Hacienda somos todos
El argumento de la Abogac¨ªa del Estado en el 'caso N¨®os' es antijur¨ªdico
Cristina de Borb¨®n no habr¨ªa cometido delito porque fue socia y no administradora de la sociedad de su marido; por no llegar a la cuant¨ªa m¨ªnima exigible para ello, por lo que fuese... salvo por el principal argumento usado por la abogada del Estado Dolores Ripoll para exculparla.
Aleg¨® Ripoll que el eslogan Hacienda somos todos es de ¡°¨¢mbito publicitario y no aplicable a derecho¡±. Lean el agudo art¨ªculo de Jes¨²s Mota de ayer en estas p¨¢ginas. Encuadra c¨®mo esa frase persigue echar del proceso a la acusaci¨®n popular (cierto que en otros pa¨ªses no existe; pero aqu¨ª, s¨ª), que es quien la acusa. Y ello, blandiendo la tesis de que la perjudicada es solo Hacienda y no los contribuyentes que la nutren. De ah¨ª que solo el Estado deba intervenir en el proceso, y no cualquier otro acusador.
Proceso de N¨®os aparte, lo que aqu¨ª interesa es que el argumento de Ripoll es antijur¨ªdico. Lo es porque el Supremo estableci¨® que Hacienda es ¡°un mero depositario de los tributos que se le ingresan¡± y que el defraudador atenta ¡°al inter¨¦s colectivo¡± de los ciudadanos (sentencia 1045/2007). De modo que un fraude es ¡°un atentado contra los principios constitucionales¡± que exigen pagar impuestos, la ¡°solidaridad tributaria¡± con la que dispensar servicios sociales (182/2014).
O sea que ¡°Hacienda somos todos¡± no es simple publicidad ¡ªsi se redujese a eso, ser¨ªa demoledor para la conciencia fiscal¡ª sino que traduce un principio exigible, ¡°aplicable a derecho¡±.
Mientras Hacienda y la Abogac¨ªa del Estado se dedican en Espa?a a hundir la moral de los contribuyentes, minimizando la relevancia de pagar impuestos, desde otras sedes se hace lo contrario.
Mismamente, desde la Uni¨®n Europea. ?Jalear¨¢n alg¨²n d¨ªa los euroesc¨¦pticos de post¨ªn el ultim¨¢tum del lunes de la Comisi¨®n a B¨¦lgica? La conmin¨® a que recuperase 700 millones de euros en impuestos eludidos por unas 35 multinacionales, en buena parte europeas. Ya lo hizo en octubre, con Holanda y Luxemburgo, por las fugas y pactos fiscales negros con los Gobiernos ¡ªtax rulings¡ª de Fiat y Starbucks.
Este goteo de ¨®rdenes deriva del plan de acci¨®n BEPS (Base Erosion and Profit Shifting) adoptado en 2013 por la OCDE para atacar la erosi¨®n de las bases imponibles de las multinacionales y el traslado de sus beneficios a los para¨ªsos fiscales, que recibi¨® el apoyo del G-20 de San Petersbugo.
Bruselas es uno de sus agentes m¨¢s activos. Pero otros le pisan los talones, esta vez para bien: Londres. El secretario conservador del Tesoro, George Osborne, present¨® antes de la ¨²ltima elecci¨®n su ¡°Diverted Profit Tax¡± contra los impuestos desviados por las grandes corporaciones. Se la llama ¡°Google tax¡±, porque la Hacienda brit¨¢nica nunca lograba cobrar m¨¢s que migajas por los beneficios de esa compa?¨ªa generados en Reino Unido. Volaban a su sede en la vecina Irlanda, y de ah¨ª, a los para¨ªsos del Caribe.
El impuesto ¡ªcuyos resultados se conocer¨¢n al final de marzo, t¨¦rmino del presupuesto¡ª es del 25%, contra un tipo de Sociedades del 20%; se dirige a multinacionales que facturen m¨¢s de 13 millones de euros; y busca recaudar 3.400 millones de euros en cinco a?os.
Algunos critican que la iniciativa sea en solitario. Y las afectadas, unas 300 corporaciones de EE UU agrupadas en el National Foreign Trade Council la critican ¨¢speramente, alegan que les quita las ganas de invertir en Reino Unido: si pica, es que cura.
Nostalgia, hasta de Londres.
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