨®n el pasado 21 de agosto de un v¨ªdeo de seis minutos filtrado al peri¨®dico Reforma que muestra el ¨²ltimo de esos encuentros. La grabaci¨®n entera, de 45 minutos, no ha sido difundida. Los abogados de Aramburuzabala, la sexta persona m¨¢s rica de M¨¦xico y una h¨¢bil empresaria que ha multiplicado la fortuna heredada de su padre, afirman que las im¨¢genes reflejan un intento de extorsi¨®n por cinco millones de d¨®lares a cambio de que los vecinos retirasen las demandas que impiden la construcci¨®n del complejo inmobiliario.
La bomba explot¨® despu¨¦s de la publicaci¨®n el pasado 21 de agosto de un v¨ªdeo de seis minutos filtrado al diario Reforma
La empresaria, por su parte, ha alegado que la esposa de L¨®pez D¨®riga, que no aparece en las im¨¢genes, amenaz¨® con usar las influencias de su esposo para evitar la construcci¨®n del complejo. ¡°No hay negociaci¨®n posible con un extorsionador¡±, afirm¨® al semanario Proceso. El periodista, salvo dos mensajes colgados en su perfil en Twitter, ha guardado silencio.
Sobre el supuesto intento de extorsi¨®n, la firma del abogado Mario Alberto Becerra Pocoroba, representante de los vecinos, argumenta que fue la inmobiliaria, y no ellos, quien se acerc¨® para iniciar la ¡°negociaci¨®n¡± para evitar que los recursos legales siguieran adelante. La primera de estas reuniones se realiz¨® el 11 de mayo de 2015. Dos representantes de la empresa de Aramburuzabala, Carlos Padilla y Guillermo Buitano Tirado, ofrecieron entonces a diez de los vecinos y al administrador un acuerdo de ¡°conciliaci¨®n¡± que consist¨ªa en el cambio de cristales de su fachada y otras reformas para mitigar la p¨¦rdida de valor de las propiedades de los afectados seg¨²n demuestran documentos internos a los que ha tenido acceso este diario.
¡°Las negociaciones en este tipo de casos son habituales¡±, asegura una fuente cercana al proceso
M¨¢s all¨¢ de los focos medi¨¢ticos, el caso refleja el inexpugnable laberinto de las leyes mexicanas. En este caso, las del uso de suelo del Distrito Federal. La inmobiliaria Abilia, propiedad de Aramburuzabala, lleva al menos diez a?os metida en litigios y acuerdos para sacar adelante la construcci¨®n del complejo situado en Rub¨¦n Dar¨ªo 225, en el exclusivo barrio de Polanco de la capital mexicana. La inversi¨®n, de 2.218 millones de pesos (unos 130,8 millones de d¨®lares), ha sido detenida por las autoridades en cinco ocasiones desde que el grupo legal que representa a los vecinos, once propietarios de pisos en el edificio contiguo, presentara quejas administrativas ante ocho distintas instituciones oficiales entre diciembre de 2014 y enero de este a?o.
La pregunta evidente: si la ley est¨¢ de su lado, ?por qu¨¦ es necesario negociar? ¡°Las negociaciones en este tipo de casos son habituales¡±, asegura una fuente cercana al proceso. El argumento, con palabras casi id¨¦nticas, ha sido esgrimido por los representantes legales de la heredera. ¡°Si los permisos son il¨ªcitos, ?por qu¨¦ ¨¦l [el abogado de los vecinos] pod¨ªa recibir cinco millones de d¨®lares?¡±, afirmaron hace unos d¨ªas.
La vaguedad de las leyes de uso de suelo del DF desembocan en un v¨ªa crucis para los inversores y un laberinto legal para los vecinos afectados. En el caso del barrio de Polanco, por ejemplo, las normas datan de 1992 y no han sido actualizadas pese al estallido inmobiliario de los ¨²ltimos a?os. La conclusi¨®n: las leyes de uso de suelo en la capital de M¨¦xico son tan vagas que consiguen que, al mismo tiempo, todos tengan la raz¨®n y no la tenga nadie.
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