?A qui¨¦n llama el jefe cuando todo sale mal? A los expertos en crisis
Empresas y pol¨ªticos recurren a ellos para resolver sus problemas de reputaci¨®n. Son los especialistas en gesti¨®n de crisis cuentan los secretos de un trabajo en la sombra
¡ª Dicen que ha aparecido un dedo en una Coca-Cola. ?Puedes coger el primer avi¨®n a Bolivia?
Eran las tres de la ma?ana y Jos¨¦ Luis Sanchis (Alboc¨¢cer, Castell¨®n, 1943) dijo que s¨ª. ¡°Llegu¨¦ all¨ª a las seis de la ma?ana del d¨ªa siguiente. Fuimos a la f¨¢brica y decidimos hacer un spot de televisi¨®n explicando por qu¨¦ era imposible que hubiera aparecido un dedo dentro de una Coca-Cola. Un trabajador enfadado hab¨ªa extendido el rumor¡±. Aquella fue una de las muchas crisis que este veterano asesor en comunicaci¨®n y consultor pol¨ªtico ¡ªha llevado 140 campa?as electorales y trabajado en 500 casos para empresas nacionales y multinacionales¡ª ha gestionado en casi 40 a?os de carrera. A veces la crisis es un rumor sobre restos humanos en un refresco y otras, un enga?o en 11 millones de veh¨ªculos. Algunos de los principales expertos a los que las compa?¨ªas llaman cuando se meten en l¨ªos explican los secretos de un trabajo en la sombra cuya tarifa m¨¢s habitual es de 4.000 euros al d¨ªa, seg¨²n Sanchis.
¡°Una crisis de imagen puede poner en peligro la continuidad de una empresa. La reputaci¨®n influye en tus resultados de negocio y tiene una traducci¨®n directa en t¨¦rminos econ¨®micos. Volskwagen se desplom¨® en Bolsa en cuanto la opini¨®n p¨²blica supo de su enga?o¡±, afirma Francisco Porras, director en Espa?a de la multinacional Weber Shandwick. ¡°La reputaci¨®n es el valor m¨¢s poderoso, por encima incluso de las ventas¡±, a?ade Arturo Pinedo, socio de Llorente & Cuenca con 26 a?os de experiencia en el sector.
¡°Seg¨²n c¨®mo gestione su crisis Volskswagen los da?os pueden ser infinitos o controlables. Es pronto para saberlo¡±, afirma Sanchis. Raquel Capellas, de Weber Shandwick, recuerda el caso de los aceleradores defectuosos de Toyota en 2009. ¡°Aquello afect¨® a 10 millones de veh¨ªculos y hubo incluso muertos en accidentes. La empresa tard¨® en reconocer el fallo, pero fue muy r¨¢pida al cambiar los coches. Luego invirti¨® mucho en la recuperaci¨®n y hoy es la marca de coches m¨¢s valorada¡±.
Campofr¨ªo llam¨® a Llorente & Cuenca tres horas despu¨¦s del incendio de la f¨¢brica de Burgos (900 empleados). La compa?¨ªa acaba de enviar a cada trabajador un ladrillo con su nombre hecho con las cenizas de la planta. Es uno de los ejemplos citados en el sector como crisis bien resuelta. Llorente&Cuenca incluy¨® a dos expertos en comunicaci¨®n digital a ese equipo. ¡°Hoy no puedes hacer nada sin ellos. Crisis siempre las ha habido, pero las redes sociales a veces act¨²an como gasolina para el fuego¡±, afirma Pinedo.
Facebook y Twitter no solo ¡°aumentan la exposici¨®n¡±, dice Capellas, ¡°tambi¨¦n la velocidad a la que una informaci¨®n negativa se difunde. Esa monitorizaci¨®n es fundamental¡±. Fue en las redes sociales donde prendi¨® el incendio de los cosm¨¦ticos Deliplus (Mercadona). ¡°Salt¨® a las redes una informaci¨®n mal utilizada, que dec¨ªa que el producto era da?ino, aunque no lo era, y para cuando se public¨® aquello ya hab¨ªa sido cambiado [conten¨ªa ingredientes contrarios a la normativa]. Se explic¨® lo ocurrido y se devolvi¨® el dinero a clientes que lo pidieron¡±, recuerda Pinedo.
Sanchis insiste en que es clave ¡°reconocer el problema y no mentir nunca¡±. Preguntado por la relaci¨®n con la pol¨ªtica, explica que cuando son grandes empresas las que est¨¢n en apuros ¡°suele haber pol¨ªticos de por medio¡±, aunque tener conocidos importantes no siempre garantiza un buen resultado. ¡°Un banquero ecuatoriano nos llam¨® a Henry Kissinger y a m¨ª para evitar que nacionalizaran su compa?¨ªa el¨¦ctrica en Guayaquil. Kissinger pidi¨® a EE?UU que convenciese al Gobierno de Ecuador, pero en una semana la f¨¢brica estaba intervenida¡±. Otras veces son los propios pol¨ªticos los que recurren a estos expertos. El Gobierno espa?ol, por ejemplo, pidi¨® ¡°consejo" a Llorente & Cuenca durante la crisis del ¨¦bola.
Hay casos que son un misterio, como Ryanair, con una casi permanente crisis de reputaci¨®n: 7 de cada 10 clientes se quejan del trato, seg¨²n un informe de Facua (2012) y la Generalitat de Catalu?a la situ¨® en cabeza en n¨²mero de reclamaciones, pero la empresa acumula cinco a?os de liderazgo. ¡°No conozco a nadie que hable bien de esa compa?¨ªa, ni a nadie que pese a quejarse haya dejado de volar con ellos¡±, asegura un directivo de la competencia. ¡°Sus costes est¨¢n muy por debajo de la media y les permite tirar precios. Pagan menos de cuatro euros por kil¨®metro y pasajero, y el resto de aerol¨ªneas por encima de seis¡±.
C¨¦sar Cabo se convirti¨® en el rostro de la crisis de los controladores de diciembre de 2010, cuando las vacaciones de muchos espa?oles estaban en el aire y el Gobierno de Zapatero militariz¨® las torres de control y estableci¨® el Estado de alarma 15 d¨ªas. ¡°Yo era partidiario de usar las redes sociales, aunque no sab¨ªamos comunicar como el Gobierno. Nuestro discurso al principio fue muy t¨¦cnico y eso no cala frente a un ministro [Jos¨¦ Blanco] que lo ¨²nico que repite es que ganamos mucho dinero¡±, recuerda Cabo. ¡°Al final decidimos hacer un discurso m¨¢s pol¨ªtico. No se puede decir que gan¨¢ramos la batalla de la opini¨®n p¨²blica, pero la estrategia minimiz¨® da?os¡±.
Todos coinciden en que lo mejor es prevenir. Weber Shandwick ha dise?ado un simulador de crisis virtual (Firebell). Encierra a directivos en una sala, les plantean una crisis y empiezan a criticar sus notas de prensa mientras les atacan por Twitter. ¡°Solo hay dos tipos de empresas¡±, dice Porras, ¡°las que han sufrido una crisis de reputaci¨®n y las que la van a sufrir¡±.
Bankia decidi¨® mantener su nombre
Amalia Blanco es una de las tres personas que tomaron el ascensor al piso 18 de una de las dos torres K¨ªo en el centro financiero de Madrid, junto al nuevo presidente Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri. La segunda semana de mayo de 2012 el Gobierno hab¨ªa elegido a este reputado economista licenciado en Deusto, que ya se hab¨ªa sentado en el comit¨¦ de direcci¨®n del BBVA y en las vicepresidencias de Telef¨®nica y Repsol para suplir la salida por la puerta de atr¨¢s de Rodrigo Rato, cuando los cr¨¦ditos de Bankia ol¨ªan ya a chamusquinta.
"No sab¨ªamos lo que ¨ªbamos a encontrar, solo, que hab¨ªa dimitido el anterior presidente y que el Banco de Espa?a, Goldman Sachs y otras entidades analizaban el balance. Ni imagin¨¢bamos lo que iba a venir despu¨¦s. Cuando fuimos viendo que iba a ser necesaria una fuerte inyecci¨®n de capital, la primera medida fue cambiar a todo el consejo de administraci¨®n y al consejo de direcci¨®n del banco", asegura la directora de comunicaci¨®n de Bankia.
No hubo contemplaciones: se desalojaron todas las plantas nobles de la torre. Cayeron 1.000 consejeros, todos los que estaban en los ¨®rganos de decisi¨®n de la entidad y tambi¨¦n los que integraban las empresas participadas por Bankia. "Intu¨ªamos que habr¨ªa una reestructuraci¨®n dolorosa con muchas salidas de personal y eso hay que hacerlo empezando desde arriba", sostiene Amalia Blanco mientras apura un caf¨¦ en una de las sala de reuniones del rascacielo.
El tiempo apremiaba, la entidad se llamaba Bankia pero sus 2.000 oficinas luc¨ªan todav¨ªa la carteler¨ªa de las extintas cajas. Y se decidi¨® mantener el nombre del banco, igual que hab¨ªa hecho ING, el Royal Bank of Scotland y la mayor¨ªa de entidades rescatadas que en el mundo han sido. "Los focus groups [experimentos con clientes y p¨²blico en general para medir sus reacciones] nos dijeron que era tener el mismo perro con distinto collar, que cambiar el nombre era enga?ar. Y eso no casaba bien con nuestros nuevos principios: realismo y transparencia. Es cierto que entonces no sab¨ªamos todo lo que iba a venir despu¨¦s, pero creo que tomamos la decisi¨®n acertada".
"Todo lo que iba a venir despu¨¦s" es una sucesi¨®n de terremotos que situaron a Bankia al borde del colapso. Lleg¨® la petici¨®n de 19.000 millones de euros de ayuda a Europa y el mandamiento de la troika para reducir en un tercio la plantilla (4.500 empleados) y otro tanto las oficinas.
Goirigoilzarri tuvo que o¨ªr de un empleado que cuando cog¨ªa un taxi para ir a la oficina, el trabajador no se atrev¨ªa a decir el nombre de Bankia. Ped¨ªa que le llevasen al intercambiador de Plaza de Castilla, una estaci¨®n intermodal que hay al otro lado de la calle. En esa mesa, algunos de los presentes asintieron con la cabeza: todos se hab¨ªan sentido avergonzados y hab¨ªan escuchado reproches hacia su banco en la familia o en el grupo de amigos.
La primera vez que el banco resucitado se dirigi¨® a la sociedad enton¨® una especie de disculpa p¨²blica que promet¨ªa: "Empecemos por los principios". Luego vinieron las tarjetas black. Nadie del nuevo equipo sobreactu¨® con declaraciones altisonantes sobre los anteriores. "La mejor manera de marcar distancias es con hechos", se?ala su directora de comunicaci¨®n.Como ejemplo, cita las 40 actuaciones de la era Rato que el nuevo equipo ha puesto en manos de la fiscal¨ªa. Y que desencadenar¨¢n nuevos juicios que seguir¨¢n desgastando una marca que a¨²n resiste: el banco ha logrado una cuota de mercado en los dep¨®sitos del 8,8%, la misma que ten¨ªa al empezar su plan de ajuste.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Coca-Cola
- Consultores de Comunicaci¨®n y Direcci¨®n
- Llorente & Cuenca
- Jos¨¦ Luis Sanchis
- Pol¨ªticos
- Campofr¨ªo
- Mercadona
- Crisis alimentaria
- Control alimentario
- Supermercados
- Publicidad
- Control calidad
- Mercados
- Bienes consumo
- Gente
- Establecimientos comerciales
- Comercio
- Consumo
- Empresas
- Medios comunicaci¨®n
- Econom¨ªa
- Comunicaci¨®n
- Sociedad
- Reportajes