Toy¡¯s R Us abandona Times Square
La mayor cadena de juguetes del mundo, en proceso de reestructuraci¨®n, no puede pagar el nuevo alquiler
Nueva York es una ciudad que no se corta al decir que es el centro del mundo. Justo en el punto en el que Broadway, la calle mayor, se cruza con la S¨¦ptima Avenida est¨¢ la megatienda que durante los ¨²ltimos quince a?os hizo de buque insignia de la juguetera Toy?s ¡°R¡± Us. Este mi¨¦rcoles cierra sus puertas horas antes de que un mill¨®n de personas se concentre en Times Square para despedir el 2015 y celebrar la llegada de 2016.
El motivo del abandono es el mismo al que se enfrenta cada d¨ªa el ciudadano corriente: la mayor cadena de juguetes del mundo no puede pagar el alto precio que le piden por seguir ocupando este local de 10.200 metros cuadrados. El espacio de la que era hasta ahora la mayor tienda de juguetes del mundo es tan grande que en su interior acog¨ªa una noria de cuatro plantas y un dinosaurio de tama?o real, adem¨¢s de una casa para Barbie tan grande como un apartamento.
Este desenlace es dif¨ªcil de imaginar cuando se ve la masa de gente que pasa por este local, especialmente en la temporada de compras navide?as. Toy?s ¡°R¡± Us ya advirti¨® en marzo que abandonar¨ªa el espacio entre las calles 44 y 45 si no era capaz de negociar a la baja el nuevo contrato que le pusieron sobre la mesa, que supera los 20.000 d¨®lares por metro cuadrado en la planta que da a la calle. El cierre afectar¨¢ a m¨¢s de 370 empleados.
Si sirve para hacerse una idea de los precios que se pagan en Times Square, la cadena de ropa Express acord¨® hace un a?o pagar un alquiler anual de 20 millones por un local casi cuatro veces m¨¢s peque?o a solo dos bloques de Toy?s ¡°R¡± Us. La escalada de precios es de v¨¦rtigo si se piensa que cuando la tienda de juguetes abri¨® sus puertas en 2001 el alquiler de esa propiedad comercial rondaba los 12 millones. Ahora llegar¨ªa f¨¢cilmente a los 50 millones.
Cambiaron mucho las cosas desde entonces, y no solo en la ciudad m¨¢s grande de Estados Unidos. La competencia es feroz en el negocio de los juguetes. Por un lado, tiene a grandes cadenas de descuento como los hipermercados Walmart y Target que le comen las ventas. Por otro, est¨¢ la irrupci¨®n de Amazon en el negocio del comercio, que obliga al comercio tradicional a adaptar sus modelos. A lo que se le suma en la era digital la adicci¨®n a los dispositivos electr¨®nicos.
Toy?s ¡°R¡± Us es una de las marcas m¨¢s conocidas del mundo, con una cifra de negocio que el pasado ejercicio rond¨® los 12.500 millones de d¨®lares. Pera la nueva realidad en el comercio le puede. Pese a los esfuerzos por evitar una suerte similar a las librer¨ªas Borders o de las tiendas de productos electr¨®nicos Circuit City o Radio Shack, tambi¨¦n v¨ªctimas de Amazon, la juguetera no es capaz de revertir las ca¨ªdas en las ventas y necesita contener las p¨¦rdidas.
Buscando ahorros
En este proceso de transformaci¨®n y de soltar lastre para proteger la cuenta de resultados, el pasado verano cerr¨® tambi¨¦n la ic¨®nica tienda de FAO Schwartz en la Quinta Avenida buscando a la desesperada para ahorrar tambi¨¦n en alquiler. Como aquel negocio fundado en 1862, el establecimiento de Toy?s ¡°R¡± Us en Times Square se convirti¨® con el paso del tiempo en toda una atracci¨®n para los de turistas. Pero el volumen de tr¨¢fico no es suficiente para sobrevivir. Esa masa de personas debe pasar tambi¨¦n por caja con la misma emoci¨®n y gastar,
Toy?s ¡°R¡± Us est¨¢ dirigida desde el pasado mes de mayo por David Brandon, conocido por ser experto en el reflote de empresas. Sustituy¨® entonces en el cargo de consejero delegado al espa?ol Antonio Urcelay. La cadena de jugueter¨ªas ya tuvo que abandonar hace una d¨¦cada Wall Street cuando fue adquirida por los fondos KKR, Vornado Realty Trust y Bain Capital. Vornado es la propietaria precisamente del espacio comercial del hotel Marquis de Marriott en Times Square
Se especul¨® durante meses que Toy?s ¡°R¡± Us podr¨ªa usar esta estructura presidida por el inmenso cartel electr¨®nico de Google. Pero la compa?¨ªa sigue buscando un lugar para establecerse en Midtown. Al due?o del edificio, Charles Moss, no le cost¨® encontrar un inquilino dispuesto a pagar varias decenas de millones en alquiler por el que puede ser el espacio comercial m¨¢s deseado en Manhattan, o al menos por buena parte. La cadena de ropa casual Gap lo tiene ya firmado para vender prendas de la marca Old Navy.
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