Vampiros, zombis y los dem¨¢s
Persisten los efectos de la crisis, aunque las causas han remitido: se llama ¡°hist¨¦resis¡±
Aunque haya un frenazo de la econom¨ªa mundial, y aunque existan bastantes riesgos geopol¨ªticos por delante, el ambiente econ¨®mico de hoy se parece poco, a mejor, al de hace ocho a?os, cuando comenzaron a manifestarse las dificultades de lo que luego ser¨ªa la Gran Recesi¨®n. Incluso aunque hubiera otra reca¨ªda, tipo a?o 1937, no ser¨ªa igual.
Es hora ya de que se haga un detallado balance de da?os y perjuicios de lo ocurrido en este tiempo en materia econ¨®mica, y c¨®mo ello ha arrastrado a las condiciones pol¨ªticas: c¨®mo hemos cambiado. Se trata del llamado efecto bajamar, que desarrolla Jos¨¦ Antonio Zarzalejos en su excelente libro (Ma?ana ser¨¢ tarde, Planeta): cuando se retira la marea, quedan sobre la arena mojada los restos del naufragio, cuyo ¨²nico destino es la incineradora o el basurero.
Si esto es as¨ª en muchas partes, tambi¨¦n lo es en Espa?a. Los ¨²ltimos datos de crecimiento, del segundo trimestre del a?o, han sido excelentes: el PIB aument¨® un 1% respecto al del primer trimestre, con aportaciones positivas del consumo, la inversi¨®n, el gasto p¨²blico y el sector exterior.
Entonces, ?por qu¨¦ persiste entre los ciudadanos ese fen¨®meno denominado ¡°hist¨¦resis¡±? En econom¨ªa, la hist¨¦resis puede definirse como la persistencia de los efectos de una crisis incluso cuando sus causas han remitido. La hist¨¦resis se usa mucho para analizar los mercados de trabajo: aquellos casos en donde tras aumentos del desempleo se da una dificultad mayor para que el paro vuelva a bajar al sitio donde estaba antes. Y aqu¨ª est¨¢ la respuesta: aunque en los ¨²ltimos trimestres ha habido un incremento del empleo, este ha sido insuficiente para bajar la tasa del 20%, un porcentaje explosivo en cualquier sociedad. Hay menos puestos de trabajo, menos personas ocupadas, menos horas ocupadas, y la remuneraci¨®n de los asalariados pierde fuerza en relaci¨®n con las otras dos partidas de la Contabilidad Nacional: los beneficios empresariales y los impuestos. En estos a?os se han acu?ado con fuerza los conceptos de trabajador pobre y del precariado, con salarios reducidos y trabajos de poca calidad, fruto, en buena parte, de la reforma laboral.
Las tendencias que proporciona el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), en sus diferentes encuestas, y otras proyecciones de diversos servicios de estudio privados, avisan de que en estos a?os se ha generado en Espa?a una nueva estructura social, con tres partes muy diferenciadas: los pocos beneficiados de la crisis (los vampiros), medidos en decenas o centenares de miles, que han mejorado en distancia social sobre el resto; los perdedores, que se han quedado atr¨¢s en el camino y que han acrecentado su vulnerabilidad (los zombis), alrededor de un 30% de la poblaci¨®n, unos 14 millones de personas; y el resto, el 70% restante, que con m¨¢s o menos dificultad, con retrocesos en su progreso, han conseguido salir adelante. Sobre ellos se centran los mayores esfuerzos de convencimiento del Gobierno, para tratar de ganar su voto. Ser¨¢ dif¨ªcil.
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