Bruselas rechaza de entrada dar m¨¢s plazo a Espa?a para cumplir el d¨¦ficit
El vicepresidente de la Comisi¨®n, Valdis Dombrovskis, dice que con el PIB espa?ol creciendo al 3% "no hay justificaci¨®n econ¨®mica"
La pol¨ªtica espa?ola se ha olvidado de Europa desde la campa?a, pero Bruselas no sufre la misma amnesia: el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Valdis Dombrovskis, asegura en una entrevista con EL PA?S que el pr¨®ximo Gobierno ¡°est¨¢ obligado a cumplir las metas de d¨¦ficit¡± acordadas con el Ejecutivo de la Uni¨®n. ¡°Hace falta un ajuste¡±, a?ade, que otras fuentes consultadas cifran entre 5.000 y 9.000 millones. Dombrovskis se suma a la tesis expresada hace unos d¨ªas por el jefe del Eurogrupo, Jeoren Dijsselbloem, pero va incluso m¨¢s all¨¢ y rechaza renegociar los objetivos fiscales para dar m¨¢s tiempo a Madrid.
En Bruselas hubo muecas de disgusto cuando Mariano Rajoy baj¨® impuestos justo antes de las elecciones, pese a la previsi¨®n de d¨¦ficit de casi el 5% y a una deuda que cabalga ya cerca del 100% del PIB. La Comisi¨®n torci¨® el gesto cuando el PP y Ciudadanos prometieron rebajas tributarias adicionales, y cuando el PSOE y Podemos se mostraron partidarios de derogar la reforma laboral y renegociar las metas fiscales. Espa?a se ha ganado con creces su fama de pa¨ªs incumplidor en Europa: Rajoy no ha logrado alcanzar los objetivos fijados ni un solo a?o. En otras ocasiones, la Comisi¨®n dio m¨¢s tiempo. Esta vez no habr¨¢ bula, a juzgar por las palabras de Dombrovskis ante cinco diarios: ¡°No es el momento de ampliar plazos del d¨¦ficit en ning¨²n pa¨ªs. La eurozona crece; en Espa?a, el PIB avanza al 3%. No habr¨ªa justificaci¨®n econ¨®mica para dar m¨¢s tiempo, como s¨ª ocurri¨® la ¨²ltima vez en medio de graves dificultades econ¨®micas¡±.
¡°Alemania debe invertir, estimular su demanda¡±
Lejos de la ancestral obsesi¨®n de Bruselas por las reglas fiscales, hay quien dice que el problema de Europa es que es incapaz de llegar a un acuerdo para solucionar su crisis de deuda entre acreedores y deudores, en mitad de una guerra de baja intensidad. Todo el ajuste recae, de momento, en el bando de los deudores. Los acreedores, con Berl¨ªn a la cabeza, est¨¢n viviendo una pl¨¢cida crisis: Alemania cerr¨® 2015 con un super¨¢vit fiscal de unos 16.000 millones de euros (y tipos negativos en su deuda hasta plazos superiores a cinco a?os) y un super¨¢vit comercial de m¨¢s del 8% del PIB. Su inflaci¨®n est¨¢ cerca del 0%. Su inversi¨®n, a niveles de hace dos d¨¦cadas.
Las reglas de Bruselas dicen que cualquier pa¨ªs que registre un super¨¢vit comercial superior al 6% tiene desequilibrios excesivos y debe corregirlos. ¡°Pa¨ªses como Alemania y Holanda tienen que invertir, impulsar su demanda interna¡±, dice el vicepresidente Dombrovskis, consciente de que Berl¨ªn ha obviado ol¨ªmpicamente esa recomendaci¨®n.
Los problemas de Europa est¨¢n relacionados con tres l¨ªneas de falla: los desequilibrios Norte-Sur se suman a las cicatrices pol¨ªticas que ha dejado la Gran Recesi¨®n, en forma de divisi¨®n Este-Oeste ¡ªque ha emergido con la crisis migratoria¡ª, y entre eur¨®filos y euroesc¨¦pticos. La Comisi¨®n que preside Jean-Claude Juncker hace malabares para evitar que esas fisuras se conviertan en grietas. Pero en lo puramente econ¨®mico no puede saltarse sus propias normas, unas reglas fiscales dise?adas para cuando luc¨ªa el sol, y que no han hecho sino reforzarse pese a que hace un lustro que caen chuzos de punta. Donde antes el libreto dec¨ªa austeridad y reformas, eso s¨ª, ahora dice reformas y cierta flexibilidad: Bruselas defiende a capa y espada una pol¨ªtica fiscal ¡°neutral¡±, la que quiere Berl¨ªn, aunque el FMI, la OCDE y los acad¨¦micos apunten que Europa necesita otra cosa, una modesta expansi¨®n fiscal para complementar al BCE.
Mario Draghi, el jefe del Eurobanco, pidi¨® en diciembre ¡°repensar¡± la pol¨ªtica fiscal. Una parte de la Comisi¨®n apuesta por recoger ese guante, pero el principal responsable de la pol¨ªtica econ¨®mica, el vicepresidente Dombrovskis (Riga, 1971), no est¨¢ por la labor. ¡°La pol¨ªtica fiscal del euro ser¨¢ similar a la de 2015: neutral. Eso implica alg¨²n est¨ªmulo en los pa¨ªses que tienen margen ¡ªcomo Alemania, que debe estimular su demanda y la inversi¨®n¡ª, y cumplimiento de las reglas en todos los dem¨¢s¡±. ¡°En todos¡±, enfatiza.
Para Espa?a eso tiene f¨¢cil traducci¨®n: ¡°Hace falta un ajuste¡±. El d¨¦ficit cerrar¨¢ 2015 en el 4,7%, seg¨²n las previsiones europeas, frente al compromiso del 4,2%. Y Bruselas prev¨¦ que este a?o el agujero sea del 3,6%, ocho d¨¦cimas m¨¢s de lo acordado. Eso supone la necesidad de hacer recortes por 9.000 millones, aunque si el PIB crece m¨¢s de lo previsto algunas fuentes consideran que ser¨ªa suficiente con unos 5.000.
El Gobierno en funciones es m¨¢s optimista: el ministro Luis de Guindos reiter¨® ayer que Espa?a entra en 2016 con un avance del PIB del 3,5%. ¡°Los pr¨®ximos datos ser¨¢n positivos¡±, dijo Guindos, que sugiere que eso permitir¨ªa cumplir los objetivos. Casi nadie le cree en Bruselas, que ve en Espa?a, Portugal, Italia y Francia la posibilidad de que se active una deriva fiscal preocupante. Dombrovskis coincide en el diagn¨®stico de Guindos sobre el PIB: ¡°El crecimiento va a ser algo mayor de lo esperado¡±. Pero donde Madrid no ve necesidad de ajustes, es categ¨®rico: ¡°Espa?a debe aprovechar el momento que atraviesa para cumplir. El nuevo Gobierno tendr¨¢ que corregir el d¨¦ficit¡±.
Segundo aviso
Se trata del segundo aviso de Bruselas en una semana, tras las declaraciones de Dijsselbloem en la misma l¨ªnea de ajuste. Dombrovskis es consciente de que Espa?a ha hecho reformas (tres laborales y una de pensiones desde 2010) y ha seguido una dura dieta de adelgazamiento desde aquel agujero fiscal del 10% de 2012. Pero en Bruselas se subraya que el reloj de la agenda reformista se detuvo hace dos a?os, y que el Gobierno no ha hecho en los ¨²ltimos meses el menor esfuerzo por reducir el d¨¦ficit estructural (sin tener en cuenta el ciclo). La herencia para el pr¨®ximo Ejecutivo es peliaguda: se ver¨¢ obligado a actualizar el presupuesto y, seg¨²n Bruselas, a acometer nuevos recortes si no quiere enfrentarse a posibles sanciones o al menos a una severa reprimenda. ¡°No es nuestra intenci¨®n imponer sanciones, pero las recomendaciones son claras¡±, reitera el sucesor de Olli Rehn.
Madrid piensa que Bruselas tiene problemas de mayor calado ¡ªPortugal, Grecia, quiz¨¢ Italia¡ª y que en el peor de los casos la desviaci¨®n ser¨¢ de apenas unas d¨¦cimas. Pero Dombrovskis no est¨¢ dispuesto a suavizar el tono. Ni siquiera si se confirman los riesgos procedentes de China. No habr¨¢ manga ancha ni con Espa?a ni con pa¨ªses m¨¢s grandes: ¡°Francia est¨¢ cumpliendo con las metas nominales de d¨¦ficit, pero el esfuerzo estructural no es suficiente¡±. Bruselas quiere un esfuerzo adicional de en torno a medio punto de PIB en Par¨ªs, en Lisboa y en Madrid. En el caso espa?ol, la cifra final depender¨¢ de numerosas variables. La primera, de la eficacia negociadora del nuevo inquilino de La Moncloa. Pero Dombrovskis no entra en ese charco: ¡°Es un asunto interno¡±.
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