Azotando al Yangts¨¦
Todos gesticulan para contener un destino trazado: el ¨²ltimo coletazo de la gran crisis, antes de que, a partir de 2018, se inicie un nuevo ciclo de crecimiento sostenido
La econom¨ªa mundial se desliza por una espiral bajista que los esfuerzos de las autoridades no logran contener. El descenso se inici¨® en 2008 cuando, a la vez que el sistema financiero internacional quebraba, China se top¨® con una ley de hierro del desarrollo econ¨®mico: no se puede crecer indefinidamente m¨¢s de un 10% anual, so pena de que la industria genere productos que no encontrar¨¢n comprador.
A China le ha llegado la hora de la reconversi¨®n industrial y el mundo est¨¢ sintiendo sus efectos. Y como la industria china (construcci¨®n incluida) no puede crecer al ritmo de antes, tampoco puede importar la misma cantidad de materias primas ¡ªChina consume la mitad o m¨¢s de todas las materias primas industriales imaginables¡ª y eso se ha notado en que el precio de ¨¦stas no ha parado de caer desde febrero de 2011.
Las consecuencias est¨¢n a la vista: los pa¨ªses exportadores de materias primas est¨¢n en recesi¨®n (Rusia, Brasil, Canad¨¢), o a punto de caer en ella, por lo que sus importaciones de bienes de consumo y de equipo (sean chinos o alemanes) crecen menos o incluso decrecen, retroalimentando as¨ª la espiral bajista.
Por ahora, el conjunto de la zona euro es beneficiaria neta de la ca¨ªda del precio del petr¨®leo por la escasez que tiene de fuentes de energ¨ªa propias. Estados Unidos, por el deterioro de su sector energ¨¦tico y minero, ya est¨¢ en recesi¨®n industrial, al tiempo que la productividad se estanca, los beneficios empresariales caen (esto es condici¨®n necesaria de las recesiones generalizadas) y los tipos de corto plazo empiezan a subir. Los bancos que prestaron al sector energ¨¦tico ser¨¢n la correa de transmisi¨®n, y un gran accidente financiero o empresarial, el toque de clar¨ªn para la recesi¨®n global.
El fen¨®meno m¨¢s llamativo con el que todo esto se manifiesta es la ca¨ªda de las Bolsas, iniciada en la primavera de 2015, y con sus episodios m¨¢s agudos en el mes de agosto pasado y en enero de este a?o.
Entretanto, la desconfianza hacia las medidas econ¨®micas de su Gobierno y la expectativa de depreciaci¨®n de su moneda est¨¢n provocando la huida de capitales de China: m¨¢s de un bill¨®n de d¨®lares en un a?o. La reacci¨®n de Pek¨ªn ha sido un poco desordenada: restablecer parcialmente el control en los movimientos de capitales, limitar la compra de divisas por los nacionales, detener empresarios y a quien hace ¡°ventas maliciosas¡± en Bolsa, etc. Y aunque inyecta liquidez al sistema bancario, la drena despu¨¦s comprando yuanes con d¨®lares para detener la ca¨ªda de su cotizaci¨®n.
Todo esto provoca dudas sobre si sabe lo que est¨¢ haciendo. Ya solo le falta azotar al r¨ªo Yangts¨¦, como ordenara hacer Jerjes con el Helesponto. Aunque da la impresi¨®n de que otro tanto puede terminar haciendo Mario Draghi con el r¨ªo Meno, Janet Yellen con el Potomac o el Banco de Jap¨®n con el Arakawa. Todos gesticulando para contener un destino trazado: el ¨²ltimo coletazo de la gran crisis, antes de que, a partir de 2018, se inicie un nuevo ciclo de crecimiento sostenido.
Juan Ignacio Crespo es estad¨ªstico del Estado y autor del libro Las dos pr¨®ximas recesiones (Ediciones Deusto).
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