El doble filo de las tarjetas
La financiaci¨®n ¡®revolving¡¯ ofrece ciertas ventajas a cambio de elevados intereses
Surgieron como una alternativa financiera m¨¢s y su popularidad ha ido en aumento debido a la dificultad para el acceso al cr¨¦dito en los a?os m¨¢s duros de la crisis. Las tarjetas revolving, definidas como una l¨ªnea de cr¨¦dito que permite disponer de dinero anticipado, se convierten en una v¨ªa de financiaci¨®n cuyo funcionamiento, caracter¨ªsticas y peligros derivados de un mal uso conviene analizar.
En Espa?a se empieza a ver un t¨ªmido aumento, del 0,65%, del n¨²mero de tarjetas de cr¨¦dito en circulaci¨®n, entre las que se incluyen las tarjetas revolving. Seg¨²n los datos del Banco de Espa?a, en el segundo trimestre de 2015 ya hab¨ªa 43,64 millones.
Las tarjetas revolving tienen un funcionamiento similar a sus ¡°hermanas¡± de cr¨¦dito tradicionales. La principal diferencia se encuentra en que la devoluci¨®n se produce con pagos aplazados. Es una tarjeta con similitudes a una l¨ªnea de cr¨¦dito, ya que a medida que se va saldando la deuda el dinero vuelve a estar disponible para su uso. Seg¨²n MasterCard, con este producto ¡°las entidades se han adaptado a las necesidades y realidad de aquellos clientes que no pueden afrontar sus deudas en el medio o largo plazo. Supusieron un importante apoyo entre colectivos con ingresos irregulares y no peri¨®dicos como empresarios o aut¨®nomos¡±.
Los establecimientos comerciales utilizan este medio de pago como v¨ªa para fidelizar al cliente. Alcampo o Carrefour, con su Tarjeta Pass, son dos claros ejemplos. Adem¨¢s es frecuente que este tipo de tarjetas ofrezcan descuentos en estaciones de servicio.
Seg¨²n el Banco de Espa?a hay 43,64 millones de tarjetas en circulaci¨®n
Una de sus cualidades est¨¢ en la devoluci¨®n del capital: facilitan que se realice a trav¨¦s de una cuota fija o con un porcentaje mensual de la deuda ¡ªhabitualmente un m¨ªnimo del 3%¡ª en lugar de abonar todo a fin de mes.
Antonio Gallardo, experto en finanzas personales de iAhorro recuerda que una m¨¢xima cuando se financian compras es devolver el dinero ¡°en el menor plazo posible¡± y lo mejor para ello es asumir la cuota m¨¢s alta permitida, aunque ¡°en algunas tarjetas revolving ¨¦stas est¨¢n limitadas a un tope m¨¢ximo¡±. Este tope m¨¢ximo es el que seg¨²n Fernando Herrero, secretario general de ADICAE ¡°no lleva m¨¢s que a alargar de manera indefinida el plazo de devoluci¨®n y a aumentar de forma desproporcionada el coste de los intereses¡±.
La deuda no saldada cada mes genera nuevos intereses a los que hay que hacer frente. Por ello hay un alto peligro de sobreendeudamiento si se utiliza en exceso la tarjeta o si la cuota o porcentaje fijado para la devoluci¨®n es bajo. En este caso lo que acaba sucediendo es que esa cantidad cubre los intereses que genera la deuda, pero no la amortizaci¨®n de capital pendiente, y esto provoca que los n¨²meros rojos se mantengan en el tiempo.
ADICAE es especialmente cr¨ªtico con la modalidad de pago y advierte de que ¡°probablemente es el m¨¦todo de financiaci¨®n m¨¢s caro y abusivo a disposici¨®n de los consumidores¡±, lo que lo hace el menos recomendable, ya que ¡°hay riesgo de que la deuda se perpet¨²e¡±.
Gallardo (iAhorro) advierte: ¡°un inter¨¦s del 2% nominal es nada menos que un 26,82% TAE¡±
Los intereses
El uso de este tipo de tarjetas suele ir de la mano de intereses m¨¢s elevados, por encima del 20% e incluso hasta el 30% seg¨²n ADICAE, frente al de los pr¨¦stamos personales, que de media est¨¢n en un 9,43% TAE. Pero a cambio permiten el acceso r¨¢pido a dinero a cr¨¦dito para afrontar compras y pagarlas a plazos. Las tarjetas de cr¨¦dito convencionales suelen tener un TAE que se sit¨²a entre el 15% y el 22%. Hay que prestar especial atenci¨®n al TAE y no solo al inter¨¦s nominal mensual, porque puede inducir al cliente a pensar en una financiaci¨®n m¨¢s barata. ¡°Un 2% nominal mensual es nada m¨¢s y nada menos que un 26,82% TAE¡± advierte Antonio Gallardo.
El tipo de inter¨¦s aplicable en estas tarjetas es uno de los puntos que m¨¢s dudas genera a los consumidores, ya que no es posible establecer un cuadro de amortizaci¨®n previo porque las cuotas pueden variar. Tal y como apunta Gallardo, ¡°son especialmente ¨²tiles para compras puntuales en las que controlamos mejor el precio del art¨ªculo y el gasto que conlleva financiarlo con una tarjeta, m¨¢s peligrosas si las utilizamos como medio habitual en el que acumulamos las compras y podemos generar deudas m¨¢s importantes que no dejan de generar intereses¡±.
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