Cuando China tropieza
Si las cosas se ponen realmente feas, el mundo no estar¨¢ preparado para responder
?Van a causar los problemas de China una crisis mundial? La buena noticia es que las cifras, tal como yo las veo, no parecen lo bastante elevadas. La mala noticia es que podr¨ªa equivocarme, porque parece que los contagios mundiales a menudo acaban siendo peores de lo que dictan los n¨²meros por s¨ª solos. Y la peor noticia es que, si China asesta un mal golpe al resto del mundo, estamos verdaderamente mal preparados para afrontar las consecuencias.
Para quienes acaban de empezar a prestar atenci¨®n: hace ya alg¨²n tiempo que es evidente que la econom¨ªa china tiene problemas graves. Resulta dif¨ªcil determinar la gravedad, porque nadie se cree las estad¨ªsticas oficiales chinas.
El problema fundamental es que el modelo econ¨®mico de China, que se caracteriza por mucho ahorro y muy poco consumo, solo ha sido sostenible mientras el pa¨ªs ha sido capaz de crecer extremadamente deprisa, lo que justificaba una inversi¨®n elevada. Lo cual, a su vez, era posible cuando China ten¨ªa unas enormes reservas de mano de obra rural subempleada. Pero eso ya no es as¨ª, y ahora China se enfrenta a la compleja tarea de pasar a un crecimiento mucho m¨¢s bajo sin caer en la recesi¨®n.
Una estrategia razonable habr¨ªa sido ganar tiempo con una expansi¨®n del cr¨¦dito y gasto en infraestructuras, a la vez que se reformaba la econom¨ªa de tal modo que aumentase el poder adquisitivo de las familias. Por desgracia, China solo ha aplicado la primera mitad de esa estrategia, con lo que ha ganado tiempo y luego lo ha desaprovechado. Las consecuencias han sido un r¨¢pido aumento de la deuda, gran parte de ella con ¡°bancos en la sombra¡± sometidos a escasa regulaci¨®n, y una amenaza de desastre financiero.
De modo que la situaci¨®n en China parece bastante sombr¨ªa; y las ¨²ltimas cifras han alimentado el miedo a un batacazo que provoque no solo una ca¨ªda en picado de las acciones chinas, sino tambi¨¦n una gran bajada del precio de las acciones en todo el mundo.
Bueno, hasta aqu¨ª, mal. Y algunas personas inteligentes piensan que las repercusiones mundiales ser¨ªan espeluznantes; George Soros lo compara con 2008.
Sin embargo, como he indicado antes, me resulta dif¨ªcil creer que las cifras cuadren para una cat¨¢strofe similar. S¨ª, China es una gran econom¨ªa que, concretamente, representa alrededor de la cuarta parte de la fabricaci¨®n mundial, as¨ª que lo que sucede all¨ª tiene consecuencias para todos nosotros. Y cada a?o, China le compra al resto del mundo bienes y servicios por valor de m¨¢s de dos billones de d¨®lares. Pero el mundo es muy grande y su producto interior bruto total, excluyendo a China, es de m¨¢s de 60 billones de d¨®lares. Aunque las importaciones chinas sufriesen una dr¨¢stica ca¨ªda, esta solo afectar¨ªa ligeramente al gasto mundial.
?Y qu¨¦ hay de los v¨ªnculos financieros? Uno de los motivos por los que la crisis de las hipotecas basura de Estados Unidos se contagi¨® a todo el mundo en 2008 fue que los extranjeros en general, y los bancos europeos en particular, resultaron estar terriblemente expuestos a las ca¨ªdas de los valores estadounidenses. Pero China posee controles de capital ¡ªes decir, no est¨¢ muy abierta a la inversi¨®n extranjera¡ª, por lo que la bajada de las acciones o incluso los impagos internos de la deuda tendr¨ªan escasos efectos secundarios directos.
Todo lo cual significa que, aunque la propia China tenga problemas graves, las consecuencias para el resto del mundo deber¨ªan ser asumibles. Pero debo admitir que no me siento tan relajado respecto a este asunto como el anterior an¨¢lisis dicta que deber¨ªa estar. Por as¨ª decirlo, me falta la valent¨ªa que acompa?a a la complacencia. ?Por qu¨¦?
En parte, porque parece que los ciclos econ¨®micos de los distintos pa¨ªses suelen estar m¨¢s sincronizados de lo que ¡°deber¨ªan¡±. Por ejemplo, Europa y Estados Unidos exportan e importan entre s¨ª solamente una peque?a parte de lo que producen y, sin embargo, sus recesiones y recuperaciones suelen ser simult¨¢neas. Puede que los v¨ªnculos financieros influyan, pero tengo la sospecha de que tambi¨¦n existe un contagio psicol¨®gico: las noticias, buenas o malas, de una econom¨ªa importante afectan al esp¨ªritu animal de las dem¨¢s.
As¨ª que me preocupa que China pueda exportar sus males de una forma que escapa a los c¨¢lculos a vuelapluma; que los problemas del Imperio del Centro acaben, de un modo u otro, reduciendo el gasto en inversi¨®n de Estados Unidos y Europa, as¨ª como de otros mercados emergentes. Y si mi inquietud se materializa, vamos a estar lamentablemente mal preparados para soportar ese golpe.
Al fin y al cabo, ?qui¨¦n responder¨ªa a una crisis china, y c¨®mo? La pol¨ªtica monetaria probablemente servir¨ªa de poco. Con unos tipos de inter¨¦s que siguen cercanos a cero y una inflaci¨®n que a¨²n est¨¢ por debajo del objetivo, la Reserva Federal tendr¨ªa en todo caso una capacidad limitada para luchar contra una corriente econ¨®mica descendente, y es probable que haya reducido todav¨ªa m¨¢s sus opciones al mostrarse deseosa de subir los tipos a la m¨¢s m¨ªnima ocasi¨®n. Mientras tanto, el Banco Central Europeo ya est¨¢ extralimit¨¢ndose en sus funciones pol¨ªticas con sus hasta ahora infructuosos esfuerzos por elevar la inflaci¨®n.
Y aunque la pol¨ªtica fiscal ¡ªen esencia, gastar m¨¢s para compensar los efectos de la disminuci¨®n del gasto chino¡ª seguramente funcionar¨ªa, ?qui¨¦n cree que los republicanos se mostrar¨ªan receptivos a un nuevo plan de est¨ªmulo de Obama, o que los pol¨ªticos alemanes ver¨ªan con buenos ojos la propuesta de aumentar los d¨¦ficit de Europa?
Ahora bien, yo sigo apostando por que las cosas no saldr¨¢n tan mal; se pondr¨¢n muy feas en China, pero en el resto del mundo solo habr¨¢ peque?as turbulencias. Y de verdad, de verdad espero acertar, porque no parece que tengamos ning¨²n plan B a la vista.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa de 2008.
? The New York Times Company, 2016.
Traducci¨®n de News Clips.
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