La ropa usada se cotiza
ThredUp se afianza en EE UU como ¡®web¡¯ de compraventa de prendas y accesorios
El bajo Manhattan se convirti¨® durante toda esta semana en un hervidero, con las grandes modelos del momento desfilando por las pasarelas con los coloridos dise?os para la pr¨®xima temporada de primavera. James Reinhert, sin embargo, ve el negocio en lo opuesto: en dar una segunda vida a prendas de grandes marcas casi nuevas antes de que se queden abandonadas para siempre en el fondo del armario.
Reinhert es el consejero delegado de ThredUp, uno de los mayores portales dedicados a la reventa de ropa y accesorios de segunda mano. Las firmas de capital riesgo siguen inyect¨¢ndole dinero en masa, pese a ser ya una compa?¨ªa bien establecida. El ejecutivo fund¨® la sociedad hace seis a?os en Cambridge (Massachussetts) junto a Chris Homer y Oliver Lubin. Su sede est¨¢ ahora en San Francisco (California).
La reventa de ropa en Internet no es nueva. Mucho antes de que emergieran portales como ThredUp se recurr¨ªa al escaparate virtual de eBay para colgar las prendas que ya no se utilizaban e intentar sacarle unos d¨®lares antes de donarla al Ej¨¦rcito de Salvaci¨®n para liberar espacio. Eso era cuando eBay operaba como una plataforma de subastas, lo que le convirti¨® en una mina para los cazadores de gangas.
La web ThredUp forma parte de un movimiento conocido como ¡°consumo compartido¡±, en el que han emergido durante los ¨²ltimos a?os portales dirigidos a j¨®venes profesionales, especialmente mujeres, que quieren renovar su armario a un coste m¨¢s que razonable. Es, adem¨¢s, un segmento en el que a¨²n no est¨¢ metido Amazon, pero en el que eBay sigue controlando una buena parte de las ventas.
Por eso no es casualidad que entre los asesores de esta compa?¨ªa se encuentre Brian Swette, que fue director de Operaciones de eBay. Reed Hastings, fundador del videoclub online Netflix, considerado uno de los grandes disruptores de la era digital, es otro de los asesores de ThredUP. Highland Capital, Trinity Ventures, Redpoint Venture y Highland Capital Partners olieron hace tiempo el dinero.
Objetivo: el ahorro
La mujer tipo estadounidense puede tener, seg¨²n algunas encuestas, 90 prendas de vestir en su armario y una decena de bolsos por un valor sumado de 8.500 d¨®lares. Una parte de esa ropa y accesorios, sin embargo, no se usan: m¨¢s o menos el 20% de los art¨ªculos se quedan colgados esperando d¨ªas mejores. La reutilizaci¨®n de esa ropa a trav¨¦s de la venta, seg¨²n los c¨¢lculos de ThredUp, ahorra 200 d¨®lares.
Como dicen desde la compa?¨ªa, no se trata solo de ganar un espacio precioso en el armario. El gasto anual medio en ropa de un var¨®n adulto en EE UU es de 1.700 d¨®lares. En el caso de las mujeres se dobla. Las empresas echan mano de las encuestas realizadas entre los consumidores para calcular que se puede ahorrar hasta un 70% con la compra de textiles de segunda mano de buena calidad.
La misma l¨®gica vale para la ropa de los ni?os. De hecho, ThredUp ofrece en su portal marcas como BabyGap. Las mismas encuestas revelan que los padres acaban gastando cerca de 14.000 d¨®lares en prendas de vestir que solo duran unos meses. Para cuando el ni?o llega a los 17 a?os de edad, habr¨¢n pasado por el armario 1.300 art¨ªculos. El ahorro en este caso ser¨ªa de 520 d¨®lares al a?o por ni?o. Solo en las compras para la vuelta al colegio ser¨ªa de 200 d¨®lares.
La industria de la indumentaria mueve al a?o 400.000 millones de d¨®lares en ventas en EE UU. De ese total, una octava parte se genera a trav¨¦s de Internet. Se calcula que la reventa de ropa tiene un mercado potencial de 34.000 millones. El 45% de las ventas de ThredUp son por m¨®vil, casi el doble que en una marca de retail.
Ahora se les ha sumado Goldman Sachs Investment Partners, que acaba de liderar una ronda de financiaci¨®n de 81 millones de d¨®lares. ThredUp est¨¢ considerada por eso como una de las webs en esta categor¨ªa del negocio de la moda mejor financiadas, con m¨¢s de 125 millones recaudados. El dinero fresco que capt¨® ya le permiti¨® abrir un segundo almac¨¦n en la costa atl¨¢ntica, para as¨ª reducir los tiempos de entrega.
La valoraci¨®n de la compa?¨ªa asciende a 500 millones. El plan de Reinhert es sumar otros dos centros log¨ªsticos y lanzar una agresiva campa?a de publicidad. Porque pese a su ¨¦xito entre los inversores, su negocio sigue siendo desconocido para el p¨²blico. Y no est¨¢ sola. Entre sus rivales se encuentran The RealReal, Tradesy, Threadflip, Vaunte, Poshmark, Gazelle, uSell, Nextworth, Twice y Shop Hers.
Ian Friedman, de GSIP Private Investment, explica que el atractivo de este portal en concreto es que est¨¢ probando que puede cambiar la percepci¨®n negativa que por lo general tiene el consumidor hacia los art¨ªculos de vestir de segunda mano. La mitad de los clientes de ThredUp no hab¨ªa comprado ropa usada antes de recibir en casa la ropa en sus particulares bolsas de lunares turquesa.
Cada portal le da un giro diferente para conseguirlo. Lo que distingue a ThredUp es que el vendedor debe enviar antes su producto a la compa?¨ªa para ser examinado y fotografiado. Los que no respetan las normas de calidad, son vetados. La mitad de la mercanc¨ªa que reciben es desechada. As¨ª consigue a la vez dar uniformidad a toda la oferta que se presenta en el portal. En eBay es el propio vendedor es el que fotograf¨ªa sus productos y eso crea cierto desorden.
Todo este sistema tiene, sin embargo, un coste. Mientras que eBay se queda con un 10% del valor de la venta, ThredUp es la que establece el precio de la mercanc¨ªa que recibe. La ropa que se ofrece en la p¨¢gina est¨¢ en perfectas condiciones cuando llega a manos del cliente y el precio final que se paga es notablemente m¨¢s bajo que en una tienda de marcas tan populares como Gap, J.Crew o Calvin Klein.
Una tercera parte de sus clientes tienen unos ingresos anuales de 100.000 d¨®lares. La compa?¨ªa suele pagar por la ropa de segunda mano en forma de cr¨¦dito para adquirir otras prendas o accesorios en el portal, o hace una trasferencia de efectivo por v¨ªa PayPal que suele tardar unos 15 d¨ªas en llegar. La ropa que no pasa el control se devuelve, se recicla o se destina a una organizaci¨®n caritativa.
El portal registr¨® casi dos millones de visitas el pasado mes de agosto, frente a 700.000 un a?o antes. No es extra?o en un momento en que las estad¨ªsticas muestran que uno de cada cuatro padres vestir¨ªa a sus hijos con ropa de segunda mano. La compa?¨ªa no da m¨¢s datos sobre su negocio en cuanto a ventas ni tampoco precisa si es rentable. Tan solo indica que este r¨¢pido crecimiento le va a llevar a contratar un millar de empleados a lo largo del pr¨®ximo a?o.
Los analistas ven viable que haya un par de grandes compa?¨ªas que se dediquen a la reventa de ropa. Pero no mucho m¨¢s. Twice, que estuvo respaldada financieramente por Andreessen Horowitz, uno de los grandes gur¨²s de Silicon Valley, se acaba de poner en manos de eBay porque era incapaz de crear una base robusta de clientes para aguantar por s¨ª sola. Es lo que est¨¢ tratando de hacer Shop Hers con Tradesy. Esta ¨²ltima estuvo a punto de desaparecer hace dos a?os.Vestiaire Collective, un portal similar que funciona en Europa, tambi¨¦n est¨¢ probando fortuna en Estados Unidos. Hay tambi¨¦n grandes cadenas de ropa que est¨¢n incorporando la reventa y el reciclado en sus modelos de negocio, mientras que otras marcas est¨¢n experimentando con programas piloto para incentivar un consumo sostenible.
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