Ciencia ficci¨®n en el horizonte
El coche del futuro incluir¨¢ piloto autom¨¢tico, mec¨¢nica el¨¦ctrica y conexi¨®n a internet, un escenario en el que firmas de la era digital como Apple, Google o Tesla tendr¨¢n mucho que decir
"De aqu¨ª a 2050, el 50% de los ingresos provendr¨¢n de la digitalizaci¨®n¡±. La frase es de Rupert Stadler, m¨¢ximo responsable de Audi, y refleja la revoluci¨®n que afronta el autom¨®vil, que deber¨¢ pasar de ser un producto esencialmente mec¨¢nico, como ha sido en los ¨²ltimos 30 a?os del siglo XX, a otro m¨¢s electr¨®nico, que es lo que exige el siglo XXI. El cambio ya ha comenzado, pero se acelerar¨¢ en los pr¨®ximos a?os y requerir¨¢ que los fabricantes tradicionales ahonden en la b¨²squeda de socios tecnol¨®gicos para adaptar sus modelos. Stadler opina que el giro de la industria ser¨¢ ¡°el m¨¢s intensivo de todos los tiempos¡±, y vaticina que generar¨¢ ¡°grandes potenciales financieros¡±.
En el horizonte aparecen retos como el desarrollo de la movilidad el¨¦ctrica y de la conducci¨®n autom¨¢tica, que requieren a su vez de una conectividad total, con acceso a Internet. Y en este punto entran en juego los nuevos actores, las compa?¨ªas de la era digital que est¨¢n irrumpiendo con fuerza en el autom¨®vil. Algunas, como Apple y Microsoft, proporcionan software para los equipos telem¨¢ticos de los ¨²ltimos modelos, que as¨ª pueden funcionar en simbiosis con los smartphones y conectarse a la Red; otras, como Tesla, se han especializado en la producci¨®n de veh¨ªculos el¨¦ctricos, situ¨¢ndose en primera l¨ªnea de salida de una carrera t¨¦cnica a la que las marcas de coches de siempre parecen llegar con cierto retraso, y Google, por su parte, apuesta por cambiar el futuro cercano con su proyecto de veh¨ªculo urbano auto dirigido, el Google Car, que quiere revolucionar la tipolog¨ªa del transporte en las grandes capitales mundiales.
Los nuevos actores llegan con grandes aspiraciones. Elon Musk, el fundador de Tesla, se fija como objetivo ¡°ayudar [con sus modelos de bater¨ªas] a agilizar la transici¨®n de una econom¨ªa basada en la extracci¨®n y quema de hidrocarburos a otra sostenida en la electricidad¡±. Y para contribuir al proceso, Musk decidi¨® en 2014 liberar todas las patentes de su empresa, en un movimiento sin precedentes en una industria tan competitiva como la del autom¨®vil.
De cargas y ordenadores
A pesar de su juventud y reducidas ventas (11.500 unidades en el primer semestre de 2015), Tesla es una marca conocida hoy en casi todo el mundo. Y ha logrado hitos como ofrecer un modelo comercial, el Model S, con una autonom¨ªa por carga superior a los 500 kil¨®metros. El coche sali¨® a la venta en 2012, con varios a?os de adelanto frente a los fabricantes de renombre, como Audi y Porsche, que acaban de presentar en el marco del Sal¨®n de Fr¨¢ncfort sus primeros prototipos con un radio de acci¨®n similar, que tardar¨¢n al menos un a?o en llegar a los concesionarios. Tesla lanzar¨¢ en 2016 un todoterreno (Model X), y prev¨¦ el lanzamiento de un tercer veh¨ªculo m¨¢s econ¨®mico con el que espera alcanzar las 50.000 matriculaciones anuales y ganar magnitud en el sector.
Google quiere pasar de proveedor a estrella destacada. Actualmente suministra sus mapas y tambi¨¦n equipos telem¨¢ticos para su instalaci¨®n en autom¨®viles, que compiten con los que surte Apple y los que utilizan chips de Microsoft. Pero el siguiente paso parece un triple salto mortal. El planteamiento recuerda al de algunas pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n, como Desaf¨ªo Total y Minority Report: repartir por la ciudad estaciones de coches sin conductor, auto dirigidos, que llevar¨¢n a los pasajeros al destino elegido.
El veh¨ªculo es esa especie de huevo con ruedas que se ha convertido en el m¨¢s medi¨¢tico de los prototipos de conducci¨®n aut¨®noma. Chris Urmson, director del programa, se?ala que ¡°queremos cambiar esta industria por completo¡±, y, aunque suene grandilocuente, la visi¨®n est¨¢ cerca de convertirse en realidad. El koala, como se le conoce, es el ¨²ltimo de los veh¨ªculos experimentales del gigante tecnol¨®gico, que lleva investigando la circulaci¨®n aut¨®noma desde 2009.
El giro que se avecina en la industria del autom¨®vil ser¨¢ ¡°el m¨¢s intensivo de todos los tiempos¡±, seg¨²n Rupert Stadler, responsable de Audi
Los coches est¨¢n pensados para los entornos urbanos, tienen dos plazas, mec¨¢nica el¨¦ctrica y 160 kil¨®metros de duraci¨®n. Y ruedan ya por la calle, aunque por el momento, y por seguridad, con conductor a bordo. Seg¨²n la web de Google Car, los accidentes registrados hasta ahora, han sido, en su mayor¨ªa, de humanos impactando contra la m¨¢quina, y no al rev¨¦s. Aunque algunos afectados han expresado su oposici¨®n a la excesiva prudencia con la que los prototipos circulan. Y es que, por ejemplo, esperan un segundo y medio antes de salir cuando el sem¨¢foro se ha puesto ya en verde. Los veh¨ªculos de ensayo de Google han recorrido m¨¢s de 1,6 millones de kil¨®metros, y la previsi¨®n es poner en marcha el programa a nivel comercial en 2020.
Tras los ambiciosos objetivos de Tesla y Google, el papel de Apple y Microsoft parece menor, pero no lo es. Y es que la transformaci¨®n del autom¨®vil que se avecina comienza por dotar a los modelos de una mayor conectividad, que es la que permitir¨¢ la generalizaci¨®n del acceso a Internet y la disponibilidad de mapas m¨¢s detallados y actualizados, que resultan imprescindibles, entre otras cosas, para el adecuado funcionamiento del piloto autom¨¢tico.
Microsoft suministra su software a fabricantes como BMW, Fiat, Ford, Kia y Nissan. Apple surte a Ferrari, Mercedes y Volvo, mientras que Google hace lo propio con Audi, General Motors, Honda, Hyundai, Seat, Skoda y VW. Pero todos son compatibles con casi todos, de la misma forma que un archivo de Word de un PC puede abrirse en un Mac. Muchas marcas, incluso, se curan en salud y apuestan por poder albergar dos o m¨¢s marcos operativos simult¨¢neamente. La idea es simple. El conductor conecta su smartphone al coche y, a partir de ah¨ª, puede engancharse a la Red, utilizar aplicaciones y disfrutar nuevos servicios. Tambi¨¦n es posible que el autom¨®vil genere una red wifi, incluso a velocidad 4G.Posibilidades: desde consultar el estado del tiempo, reservar mesa en un restaurante y escuchar la canci¨®n preferida aunque se haya olvidado el CD en casa, hasta realizar un diagn¨®stico online del coche y localizarlo v¨ªa GPS en caso de robo y apagar el motor a distancia.
Y la tendencia ir¨¢ a m¨¢s. La fuerza estrat¨¦gica que est¨¢n ganando los gigantes tecnol¨®gicos en la industria del autom¨®vil llev¨® a un periodista a preguntar a Rupert Stadler, el consejero delegado de Audi: ?tienen ustedes miedo a Apple? ¡°Ninguno¡±, contest¨®. ¡°La digitalizaci¨®n va a traer muchos nuevos actores, simplemente hay que ser mejor¡±, a?adi¨®, no sin antes recordar: ¡°Adem¨¢s, ya colaboramos con Apple y Google¡±.
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