Draghi anuncia m¨¢s est¨ªmulos por los riesgos de estancamiento y deflaci¨®n
Abre la puerta a rebajar a¨²n mas el tipo de inter¨¦s de los dep¨®sitos bancarios en el BCE
Las cosas van a peor. Y el Banco Central Europeo redobla su apuesta. Su jefe, Mario Draghi, anunci¨® este jueves m¨¢s est¨ªmulos a trav¨¦s del programa de compra de activos, con el que pretend¨ªa gastar 1,1 billones de euros hasta oto?o de 2016. Finalmente ser¨¢ a¨²n m¨¢s dinero durante m¨¢s tiempo. La t¨ªmida recuperaci¨®n europea puede marchitarse si China renquea: la Gran Recesi¨®n amenaza con su en¨¦sima resurrecci¨®n, esta vez en los emergentes, y Europa puede sufrir. La respuesta de Draghi es ampliar el QE y amagar con m¨¢s medidas excepcionales ante el riesgo de deflaci¨®n.
¡°Tendremos que revisar el grado de los est¨ªmulos en la reuni¨®n de diciembre¡±. El dinero moderno es un acto de fe fr¨¢gil y quebradizo, y Mario Draghi, banquero central europeo, se ha convertido en un especialista en ese tipo de frases redondas que provocan estampidas en los mercados: Draghi anunci¨® a mediod¨ªa una ampliaci¨®n de la versi¨®n europea del QE ¡ªquantitative easing, las compras de activos p¨²blicos y privados para reanimar la econom¨ªa¡ª y a las Bolsas, las divisas y los bonos les falt¨® tiempo para darse un atrac¨®n. Las alegr¨ªas en los mercados, sin embargo, esconden dos cosas. Una: las cosas van peor de lo que se pensaba. Y dos: ante los riesgos, el BCE se ve obligado a perder definitivamente el miedo a los viejos tab¨²es alemanes.
El Eurobanco se enfrenta a un complejo rompecabezas. La recuperaci¨®n econ¨®mica no termina de arrancar, con grandes bolsas de paro y la sensaci¨®n de que solo el BCE y el precio del petr¨®leo han permitido t¨ªmidas alegr¨ªas. La inflaci¨®n amenaza tormenta: lleva tres a?os por debajo del mandato del BCE (el 2%), y en los ¨²ltimos 12 meses pr¨¢cticamente ha pasado m¨¢s tiempo sumergida en terreno negativo que en positivo. Y China y los grandes pa¨ªses emergentes se suman al carrusel de riesgos que amenazan con reavivar las cenizas de la crisis. Draghi meti¨® todo eso en su bolsa de trucos, explic¨® aquello de que los riesgos ¡°van a la baja¡± ¡ªen plata: viene otro jaleo¡ª y resolvi¨® echar mano de las palabras m¨¢gicas. Habr¨¢ m¨¢s QE. Los 1,1 billones previstos hasta septiembre de 2016 se convertir¨¢n en diciembre en a¨²n m¨¢s activismo monetario durante m¨¢s tiempo, probablemente el verano de 2017.
Por si fuera poco, Draghi rompi¨® una de sus promesas y asegur¨® que los tipos de inter¨¦s pueden bajar a¨²n m¨¢s: el BCE podr¨ªa cobrar a¨²n m¨¢s por el dinero que los bancos dejan ocioso en su ventanilla. Hace unos meses, Fr¨¢ncfort situ¨® ese tipo de inter¨¦s ¡ªel de la denominada facilidad de dep¨®sito¡ª en territorio negativo, al -0,2%. Ahora puede ir a¨²n m¨¢s all¨¢, con el objetivo de que los bancos pongan ese dinero a trabajar.
Cumplir el mandato
¡°La credibilidad de un banco central est¨¢ relacionada con su habilidad para cumplir con su mandato¡±, dijo un Draghi con ganas de modelar un discurso potente, que no deje lugar a dudas. Pero el BCE suspende en ese asunto del mandato desde hace mucho. El IPC europeo fue del -0,1% en septiembre. Lleva meses por debajo del 1%. El mismo hundimiento se refleja en los ¨ªndices de precios sin los elementos m¨¢s vol¨¢tiles (alimentos y energ¨ªa). Y con esa tendencia, la inflaci¨®n europea tardar¨¢ varios trimestres, si no a?os, en volver al sacrosanto ¡°por debajo pero cerca del 2%¡±. Draghi defendi¨® que no hay deflaci¨®n en Europa (¡°eso no ocurrir¨¢ mientras no haya al menos un a?o de precios en territorio negativo¡±, dijo su vicepresidente, Vitor Constancio), pero ese riesgo est¨¢ ah¨ª.
La deflaci¨®n es una extra?a enfermedad por la que los agentes econ¨®micos empiezan a posponer sus compras y la econom¨ªa se ralentiza hasta que se detiene, estancada, recubierta por un extra?o manto de melancol¨ªa. Europa est¨¢ a¨²n lejos de ese punto, pero cerca de la denominada enfermedad japonesa: estancamiento o bajo crecimiento con la inflaci¨®n al 0% por el empacho de deudas acumulado antes de la crisis. Junto con ese riesgo, Draghi destac¨® el asociado a una econom¨ªa china que flaquea cada vez m¨¢s y que ser¨ªa la puntilla para la renqueante reactivaci¨®n europea.
¡°Todo el men¨²¡± del banquero central
La recuperaci¨®n europea es de menor calibre que en otras ¨¢reas econ¨®micas. Est¨¢ por debajo de las reactivaciones que siguieron a crisis anteriores. E incluso ahora, ocho a?os despu¨¦s del inicio del hurac¨¢n, el BCE no ve m¨¢s que peligros en el horizonte: Mario Draghi destac¨® que los riesgos que acechan al euro le obligan "a mirar todo el men¨² de la pol¨ªtica monetaria". El pasado septiembre ya prepar¨® el terreno, con un cambio en el dise?o del QE para ampliar su abanico de opciones. La principal es ampliar las compras m¨¢s all¨¢ de septiembre de 2017: seis meses adicionales supondr¨ªan un est¨ªmulo extra de 360.000 millones. Puede elevar el monto de las adquisiciones, aunque los expertos consideran que no hay suficientes bonos alemanes (Berl¨ªn incluso cobra intereses en bonos a plazos de dos a?os) para garantizar el ¨¦xito de esa medida. Puede ampliar el abanico de activos que compra. Y tiene a¨²n una cuarta opci¨®n: dejar de lado el QE y recortar a¨²n m¨¢s los tipos de inter¨¦s, o combinar ambas modalidades.
M¨¢s medidas extraordinarias
La gravedad de la situaci¨®n se refleja en la nueva hornada de medidas excepcionales en Fr¨¢ncfort. La compra de bonos es la t¨ªpica pol¨ªtica que los bancos centrales solo usar¨ªan despu¨¦s de haber utilizado hasta el fregadero de la cocina: m¨¢s a¨²n en Europa, donde Alemania no ve con buenos ojos esa extravagancia. Los tipos de inter¨¦s negativos en los que planea adentrarse Draghi son una rareza: apenas hay experiencias internacionales parecidas. El Eurobanco no se asusta: su presidente explic¨® que parte del consejo debati¨® incluso la posibilidad de activar ese tipo de medidas, sin esperar a diciembre.
La econom¨ªa es una caja de herramientas con elecciones y opciones: con una inflaci¨®n a¨²n m¨¢s d¨¦bil de lo esperado y un contexto internacional m¨¢s preocupante, Europa tiene dos alternativas. ¡°Una posibilidad ser¨ªan los est¨ªmulos fiscales, pero de eso ya podemos olvidarnos¡±, dec¨ªa anoche ?ngel Ubide, del Instituto Peterson. ¡°Sin eso, solo quedan los est¨ªmulos monetarios: es de sentido com¨²n¡±, apuntaba Ubide para explicar la decisi¨®n del BCE. A Draghi se le vio el pasado martes en Berl¨ªn para reunirse con la canciller Angela Merkel: posiblemente, ah¨ª obtuvo la luz verde para su audaz preanuncio. Habr¨¢ que esperar a los detalles hasta diciembre. Pero los mercados empezaron a descontar esa nueva andanada ya mismo, con la primera r¨¢faga verbal de Draghi.
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