La salud concentrada
En estos a?os la privatizaci¨®n de la sanidad p¨²blica ha sido una constante
La demanda de servicios sanitarios, la preocupaci¨®n gen¨¦rica por la salud, es una constante de las sociedades avanzadas. En mayor media si concurren dos circunstancias que son tambi¨¦n las dominantes en Espa?a: el creciente envejecimiento de la poblaci¨®n y la inseguridad acerca del mantenimiento de las prestaciones que tradicionalmente hab¨ªa deparado la sanidad p¨²blica. Ambos factores, explican el crecimiento de los oferentes privados de este tipo de servicios.
La sensaci¨®n de protecci¨®n p¨²blica, la confianza, se ha debilitado de forma significativa, pero en la sanidad de forma muy evidente. La crisis, las respuestas que la austeridad presupuestaria impuso, han acentuado esa sensaci¨®n de inseguridad. Los recortes han sido muy importantes entre 2009 y 2013 contribuyendo a esa percepci¨®n de deterioro en uno de los servicios con los que desde hace d¨¦cadas contaban los espa?oles. No es de extra?ar, por tanto, que a pesar de que la renta de la mayor¨ªa de las familias no ha crecido precisamente en estos a?os, la demanda de servicios sanitarios privados ha aumentado y los correspondientes seguros de salud. El n¨²mero de asegurados privados supera ya los 7,2 millones, adem¨¢s de aquellos pertenecientes a mutualidades, como entre otras la de los funcionarios. En estos a?os la privatizaci¨®n de la sanidad p¨²blica ha sido una constante: se ha reducido la inversi¨®n p¨²blica en ese sector obligando al desplazamiento de la demanda hacia empresas privadas. En algunas administraciones, adem¨¢s, se ha fomentado la privatizaci¨®n de la gesti¨®n de los servicios hospitalarios, acentuando la percepci¨®n de retirada progresiva de la presencia p¨²blica en un servicio que todav¨ªa muchos espa?oles consideran esencial.
Esa mayor pujanza de la demanda no ha sido impedimento para que la competencia entre oferentes privados y compa?¨ªas de seguros haya aumentado igualmente. Y con ella las pretensiones de generar rendimientos a escala propiciando una mayor concentraci¨®n de la oferta en todos los servicios. Desde luego en las redes originalmente muy atomizadas de hospitales, donde la concentraci¨®n de la propiedad es m¨¢s expl¨ªcita. Un proceso que ha contado con la presencia de operadores extranjeros importantes y con un papel igualmente destacado en el control del sector. Incluso de inversores tambi¨¦n extranjeros que no siempre provienen del sector pero que apuestan al crecimiento de la demanda y a la acuden a la b¨²squeda de esas fuentes de rentabilidad asociadas al debilitamiento de la oferta p¨²blica. Las propias compa?¨ªas de seguros m¨¦dicos, que son en ¨²ltima instancia los principales demandantes de esas redes hospitalarias, y los que en mayor medida pueden ejercer poder de mercado frente a los hospitales, experimentan tambi¨¦n una clara concentraci¨®n: m¨¢s del 80% de la cuota de mercado la mantienen una decena de empresas.
La din¨¢mica de concentraci¨®n, especialmente en sectores originalmente muy atomizados no tiene por qu¨¦ traducirse en menor capacidad de negociaci¨®n de los usuarios, pero la tendencia al ejercicio de poder de mercado es evidente. Por ello, las actuaciones supervisora son esenciales. Como en cualquier otro sector, la atenci¨®n a las pr¨¢cticas competitivas es un requerimiento b¨¢sico. Pero en el de servicios tan esenciales como los sanitarios, la supervisi¨®n se ha de particularizar muy especialmente en la calidad de la oferta, en la vigilancia porque ese desplazamiento desde las prestaciones p¨²blicas a las privadas no lleve adem¨¢s consigo con p¨¦rdidas de calidad que soporten los asegurados con menor capacidad defensiva.
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