Desendeudarse
Sin resolver pronto los problemas de fondo de la competitividad de nuestra econom¨ªa estaremos abocados a un largo periodo de austeridad
Nunca se repetir¨¢ bastante que la crisis por la que a¨²n atravesamos, a pesar de la recuperaci¨®n de los ¨²ltimos a?os, es una crisis de endeudamiento cuya salida, si nos atenemos a la historia econ¨®mica reciente, ser¨¢ larga y compleja.
Al inicio de la pasada d¨¦cada comenz¨® un acelerado proceso de endeudamiento de los agentes privados de la econom¨ªa que alcanz¨® su c¨¦nit muy tarde, en el a?o 2010, si bien los ritmos de aumento m¨¢ximos se alcanzaron entre los a?os 2004 y 2007 en los que la deuda de empresas y hogares creci¨® m¨¢s de 64 puntos porcentuales de PIB, un ritmo claramente insostenible. En aquellos a?os, el cr¨¦dito de los bancos y cajas de ahorros a familias y empresas creci¨® mucho m¨¢s deprisa que los dep¨®sitos de los residentes, llegando a alcanzar el desfase 400.000 millones de euros a finales de 2007. Para salvar esta diferencia, los bancos tuvieron que recurrir al ahorro externo, lo que aument¨® fuertemente la vulnerabilidad de nuestra econom¨ªa a los vaivenes de los mercados financieros internacionales. A grandes rasgos esta situaci¨®n persiste, ya que la posici¨®n internacional de inversi¨®n de Espa?a (la diferencia entre los activos que poseemos en el exterior y los pasivos que hemos contra¨ªdo) apenas ha disminuido en los ¨²ltimos a?os a pesar del ajuste de la econom¨ªa.
Los pr¨¦stamos a las familias pasaron de representar un 45% del PIB en 2000 a un 84% en 2009. En el mismo periodo de tiempo, los pr¨¦stamos a las empresas pasaron de un 71% del PIB a un 130%. A partir de entonces, un poco m¨¢s tarde para las empresas que para las familias, el porcentaje de endeudamiento comenz¨® a disminuir: en 2014 representaba, respectivamente, un 71% y un 109% del PIB: estamos pues en un claro y relativamente r¨¢pido proceso de desendeudamiento del sector privado de la econom¨ªa.
Es interesante constatar que en el caso de las empresas, la reducci¨®n de su endeudamiento a corto plazo comenz¨® en 2008, mucho antes que la reducci¨®n de su deuda a largo plazo, que tan s¨®lo comenz¨® a descender en 2012. Esta evoluci¨®n parece dar la raz¨®n a los peque?os empresarios que se quejaron desde el principio de que la reducci¨®n del cr¨¦dito les afect¨® en primer lugar y desproporcionadamente por la v¨ªa del cierre de la financiaci¨®n del capital circulante, lo que provoc¨® la desaparici¨®n de miles de peque?as y medianas empresas. Los intermediarios financieros siempre han dicho que la restricci¨®n del cr¨¦dito se debi¨®, fundamentalmente, al necesario ajuste de sus balances en un escenario de severo cierre de los mercados privados de financiaci¨®n internacional y a la tard¨ªa sustituci¨®n de la financiaci¨®n privada por la p¨²blica del Banco Central Europeo. A lo que hubo de a?adir el problema de las garant¨ªas: al agudizarse la crisis, buena parte de ¨¦stas perdieron su valor lo que, junto con el endurecimiento de los criterios de solvencia promovidos por las autoridades, agudiz¨® a¨²n m¨¢s los problemas de financiaci¨®n.
¡°Los pr¨¦stamos a las familias pasaron de representar un 45% del PIB en 2000 a un 84% en 2009. En el mismo periodo de tiempo, los pr¨¦stamos a las empresas pasaron de un 71% del PIB a un 130%¡±
En este proceso de desendeudamiento privado cabe preguntarse si el ritmo actual es o no el adecuado. Para responder a esta pregunta hay que tomar en consideraci¨®n la evoluci¨®n de la deuda p¨²blica a lo largo de la pasada d¨¦cada, ya que el endeudamiento exterior de Espa?a es la suma del endeudamiento privado y p¨²blico. En el a?o 2000, seg¨²n los criterios de Maastricht (el llamado protocolo de d¨¦ficit excesivo) la deuda de las administraciones p¨²blicas representaba un 58% del PIB; en 2007 hab¨ªa bajado hasta el 35% mientras que 2014 cerr¨® con un 97,7%. Desde luego es una evoluci¨®n singular que, aunque sobradamente conocida, requiere alguna explicaci¨®n.
La burbuja inmobiliaria aliment¨® los ingresos p¨²blicos tanto por la v¨ªa general de una elevada tasa de crecimiento de la econom¨ªa como por la v¨ªa, m¨¢s espec¨ªfica, de la tributaci¨®n relacionada con la compraventa de bienes inmuebles. Los excedentes de las cuentas p¨²blicas entre 2005 y 2007 crearon un peligroso espejismo en la sociedad, y en los responsables pol¨ªticos, en cuanto a las posibilidades de provisi¨®n de bienes p¨²blicos. Desde el Ministerio de Econom¨ªa se intent¨® frenar las demandas pero al final predominaron, como casi siempre, los criterios pol¨ªticos. T¨¦cnicamente, los excedentes registrados deber¨ªan haber sido bastante mayores, pues los ingresos ligados directamente a la burbuja ten¨ªan una clara fecha de caducidad, pero era imposible presentar ante las Cortes presupuestos con fuertes excedentes. La soluci¨®n adoptada fue plantearlos en equilibrio a¨²n a sabiendas de que hab¨ªa una alta probabilidad de que los ingresos excedieran las previsiones. Al final hubo excedentes, pero inferiores a lo que habr¨ªa sido necesario desde el punto de vista del restablecimiento de los equilibrios fundamentales de la econom¨ªa, tanto internos como externos.
Al deshincharse la burbuja inmobiliaria y estallar la crisis financiera internacional el cambio fue dram¨¢tico: del excedente del 2% registrado en 2007 se pas¨® al d¨¦ficit del 4,4% en 2008 y al 11% en 2009. En los a?os posteriores el d¨¦ficit se mantuvo entre 9,4% y el 10,3% y s¨®lo comenz¨® a bajar significativamente a partir de 2013. Es cierto que en el d¨¦ficit del 2012 hay que contar los m¨¢s de tres puntos de PIB procedentes de la deuda de Bankia asumida por el Estado. El deterioro experimentado entre el a?o 2007 y el 2009, 15,4 puntos de PIB, no tiene parang¨®n entre los pa¨ªses industrializados, como tampoco lo tiene el d¨¦ficit por cuenta corriente del 10% del PIB que tuvo lugar en 2007. El cambio de situaci¨®n se debi¨®, en parte a los llamados estabilizadores autom¨¢ticos, pero hubo tambi¨¦n otras actuaciones que a?adieron le?a al fuego. De entre ellas hay que destacar el llamado "Plan E" que desat¨® el gasto de los Ayuntamientos y cuyo exponente m¨¢ximo fue el traslado en Madrid de la estatua de Col¨®n del lateral de la Castellana al centro de la misma. El est¨ªmulo de la demanda y el empleo concentrado en el sector de la construcci¨®n fue de corta duraci¨®n ya que cuando se agotaron los fondos, la gran mayor¨ªa de los desempleados que se hab¨ªan contratado volvieron al paro, pero la deuda qued¨® anotada en los libros.
¡°Al final, el endeudamiento conjunto del sector privado y p¨²blico con el exterior ha permanecido pr¨¢cticamente sin variaci¨®n en torno al 100% del PIB¡±
A partir de 2011 el sector privado entr¨® en un r¨¢pido proceso de desendeudamiento (m¨¢s de 30 puntos de PIB en cuatro a?os), pero esta evoluci¨®n se ha visto en parte contrarrestada por el endeudamiento p¨²blico por una cantidad similar a pesar de la disminuci¨®n del d¨¦ficit de las administraciones p¨²blicas. Al final, el endeudamiento conjunto del sector privado y p¨²blico con el exterior ha permanecido pr¨¢cticamente invariado en torno al 100% del PIB.
?Estamos en la buena v¨ªa? La respuesta es m¨¢s bien positiva, aunque con matices. Crecemos a un ritmo del orden del 3% del PIB con un ligero excedente de la balanza por cuenta corriente, lo que quiere decir que somos capaces de crecer y pagar, poco a poco, nuestras deudas. Sin embargo, el excedente exterior que registraremos este a?o ser¨¢ del mismo orden que el ahorro provocado por la ca¨ªda del precio del petr¨®leo. Caminamos por una estrecha senda donde la reducci¨®n de costes explica una parte demasiado importante del aumento de nuestras exportaciones. Seguimos siendo muy vulnerables. Si no resolvemos pronto los problemas de fondo de la competitividad de nuestra econom¨ªa estaremos abocados a un largo periodo de austeridad.
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