El cambio clim¨¢tico, la mayor amenaza del siglo XXI
La acidez de la superficie de los oc¨¦anos ha aumentado ya un 30%
La NASA (National Aeronautics and Space Administration) de Estados Unidos (2015), en un importante gr¨¢fico, que comienza hace 650.000 a?os y termina en 1950, mide la evoluci¨®n que ha tenido el di¨®xido de carbono en la atm¨®sfera terrestre. Este ha sufrido siete ciclos de avances y retrocesos. Seg¨²n dicho gr¨¢fico, hasta hoy, nunca se hab¨ªa acumulado tanto di¨®xido de carbono en la atm¨®sfera al haber alcanzado ya m¨¢s de 400 part¨ªculas por mill¨®n.
Muestra que hace 450.000 a?os, subieron a 282 part¨ªculas por mill¨®n, cayendo a 179 por mill¨®n hace 315.000 a?os; subieron a 289 part¨ªculas por mill¨®n hace 340.000 a?os, cayendo a 180 por mill¨®n hace 270.000 a?os; subieron hasta 275 por mill¨®n hace 240.000 a?os, cayendo hasta 179 por mill¨®n hace 170.000 a?os; subieron hasta 285 por mill¨®n hace 140.000 a?os, cayendo de hasta 178 por mill¨®n, hace 30.000 a?os. Hoy alcanza ya la cifra record de 402,23 part¨ªculas de di¨®xido de carbono por cada mill¨®n y adem¨¢s, esta ¨²ltima subida, que comenz¨® hace 7.000 a?os, ha sido tambi¨¦n la m¨¢s r¨¢pida en los ¨²ltimos 650.000 a?os.
Sin embargo, es gracias al cambio clim¨¢tico que los humanos vivimos en la tierra ya que el fin de la ¨²ltima edad de hielo, hace 7.000 a?os, fue la que ha marcado el comienzo de la era clim¨¢tica que ha posibilitado el desarrollo de la civilizaci¨®n humana. La mayor¨ªa de estos cambios clim¨¢ticos ha sido debida a variaciones de la ¨®rbita terrestre que han ido modificando la cantidad de energ¨ªa solar que recibe nuestro planeta. La mayor parte de la subida tan r¨¢pida de la temperatura actual ha estado inducida o producida por los seres humanos, muy especialmente a partir de 1880. Pero la mayor fase de recalentamiento de la atm¨®sfera comenz¨® en 1970, siendo sus a?os m¨¢s c¨¢lidos a partir de 1981 y estando los ¨²ltimos 12 a?os entre los 10 m¨¢s calurosos de la historia. Aunque entre 2007 y 2009 disminuy¨® el calor de forma inusual, sin embargo, la temperatura de la superficie de la tierra continu¨® aumentando.
La base cient¨ªfica que ha utilizado la NASA para explicar estos fen¨®menos son los instrumentos satelitales que ha ido lanzando al espacio orbitando alrededor de la Tierra durante muchas d¨¦cadas, observando regularmente los aumentos de los gases de efecto invernadero. En el ¨²ltimo siglo, el nivel del mar subi¨® 17 cent¨ªmetros pero ahora sigue subiendo a velocidad creciente. Por ejemplo, entre 2002 y 2006, Groenlandia perdi¨® 250 kil¨®metros c¨²bicos de hielo y la Ant¨¢rtida otros 152 kil¨®metros c¨²bicos y hoy contin¨²an perdi¨¦ndolo a un ritmo todav¨ªa superior. Los glaciares est¨¢n reduciendo r¨¢pidamente su tama?o en todo el mundo, desde los Alpes al Himalaya, desde los Andes a las Rocosas y desde Kenia a Alaska y adem¨¢s, la acidez de la superficie de los oc¨¦anos ha aumentado ya un 30%, a pesar de que la superficie de los oc¨¦anos est¨¢ absorbiendo hoy m¨¢s de 2.000 millones de toneladas de ¨®xido de carbono al a?o.
Los pa¨ªses o regiones m¨¢s grandes son los que m¨¢s contaminan en t¨¦rminos de emisi¨®n de gases invernadero. Los diez pa¨ªses o regiones que m¨¢s emiten y que responden del 75% del total son: China, con un 24,5% del total; EE UU, con un 14,4%; la UE con un 10,2%; India con un 10%; Rusia, con un 5,4%; Jap¨®n con un 3,1%; Brasil, con un 2,3%; Indonesia, con un 1,8% y M¨¦xico e Ir¨¢n con un 1,7% cada uno del total. En t¨¦rminos de emisiones por habitante, EE UU y la UE son los que m¨¢s emiten.
Asimismo, el creciente calentamiento de la atm¨®sfera produce cada vez m¨¢s deforestaci¨®n, degradaci¨®n de los bosques e inhabilitaci¨®n de los terrenos f¨¦rtiles, especialmente en aquellos pa¨ªses m¨¢s pobres y con menores medios para poder detenerlo, haciendo m¨¢s dif¨ªcil la resoluci¨®n de este grave problema. Aunque la acidificaci¨®n es un fen¨®meno diferente del cambio clim¨¢tico, est¨¢ tambi¨¦n causada por el CO2. Adem¨¢s, los oc¨¦anos contienen m¨¢s de 50 veces m¨¢s CO2 que el que contiene la atm¨®sfera, haciendo que est¨¦n tambi¨¦n acidificados. Desde la Revoluci¨®n Industrial los oc¨¦anos han aumentado su acidificaci¨®n en un 30% y se estima que, al final de este siglo, el CO2 de los oc¨¦anos alcance 150%.
Gernot Wagner y Martin L. Weitzman (2015), dos economistas muy importantes dedicados tambi¨¦n al estudio de los problemas del cambio clim¨¢tico, estiman que aunque los economistas no suelen tomar posiciones morales, como hacen los fil¨®sofos, sin embargo saben hacer la distinci¨®n entre errores de Tipo 1 y de Tipo 2. El primero es cuando se act¨²a, cuando no hay necesidad de hacerlo, o cuando se act¨²a err¨®neamente. Es decir, es un error de comisi¨®n. El segundo es cuando no se act¨²a siendo necesario hacerlo o se act¨²a de forma incorrecta. Es decir, un error de omisi¨®n. Estos dos tipos de errores son mucho m¨¢s graves en el caso del cambio clim¨¢tico actual, al ser un problema global, a largo plazo, irreversible e incierto.
Seg¨²n ambos economistas, el impacto del cambio clim¨¢tico va a ser muy grave, pero es m¨¢s incierto cu¨¢ndo o c¨®mo tendr¨¢ lugar. Adem¨¢s, existen intereses muy poderosos que est¨¢n muy invertidos en el ¡°status quo¡± que hacen todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil formular las soluciones m¨¢s adecuadas. A esto hay que a?adir las cuestiones morales en cuanto a los llamados errores de comisi¨®n frente a los errores de omisi¨®n, con lo que aplicar la soluci¨®n correcta es todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil. El famoso ¡°dilema ¨¦tico del tranv¨ªa¡±, de Judith J. Thompson (1976) y Peter Unger (1996) nos ense?a que no actuar es menos grave que cometer errores al actuar. Adem¨¢s, los pol¨ªticos, que son los que m¨¢s deciden, son muy sensibles a que ¡°les puedan echar la culpa¡±, si toman este tipo de decisiones.
Pero, para Wagner y Weitzman, los errores de comisi¨®n no pueden considerarse mucho peores que los de omisi¨®n, dado que el tama?o del problema es tambi¨¦n enorme ya que, en el cambio clim¨¢tico, se pueden salvar no miles, sino millones de vidas. La ciencia muestra que hay que tomar decisiones cuanto antes. Lo que ya sabemos nos empuja incluso m¨¢s lejos, dadas las p¨¦rdidas masivas tanto de vidas como de medios de vida. Aplicar una tasa o precio al di¨®xido de carbono de, al menos 50 d¨®lares por tonelada, ser¨ªa un primer paso en la buena direcci¨®n.
No hay tiempo que perder para aplicar pol¨ªticas eficaces cuanto antes para evitar un riesgo de omisi¨®n grave. No hay que olvidar que los ¡°efectos invernadero¡± se descubrieron en 1824, se mostraron en laboratorio en 1859 y se cuantificaron en 1896 y que el t¨¦rmino ¡°calentamiento global¡± es de 1975. Seg¨²n ambos economistas no hay tiempo que perder, ya que utilizar la atm¨®sfera como ¡°alcantarilla de las emisiones de carbono¡± no es ni econ¨®mico, ni ¨¦tico y muy peligrosos. No actuar ahora es, no s¨®lo un error de omisi¨®n, sino tambi¨¦n de comisi¨®n e incluso de ¡°ceguera voluntaria¡±.
Adem¨¢s, si no se act¨²a cuanto antes, se estima que los grados cent¨ªgrados de la temperatura de la tierra aumentar¨¢n en 4,5 en 2100. Si contin¨²an las pol¨ªticas actuales aumentar¨¢n 3,6 grados, y si se act¨²a por lo decidido en la Cumbre de Par¨ªs aumentar¨¢n en 2,7 grados. Los pron¨®sticos de los expertos del IPCC (2015) sobre la subida del nivel del mar en 2100, (de no tomarse medidas inmediatas) oscilan entre un m¨ªnimo de 60 cent¨ªmetros y un m¨¢ximo 120. Otros cient¨ªficos han estimado 150cm e incluso 200cm, habiendo subido s¨®lo 20cm en el siglo XX. Subidas de metro y medio o dos metros del nivel del mar supondr¨ªan que muchas ciudades y zonas costeras pudieran llegar a desaparecer, parcial o totalmente, en muchos pa¨ªses del mundo.
Marshall Burke, Salomon Hsiang y Edward Miguel en la revista Nature (2015) han demostrado que no existe una relaci¨®n lineal entre productividad y temperatura. Los a?os m¨¢s c¨¢lidos de lo normal benefician el mayor crecimiento de los pa¨ªses, sean desarrollados o en desarrollo, y en actividades agr¨ªcolas y no agr¨ªcolas, hasta que la temperatura anual supera los 13 grados cent¨ªgrados, tras la cual act¨²a en contra del crecimiento. En Brasil, por ejemplo, un aumento de 3 grados cent¨ªgrados sobre dichos 13 grados lleva a una ca¨ªda del 3% del PIB. Los pa¨ªses que est¨¢n situados en la parte m¨¢s fr¨ªa del ¨®ptimo crecen m¨¢s en los a?os m¨¢s calurosos y lo contrario ocurre en Am¨¦rica Latina y Australia, que viven en la parte m¨¢s calurosa del ¨®ptimo, creciendo m¨¢s en los a?os m¨¢s fr¨ªos.
Seg¨²n la Environmental Protection Agency (EPA) de EE UU todo va a depender de c¨®mo los glaciares y las capas de hielo respondan al cambio clim¨¢tico. Sus modelos predicen que dos grados m¨¢s Farenheit de calentamiento reducen un 15% del hielo del ?rtico y el 25% del ¨¢rea cubierta por el ?rtico a finales del verano, aumentando todav¨ªa m¨¢s los niveles de los oc¨¦anos. Cuanto antes se act¨²e de forma contundente, mejor.
Guillermo de la Dehesa es presidente honorario del Centre for Economic Policy Research (CEPR) de Londres.
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