?Tienes madera de millonario?
Schroders elabora un test para detectar los ¡°errores emocionales" de los inversores
¡°Ahora mismo, ?qu¨¦ le apetecer¨ªa m¨¢s como tentempi¨¦, una ensalada o una sopa?¡±. Piense, conteste, y pase a la siguiente pregunta: ¡°?C¨®mo de seguro est¨¢ usted de que dentro de un a?o elegir¨ªa la misma opci¨®n?¡±. Piense, conteste, y adivine qui¨¦n le est¨¢ interrogando. No, no es un camarero. Ni un nutricionista. Quien quiere conocer sus gustos culinarios es una empresa de gesti¨®n de activos financieros. En base a estas ¡ªy a otras¡ª respuestas, determinar¨¢ cu¨¢les son sus pautas de comportamiento a la hora de invertir.
En realidad, a?Schroders ¡ªla gestora de activos que acaba de lanzar en Espa?a el test incomeIQ¡ª no le interesa para nada conocer sus antojos alimentarios. Pero si usted est¨¢ seguro de que dentro de un a?o seguir¨¢ eligiendo el mismo plato, quiz¨¢s esto sea un s¨ªntoma de visi¨®n cortoplacista. Algo malo para sus inversiones.
El test que Schroders ha elaborado junto con Joe Gladstone, investigador de la Universidad de Cambridge, est¨¢ dirigido a clientes y a profesionales del sector y est¨¢ disponible en Internet. Se basa en las finanzas conductuales, un campo que se apoya en la psicolog¨ªa cognitiva y que pone en duda algunos de los postulados de la teor¨ªa econ¨®mica neocl¨¢sica ¡ªy su racional¨ªsimo homo ?conomicus¡ª, al considerar que las emociones juegan un rol clave en el proceso de toma de cualquier decisi¨®n, incluso en el mundo econ¨®mico-financiero. ¡°Con incomeIQ, los inversores ser¨¢n capaces de ver como sus experiencias pasadas, sus circunstancias y construcciones mentales influyen en las decisiones de inversi¨®n¡±, aclaran desde Schroders.?
No te dejes enga?ar
Adem¨¢s de los conocimientos financieros, IncomeIQ toma en consideraci¨®n una serie de variables para definir nuestra actitud frente a las inversiones: se trata de ocho?¡°trampas mentales¡± relacionadas con nuestro car¨¢cter y emociones,?que podr¨ªan perjudicarnos?al momento de elegir c¨®mo y d¨®nde invertir. En base a los resultados obtenidos, la herramienta proporciona consejos para mejorar las decisiones que afectan nuestra cartera presente y futura.
1. Exceso de optimismo. Es la tendencia a sobrestimar el ¨¦xito y subestimar el riesgo; puede alterar la percepci¨®n de mercado y empujarnos a emprender caminos equivocados. ¡°Nuestro ¨²ltimo estudio revela que el 88% de los inversores cree que se le da bien, o incluso mejor que bien, tomar decisiones [...]. En la mayor¨ªa de los casos, esta percepci¨®n est¨¢ sobrevalorada¡±, explican desde Schroders. Para evitar cometer errores, es aconsejable?analizar a fondo nuestra cartera actual y los productos en los que pensamos invertir, adem¨¢s de elaborar un plan de actuaci¨®n para el futuro.
Seducidos por la mente
El inter¨¦s por la econom¨ªa conductual no es algo reciente. El mismo Cartesio, en el siglo XVII, hab¨ªa planteado la necesidad de separar la "mente", lugar del alma, del "cerebro". M¨¢s tarde, tambi¨¦n Adam Smith y Jeremy Bentham se interesaron en el tema. Pero las teor¨ªas econ¨®micas neocl¨¢sicas y sus axiomas basados en una inmutable racionalidad del individuo se impusieron casi como ciencia perfecta, cerrando las puertas a una posible integraci¨®n con la psicolog¨ªa cognitiva.
En 2002, cuando el economista Vernon Smith (Wichita, 1927) y el psic¨®logo Daniel Kahneman (Tel Aviv, 1934) recibieron el Premio Nobel de Econom¨ªa ¡ªpor haber integrado aspectos de la investigaci¨®n psicol¨®gica en?la econom¨ªa¡ª, algo cambi¨®.?El galard¨®n permiti¨® que estas teor¨ªas ganaran reconocimiento y adeptos y sent¨® las bases para explorar y desarrollar nuevos campos interdisciplinares, entre ellos la neuroeconom¨ªa.
Esta rama no solo estudia los comportamientos econ¨®micos a trav¨¦s de la psicolog¨ªa cognitiva, sino que los integra con la biolog¨ªa o la neurolog¨ªa. El n¨²cleo de la investigaci¨®n son el cerebro y su funcionamiento. Por ejemplo, se ha demostrado que las personas que tienen un mayor volumen de materia en la am¨ªgdala, una peque?a nuez situada en cerebro que almacena la memoria emocional del miedo,?sienten m¨¢s aversi¨®n hacia la p¨¦rdida, inclusive cuando se trata de dinero. De la misma manera, la testosterona aumenta el grado de riesgo que los inversores est¨¢n dispuestos a asumir.
2. Exceso de confianza. Esta?¡°trampa mental¡± nos lleva a creer que somos los ¨²nicos responsables de nuestros ¨¦xitos, pero no de nuestros errores, que siempre atribuimos a los dem¨¢s. Quien padece?este ¡°mal¡± es m¨¢s reacio a aprender de sus desaciertos y puede que acabe asumiendo m¨¢s riesgo del necesario. Habr¨ªa que asumir que un ¨¦xito financiero no es el simple resultado de nuestras habilidades, ni que la rentabilidad presente se repita necesariamente en el futuro. El azar es una componente importante a tener en cuenta.
3. Ansiedad. Si ya nos supone un estr¨¦s meter nuestro dinero en un dep¨®sito a plazo fijo, invertir en un fondo de renta variable podr¨ªa comprometer gravemente nuestra salud f¨ªsica y mentalmente, por su elevado grado de riesgo. Si la ansiedad nos obnubila la mente, podr¨ªamos entrar en p¨¢nico y, por ejemplo, acabar comprando caro y vendiendo barato. Hay que asumir que el mercado no es est¨¢tico y que los t¨ªtulos en los que hemos invertido pueden sufrir?altibajos. El mejor consejo es evitar controlar compulsivamente el rendimiento de nuestros activos y seguir hasta el final el plan de inversi¨®n que hemos elaborado.
4. Aversi¨®n a las p¨¦rdidas. El ser humano siente m¨¢s sufrimiento por una p¨¦rdida que alegr¨ªa por una una ganancia. Est¨¢ escrito en nuestros genes: hasta hay estudios que demuestran que, para reencontrar el equilibrio, hace falta conseguir una cantidad de entre 2,25 y 2,50 veces superior a lo que hemos perdido. Esta actitud nos puede llevar, por ejemplo, a vender valores demasiado pronto ¡ªcon una consecuente p¨¦rdida de dinero¡ª, ya que no visualizamos de manera clara la rentabilidad de nuestras inversiones. Hay que tomarse un tiempo de reflexi¨®n ante de actuar e intentar mirar m¨¢s all¨¢ de la rentabilidad.
5. Tendencia a la proyecci¨®n. Es la actitud de quien toma decisiones para el futuro en base a las necesidades del presente. No podemos pretender que nuestro actual estilo de vida sea el mismo dentro de 30 a?os. Deber¨ªamos de esforzarnos en visualizar diferentes escenarios posibles, y dejar de pensar que el momento que estamos viviendo se prolongar¨¢ eternamente.?
6. Percepci¨®n irracional del dinero.?Para valorar nuestra riqueza, no es suficiente con contar el dinero que tenemos en nuestra cuenta corriente o invertido en un fondo. Hay que considerar que existen variables que pueden comerse estos ahorros, como la inflaci¨®n; de la misma manera hay productos que nos pueden hacer ganar m¨¢s dinero si tenemos la paciencia de entender c¨®mo funcionan.?
7. Tendencia al presente. El ser humano tiende a preocuparse m¨¢s por el presente que por el futuro: ante una recompensa, preferimos disfrutarla ahora que recibir una mejor oferta dentro de un tiempo. Es por eso que, para sacar m¨¢ximo provecho a nuestras inversiones, hace falta planificar. No podemos pretender unos retornos financieros excepcionales con una inversi¨®n a corto plazo?¡ªy menos a¨²n si se trata de productos de bajo riesgo¡ª.?
8. Efecto manada.?P¨¢nico?y euforia son grandes enemigos de las inversiones. Porque cuando se desencadenan, aunque su origen sea irracional, todos los actores del mercado tienden a comportarse de la misma manera: como una manada de ovejas. Aunque no tengamos que subestimar los acontecimientos, tambi¨¦n es verdad que deber¨ªamos de evitar seguir las modas pasajeras y pensar que todos los dem¨¢s siempre acierten.
2015, el a?o del optimismo
La tercera edici¨®n del informe Global Investment Trend Survey?¡ªuna encuesta realizada entre 20.000 inversores minoristas y 8.000 asesores financieros¡ª, realizada por?Schroders,?esboza un escenario de elevada confianza entre los inversores de cara a 2015. Nueve sobre diez tienen previsto aumentar el volumen de su cartera y esperan rendimientos medios del 12%, dos puntos m¨¢s que hace un a?o.
Esta expectativa, seg¨²n la gestora de activos, es poco realista, sobre todo, porque los inversores han declarado su preferencia para productos m¨¢s?¡°conservadores¡±?¡ªsolo un 21% del portafolio estar¨¢ dirigidos a herramientas con riesgo elevado y consecuente alta rentabilidad¡ª. Adem¨¢s, la mitad de ellos tiene intenci¨®n de optar por inversiones a corto plazo, entre uno y dos a?os.
Los inversores espa?oles siguen la misma tendencia, y se encuentran entre?¡°los m¨¢s optimistas de cara a sus oportunidades de inversi¨®n¡±. Conf¨ªan en la recuperaci¨®n econ¨®mica. Pero desde Schroders alertan: la desconexi¨®n que existe entre la rentabilidad esperada, la poca predisposici¨®n al riesgo y la visi¨®n cortoplacista podr¨ªa contradecir las expectativas.
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