Merkel se queda cada vez m¨¢s sola en su gesti¨®n de la crisis de refugiados

En lugar de catapultarla a la gloria del Nobel para el que sonaba como favorita, el d¨ªa de ayer mostr¨® la soledad de la canciller alemana, Angela Merkel, en su gesti¨®n de la crisis de los refugiados. Los l¨ªderes de dos de los tres partidos que sostienen su Gobierno le dieron algo m¨¢s que un toque de atenci¨®n. Horst Seehofer, jefe de la CSU, fue m¨¢s all¨¢ de sus ya habituales cr¨ªticas y amenaz¨® con llevar a la canciller a los tribunales si no detiene el flujo de solicitantes de asilo. Sigmar Gabriel, l¨ªder del SPD, reclam¨® a Merkel un nuevo camino para contener las llegadas.

Las intervenciones de los dos l¨ªderes son interesantes porque muestran la p¨¦rdida de apoyos de Merkel, que ha comprometido toda su credibilidad a una gesti¨®n de la crisis capaz de ofrecer ¡°una cara amable¡± a los refugiados que huyen de la guerra o de la persecuci¨®n pol¨ªtica.

No es ninguna novedad que Seehofer exprese su profundo malestar. El l¨ªder regional b¨¢varo ha acusado a su te¨®rica aliada en los ¨²ltimos d¨ªas de carecer de plan, de enviar se?ales equivocadas y de haber liberado un genio al que ser¨¢ imposible devolver a la botella, entre otras lindezas. El l¨ªder de los socialcristianos de la CSU, partido hermano de los democristianos de Merkel, amenaz¨® esta semana con tomar ¡°medidas de emergencia¡±, como devolver a los inmigrantes en autobuses a Austria o al pa¨ªs europeo por donde entraron.

Ayer no anunci¨® ninguna de estas medidas que levantar¨ªan un polvor¨ªn, pero Seehofer necesitaba dar un golpe sobre la mesa que mostrara, como dijo, que Baviera ya est¨¢ en el l¨ªmite de lo que puede soportar. Y opt¨® por la sorprendente decisi¨®n de amenazar con llevar al Tribunal Constitucional a un Gobierno del que su propio partido forma parte. El argumento legal es que si Berl¨ªn no logra reducir el peso migratorio, estar¨¢ poniendo en peligro ¡°la capacidad de actuaci¨®n de los Estados federados¡±. ¡°Seehofer no tiene el poder. As¨ª que todo lo que puede hacer es gesticular¡±, asegura el polit¨®logo Hajo Funke.

La segunda estocada a Merkel del d¨ªa es m¨¢s sutil. En un art¨ªculo conjunto que hoy publica Der Spiegel, los dos pesos pesados de la socialdemocracia en el Gobierno ¡ªel vicecanciller Sigmar Gabriel y el ministro de Asuntos Exteriores, Frank Walter Steinmeier¡ª reclaman un l¨ªmite a la llegada de inmigrantes.

Una tercera v¨ªa

¡°No podemos recibir e integrar cada a?o a m¨¢s de un mil¨®n de refugiados¡±, sostienen. M¨¢s interesante a¨²n es la petici¨®n que Gabriel y Steinmeier hacen de un nuevo camino que no se resuma en la frase ¡°el bote est¨¢ lleno¡± ¡ªhabitual en los discursos m¨¢s derechistas¡ª, pero tampoco en el ¡°vamos a lograrlo¡± que Merkel ha repetido hasta convertirlo en el lema de su pol¨ªtica migratoria. Si el debate no huye de estos dos extremos, ¡°la cuesti¨®n de los refugiados amenaza con desgarrar a nuestra sociedad¡±, sostienen los dos veteranos socialdem¨®cratas.

La toma de posici¨®n de los l¨ªderes de la CSU y del SPD llega en uno de los momentos m¨¢s complicados de los diez a?os en el poder de Merkel, a la altura de cuando en 2008 tuvo que hacer frente a la crisis financiera reci¨¦n llegada de EE UU.

Las cifras se disparan de un d¨ªa a otro. El Gobierno a¨²n mantiene que este a?o recibir¨¢ 800.000 peticiones de asilo ¡ªcuatro veces m¨¢s que en 2014¡ª, pero parece evidente que esta previsi¨®n ha quedado superada por la realidad. Un informe citado esta semana por el diario Bild disparaba las llegadas hasta los 1,5 millones. El Gobierno, que ni confirma ni desmiente este dato, recibi¨® en septiembre 164.000 solicitudes de asilo, r¨¦cord absoluto que se acerca a las cifras de todo 2014.

Al mismo tiempo que se disparan las llegadas, aumenta el descontento con Merkel, tambi¨¦n en su partido. En una entrevista seguida por 3,5 millones de telespectadores, la canciller admiti¨® el mi¨¦rcoles que no puede cerrar las fronteras y que es imposible evitar nuevas llegadas. [/TEX]¡°Me niego a participar en una competici¨®n a ver qui¨¦n es menos amigable con los refugiados¡±, a?adi¨®. ¡°Creo que la inmigraci¨®n tiene que poder ser dirigida y controlada, si no queremos que Alemania se nos vaya de las manos¡±, le respondi¨® ayer Seehofer.