¡°Las turbulencias pol¨ªticas en Brasil no ayudan a la econom¨ªa¡±
El ministro de Hacienda brasile?o, Joaquim Levy, asegura que no piensa dimitir
El ministro de Econom¨ªa brasile?o, Joaquim Levy (R¨ªo de Janeiro, 1961), vive desde su elecci¨®n en enero en el centro del hurac¨¢n. Los especialistas lo describen acorralado por los malos n¨²meros de las cuentas p¨²blicas y por su soledad de hombre que ha trabajado para Ejecutivos de distintos colores dentro ahora de un Gobierno comandado por el Partido de los Trabajadores (PT), de centro izquierda, la formaci¨®n de Dilma Rousseff. En v¨ªsperas de su viaje a Espa?a, Levy, tranquilo, asegur¨® que no piensa dimitir. Los rumores sobre su marcha o su permanencia afectan a la cotizaci¨®n del real, expuesto a la peor recesi¨®n en 15 a?os y a una previsi¨®n de ca¨ªda del PIB del 2% este a?o. Las tensiones entre el Gobierno y un Congreso hostil se traducen en un cruce de zancadillas. La presidenta Rousseff repta por los sondeos con un m¨ªsero 8% de aprobaci¨®n. Pero el cuestionado Levy, de m¨¢s de 1,90 de altura, de trato exquisito, formado en la muy liberal escuela econ¨®mica de Chicago y llamado a contener el gasto, hacer recortes y devolver la salud a la marchita econom¨ªa brasile?a, se siente optimista. Y sonr¨ªe.
Pregunta. Todo el mundo mira para Brasil, y Brasil sigue en la depresi¨®n econ¨®mica, ?Por qu¨¦?
Respuesta. Hay que tener en cuenta que nuestros dos principales socios econ¨®micos, Estados Unidos y China, est¨¢n cambiando de pol¨ªtica econ¨®mica y nos afecta. El cambio en EE UU ha revalorizado el d¨®lar, y China ha terminado con la pol¨ªtica de inversi¨®n a ultranza. Y Brasil est¨¢ en medio de ese cambio, afectado adem¨¢s por la bajada del precio de las materias primas. En 2007 o 2010 ten¨ªamos m¨¢s colch¨®n fiscal pero ahora es muy delgado. No nos recuperamos porque tenemos que hacer una transici¨®n estructural, como han hecho algunas regiones espa?olas despu¨¦s de la crisis, por ejemplo. Las turbulencias pol¨ªticas tampoco ayudan, y hacen que la gente se retraiga de consumir e invertir.
P. En enero, los economistas dec¨ªan que Brasil volver¨ªa a crecer a partir de septiembre. Despu¨¦s, que en 2016, ahora ya hablan de 2017¡
Estamos mejor que hace tres meses. Los intereses del Gobierno y los del Congreso est¨¢n convergiendo
R. Bueno, ni tanto ni tan calvo. Lo importante es no descarrilar. El balance externo comienza a equilibrarse, aunque la demanda interna no se reactiva por razones no econ¨®micas.
P. Por la inestabilidad pol¨ªtica¡
R. S¨ª. Aunque yo soy m¨¢s optimista ahora que hace un tiempo. Estamos mejor que hace tres meses. Los intereses del Gobierno y los del Congreso est¨¢n convergiendo. Tenemos una agenda com¨²n para mejorar las infraestructuras y sobrevivir en este nuevo mundo de materias primas a la baja. Tenemos que mejorar el mercado de trabajo, reformar las pensiones y, adem¨¢s, reducir gastos del Gobierno. No es s¨®lo hacer recortes por hacerlos, sino escoger, porque aqu¨ª durante los a?os de vacas gordas muchos de estos programas fueron creciendo. Son recortes obligatorios que no tienen que afectar el bienestar de las personas.
P. En la crisis europea, en Portugal, Grecia y Espa?a se practic¨® un ajuste fiscal que rebaj¨® el nivel de vida de las personas¡
R. Bueno, pero en Brasil es que hay cosas que funcionan de forma muy ineficaz.
P. P¨®nganos un ejemplo.
R. La sanidad, sin ir m¨¢s lejos. Aqu¨ª muchas veces la justicia debe intervenir para dictaminar si fulano o mengano tiene derecho a un tratamiento caro. Con menos burocracia, se atender¨ªa a m¨¢s personas con menos dinero. La organizaci¨®n es muy importante.
P. ?Y en la educaci¨®n tambi¨¦n hay que recortar?
R. Ah¨ª le pongo otro ejemplo: el sistema de becas para que estudien alumnos pobres en universidades privadas. De acuerdo, yo pago la beca, pero tiene que haber un m¨ªnimo de calidad. O yo pago pero usted no puede repetir un a?o. Se pone esa regla y todo el mundo lo entiende y lo apoya. Tenemos una nueva clase media que, por un lado, tiene m¨¢s expectativas pero que tambi¨¦n se da cuenta de qui¨¦n paga las cosas.
P. Da la impresi¨®n de que se encuentra aislado en el Gobierno con sus medidas de recorte¡
R. No me importa nada si estoy aislado o no. Lo que cuenta es que se haga lo que se tiene que hacer. Estamos tomando las medidas que van a permitirnos salir de la crisis, manteniendo la responsabilidad fiscal, lo que es esencial para que los mercados inviertan. Al final, lo que cuenta son las acciones.
P. Pero las acciones las deciden las personas.
R. El Gobierno ha avanzado. Todo Gobierno va para un lado y para otro. Pero la presidenta ha dicho que tenemos que abrir la econom¨ªa y llevar a cabo reformas estructurales.
P. ?Y cu¨¢ndo volver¨¢ a crecer Brasil?
R. En algunos puntos, ya lo hacemos. Y si no existiera este componente pol¨ªtico, todo ser¨ªa m¨¢s palpable. En 2016 tendremos ya trimestres con crecimiento. No tengo la m¨¢s peque?a duda sobre eso. Hay que tener en cuenta que las remontadas econ¨®micas brasile?as son r¨¢pidas. Es verdad que la venta de materias primas ha ca¨ªdo. Pero ?significa esto el fin del mundo? No. Tenemos un mercado interno de 200 millones de personas, un mercado din¨¢mico, joven, con una demograf¨ªa muy positiva. Eso no puede fallar.
¡°No tengo intenci¨®n de dimitir¡±
Pregunta. Durante toda la semana se ha especulado con el hecho de que usted iba a abandonar el Gobierno por divergencias pol¨ªticas con varios ministros. ?Va a dimitir?
Respuesta. No tengo la intenci¨®n de hacerlo.
P. ?No es dif¨ªcil tranquilizar al mundo econ¨®mico internacional cuando el pa¨ªs vive en un sobresalto continuo?
R. Estamos en medio de una traves¨ªa que ha implicado un cambio en la pol¨ªtica econ¨®mica. Y esto se une a las turbulencias pol¨ªticas. La presidenta, por ejemplo, toma medidas arriesgando su popularidad. Pero ella sab¨ªa que ten¨ªa que hacer cambios. Es un momento al que hay que responder con serenidad.
P. Pero esas turbulencias se esperaban. Cuando usted fue elegido, todo el mundo se?al¨® que era un ministro muy a la derecha de lo que significa el PT.
R. Bueno, pero yo contin¨²o en el mismo sitio en el que estaba cuando era secretario del Tesoro en los tres primeros a?os de su Gobierno, desde enero de 2003 a marzo de 2006. Exactamente en el mismo sitio. Sigo hasta con la misma corbata. Lo que no s¨¦ es si el PT est¨¢ en el mismo sitio, pero yo s¨ª que lo estoy. Esta frase es peligrosa, por cierto.
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