Captura revuelta
Europa debe extender sus exigencias de una pesca responsable al resto del mundo
Espa?a es uno de los principales productores y consumidores de pescado. Su flota es de las mayores de Europa, la m¨¢s importante del continente, a pesar de la reducci¨®n de capacidad sufrida en los ¨²ltimos a?os de crisis. En Espa?a existe igualmente una industria conservera de gran tradici¨®n, esencial en la econom¨ªa de algunas localidades de nuestra geograf¨ªa.
Espa?a dispone del 20% del volumen de la flota europea, pero las variaciones de las cuotas de captura en los ¨²ltimos cuatro a?os asignadas por las autoridades europeas han sido insuficientes para garantizar la completa viabilidad del sector. Frente a los 13.000 buques censados en las costas en 2008, en 2015 la flota espa?ola estaba compuesta por 9.586 barcos con 35.894 tripulantes. En 2014, el mejor de los ¨²ltimos cuatro, fueron un mill¨®n de toneladas las capturadas por un valor en primera venta de 2.022 millones de euros. El consumo interno supera a esas capturas en 600.000 toneladas. Que han de ser cubiertas mediante importaciones, adem¨¢s de las capturas espa?olas que se dedican a la exportaci¨®n.
Esta semana tendr¨¢ lugar en Bruselas un nuevo episodio de esa suerte de guerra activa durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas por el reparto de capturas m¨¢ximas para cada especie para el pr¨®ximo a?o. Es el principal hito de la denominada Pol¨ªtica Pesquera Com¨²n, una de las primeras en definirse como verdaderamente europea, a la que se le ha asignado la misi¨®n de que la pesca sea una actividad responsable, transparente y sostenible. Pero ese prop¨®sito ya no puede limitarse a las embarcaciones europeas.
El sector espa?ol considera que desde la entrada en la actual UE, la flota espa?ola ha salido mal parada de esos repartos. Los aumentos en las cuotas conseguidos en los ¨²ltimos cuatro a?os, de un 14%, no han sido suficientes para garantizar la viabilidad de la flota y de sus ocupantes. Muestras de la insatisfacci¨®n son frecuentes en los puertos espa?oles, ya sea por esa insuficiencia de autorizaciones o por los bajos precios provocados por el despliegue de flotas sometidas a un control menos estricto que el practicado en Europa. Es el caso del Pac¨ªfico, donde se captura una amplia mayor¨ªa del pescado de todo el mundo con apenas controles eficaces. China y Jap¨®n tienen casi 300.000 barcos cada uno, contribuyendo a una creciente devastaci¨®n de la poblaci¨®n de peces: con datos de la FAO, el 61% de las especies est¨¢n cercanas al rendimiento m¨¢ximo y casi un 30% se encuentran sobreexplotadas. Adem¨¢s de las consecuencias ecol¨®gicas b¨¢sicas, las ejercidas sobre los precios de algunas especies son evidentes, a trav¨¦s de la extensi¨®n, tambi¨¦n en este sector, del low cost.
Los incentivos para mantener la actividad no son grandes, propiciando el desguace de embarcaciones y el definitivo abandono de la actividad. A esa situaci¨®n de vulnerabilidad del sector se a?aden los problemas en Pescanova, el gran operador espa?ol en el sector. Ante un panorama tal, las autoridades espa?olas han de emplearse a fondo en la defensa de la propia pol¨ªtica com¨²n, eliminando privilegios de otra ¨¦poca, pero tambi¨¦n exigiendo a las instituciones europeas que extiendan sus exigencias a las flotas de todo el mundo. No se trata solo de perseguir la pesca ilegal, como se ha hecho casi en exclusiva en Europa, sino de garantizar el comportamiento responsable en todo el mundo.
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