Anhelos limitados
El impacto de la crisis ha concedido virtualidad a esa nueva era de limitadas esperanzas
Antes de que se desencadenara la crisis de 2007 algunas voces advert¨ªan de algunas de las amenazas que pesaban sobre las econom¨ªas avanzadas. La desigual distribuci¨®n de las ventajas tecnol¨®gicas entre la poblaci¨®n o la evoluci¨®n demogr¨¢fica adversa y su impacto sobre los sistemas p¨²blicos de pensiones, eran algunas de ellas. Apenas se tomaban en consideraci¨®n, con la excepci¨®n de algunos acad¨¦micos los riesgos asociados a los excesos financieros que estaban teniendo lugar durante la fase caracterizada como ¡°La Gran Moderaci¨®n¡±, o los s¨ªntomas de fatiga de algunas econom¨ªas en la ampliaci¨®n de su crecimiento potencial. El impacto de la crisis, la m¨¢s severa desde la Gran Depresi¨®n, ha concedido virtualidad a esa nueva era de limitadas esperanzas, al menos en el medio plazo, para crear condiciones de prosperidad econ¨®mica que lleguen a la mayor¨ªa de la gente.
Los da?os sufridos por la mayor¨ªa de las econom¨ªas, especialmente en la eurozona, tardar¨¢n en recuperarse. No solo aquellos que en mayor medida condicionan las expectativas de la poblaci¨®n, como es la dificultad para reducir el desempleo a corto plazo, sino tambi¨¦n las que podr¨ªan confiar en el crecimiento de la inversi¨®n empresarial al socaire de las condiciones monetarias excepcionalmente laxas presentes en la eurozona en los dos ¨²ltimos a?os.
Esa manifiesta asimetr¨ªa entre la abundancia de liquidez y tipos de inter¨¦s reales excepcionalmente bajos, por un lado, y la t¨ªmida expansi¨®n de su asignaci¨®n a la creaci¨®n de nuevas posibilidades de crecimiento econ¨®mico y del empleo, por otro, son las que amparan la apelaci¨®n a enfoques que vaticinan situaciones cercanas al estancamiento durante m¨¢s tiempo del necesario. No solo ni prioritariamente en la econom¨ªa estadounidense, donde los resucitadores del enfoque del ¡°estancamiento secular¡±, liderados por el ex Secretario del Tesoro estadounidense Larry Summers, han realizado la mayor¨ªa de los an¨¢lisis, sino en la eurozona.
La erosi¨®n del crecimiento potencial ha sido mayor en el ¨¢rea monetaria europea porque las pol¨ªticas practicadas en la gesti¨®n de la crisis han sido inadecuadas. Lo fue la respuesta de las pol¨ªticas presupuestarias proc¨ªclicas, acentuando la recesi¨®n, la erosi¨®n de todas las formas de capital y las p¨¦rdidas de bienestar de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Y la reacci¨®n de la pol¨ªtica monetaria del BCE, aunque acertada, fue tard¨ªa. En econom¨ªas como la espa?ola, el r¨¢pido ascenso del desempleo propici¨® un cambio dr¨¢stico en la estructura demogr¨¢fica: la salida de importantes contingentes de inmigrantes y la emigraci¨®n de j¨®venes profesionales espa?oles, ilustrando unas expectativas sobre el futuro de la econom¨ªa espa?ola cercanas a la decepci¨®n. La desigual distribuci¨®n de la renta y de la riqueza, antes y despu¨¦s de la crisis, justifican esa erosi¨®n de la confianza.
Esas d¨¦biles expectativas econ¨®micas tampoco est¨¢n encontrando en las actuaciones de las restantes instituciones europeas revulsivos pol¨ªticos, fortalecedores de la din¨¢mica de integraci¨®n que pudieran renovar la esperanza en la mejora de las condiciones de vida de la mayor¨ªa.
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