Federico Prades, asesor econ¨®mico de la AEB
El presidente de la banca realiza una semblanza del veterano economista de la patronal bancaria
El fallecimiento de Federico Prades, a pesar de sus problemas de salud de los ¨²ltimos meses, nos ha cogido por sorpresa a muchos de nosotros. Sin duda, su incre¨ªble amor al trabajo y su empuje, que hac¨ªan que nos llegaran a tiempo todas las actualizaciones de su ¨¢rea como si estuviera sentado en su despacho, nos mantuvo enga?ados. Es lo que tienen las personalidades de tanto fuste: parece que son eternas y que nada puede quebrarlas.
Seguramente habr¨¢ personas que han conocido y trabajado con Federico mucho m¨¢s que yo. De hecho, me queda la frustraci¨®n de s¨®lo haber podido colaborar con ¨¦l un poco m¨¢s de un a?o, tiempo corto pero suficiente para apreciar la calidad de su trabajo. Porque dig¨¢moslo claro y alto: Federico era un magn¨ªfico economista, un profesional brillante tanto en los argumentos como en el an¨¢lisis de la realidad econ¨®mica.
Pero Federico representaba algo m¨¢s dentro de la profesi¨®n. Para aquellos de nosotros que comenzamos nuestras carreras profesionales en el ¨¢mbito del an¨¢lisis de la coyuntura de la econom¨ªa espa?ola, hace ya m¨¢s de 25 a?os, Federico Prades era una figura m¨ªtica, uno de los escasos profesionales que pod¨ªa competir, sin duda con menos medios, con el Servicio de Estudios del Banco de Espa?a. Supl¨ªa los recursos con criterio y agudeza intelectual (aproximaci¨®n que, por cierto, mantuvo hasta el final). Decir que Federico Prades import¨® a Espa?a el an¨¢lisis coyuntural no es, en absoluto, una exageraci¨®n. Y recordemos que este result¨® vital en una econom¨ªa cada vez m¨¢s moderna, donde el dise?o presupuestario o de las decisiones de pol¨ªtica monetaria depend¨ªa de esas previsiones econ¨®micas.
Ya hemos comentado el amor al trabajo de Federico y su capacidad para suplir la escasez de recursos con profundidad de an¨¢lisis. Pues bien, cuando asum¨ª mis nuevas responsabilidades quise conocer a Federico y su equipo (asumiendo, c¨®mo no, que s¨®lo un nutrido grupo de economistas pod¨ªa crear el producto que Federico firmaba). Cu¨¢l fue mi sorpresa al enterarme de que el equipo de Federico eran Pepi, su secretaria, Blas, su t¨¦cnico inform¨¢tico y ¨¦l mismo. Todo un ejemplo de eficiencia.
No quiero terminar estos p¨¢rrafos sin hacer referencia a la persona. Federico ten¨ªa una fuerte personalidad, capaz de juzgar a los individuos a vuelapluma y acertar, al que le encantaba una buena discusi¨®n y con el que hab¨ªa que ganarse el respeto ¨C¡°su¡± respeto- a pulso. Tambi¨¦n me sorprendi¨® profundamente c¨®mo era capaz de asumir los cambios con la ilusi¨®n de un reci¨¦n licenciado (o graduado, o como se diga ahora). Aficionado impenitente a la m¨²sica -en su despacho siempre sonaba una armon¨ªa de fondo-, y amante de los Beatles -no pocos art¨ªculos suyos se titularon con alguna de sus canciones-, era tambi¨¦n un experto en Bu?uel (lo que, de por s¨ª, ya es reflejo de un car¨¢cter intenso y distinto). Me dicen que, como buen valenciano, hac¨ªa una magn¨ªfica paella, la cl¨¢sica, de pollo, conejo y con una ramita de romero.
En fin, ciertos ¨®bitos dejan un hueco, personal y profesional, imposible de suplir. A su familia le debe quedar el consuelo de que muchos compartiremos con ellos esa sensaci¨®n de vac¨ªo que deja su marcha.
Jos¨¦ Mar¨ªa Rold¨¢n Alegre es presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca
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