Agapito, el rey de la ¡®lista negra¡¯ de Hacienda
El ciudadano que m¨¢s adeuda al fisco (26,8 millones) es un empresario arruinado El origen de la pelota financiera es la venta de un negocio de construcci¨®n en 1989
Tiene 70 a?os, carece de estudios universitarios y dice que no puede pagar ni un caf¨¦. Agapito Garc¨ªa S¨¢nchez es el gran moroso de Espa?a. As¨ª lo cree la Agencia Tributaria (AEAT), que le sit¨²a a la cabeza de los 345 ciudadanos con deudas o sanciones de m¨¢s de un mill¨®n de euros. El fisco reclama a este empresario con dos hijos 26,8 millones.
"Llevo casi un cuarto de siglo de pleitos con Hacienda. Conozco a varias generaciones de funcionarios", explica por primera vez mientras apura un caf¨¦ en un c¨¦ntrico hotel madrile?o. Su colaboradora, una antigua empleada de un banco de inversi¨®n, abona la cuenta.
Esta historia de expedientes e inspectores fiscales arranca en 1989. Fue ese a?o cuando Garc¨ªa vendi¨® sus cuatro firmas de hormig¨®n y materiales de construcci¨®n. El grupo brit¨¢nico Steetley, que despu¨¦s se integr¨® en el gigante cementero Holcim, compr¨® su negocio. Le pagaron 22,7 millones de euros.
Hacienda rastre¨® la operaci¨®n. Y atribuy¨® a S¨¢nchez el uso de una sociedad para eludir impuestos. El fisco le reclam¨® 20 millones de euros en 1990. La cifra inclu¨ªa el capital eludido y una sanci¨®n del 70%. Y, ante la negativa del empresario a abonar esta cantidad, activ¨® su maquinaria jur¨ªdica.
S¨¢nchez dice que no puede pagar ni un caf¨¦ y vive de prestado
La cruzada de tribunales culmin¨® en 2012, cuando el Supremo fall¨® a favor de Hacienda tras un reguero de sentencias que daban la raz¨®n al an¨®nimo contribuyente. La multa inicial se transform¨®, tras casi un cuarto de siglo de intereses y recargos, en una enorme bola financiera. Agapito deb¨ªa pagar 31,7 millones de euros. Nueve m¨¢s de lo que percibi¨® en 1989 por vender sus sociedades a la multinacional. A la factura hab¨ªa que sumar, adem¨¢s, dos millones de 18 a?os de exclusivos abogados. ¡°La voracidad de Hacienda me ha devuelto a mis or¨ªgenes: la pobreza¡±, apunta para preguntarse despu¨¦s: ¡°?Qu¨¦ justicia dura 25 a?os?¡±.
La ascensi¨®n y ca¨ªda de este hombre se esboza en un espartano piso del distrito madrile?o de Moncloa. Es la Espa?a de los 50. Los padres de Garc¨ªa, naturales de Noblejas (Toledo), desembarcan en la capital. El rey de la lista negra de Hacienda entra con 14 a?os a trabajar en un banco de botones. Con 27 ya era apoderado. Y a los 30 crea su primera empresa. Se llamaba Edeconsa y se dedicaba a la explotaci¨®n de ¨¢ridos en el municipio madrile?o de Aranjuez, seg¨²n un documento que obra en poder de un juzgado.
Espantados por las c¨ªclicas crisis del ladrillo y la sequ¨ªa del cr¨¦dito, sus socios abandonan el barco. La compa?¨ªa crece en los 80 pilotada por este empresario de pelo cano y mirada escrutadora. El negocio suma esa d¨¦cada cerca de 90 empleados y 50 transportistas aut¨®nomos, seg¨²n el citado documento.
El hombre hecho a s¨ª mismo se muestra conservador en los negocios y decide desprenderse de su compa?¨ªa. Cree que no puede competir con las incipientes multinacionales que aterrizan en el pa¨ªs al calor del ingreso de Espa?a en la UE. Y en 1989 vende su microemporio del hormig¨®n a una de ellas, la brit¨¢nica Steetley.
Bajo el radar de Hacienda
Con 22,7 millones de euros en el bolsillo ¡ªy ya bajo el radar de Hacienda¡ª comienza a invertir. Desembarca en la vicepresidencia de la entidad de custodia de valores Bancoval, donde llega a controlar la mitad de sus acciones. Aterriza tambi¨¦n como accionista en Interdin, el corredor de bolsa de Banco Madrid, filial espa?ola de Banca Privada d'Andorra (BPA), que fue intervenida el pasado marzo por el Banco de Espa?a en el marco de una investigaci¨®n por blanqueo de capitales del Tesoro de Estados Unidos.
El Supremo conden¨® al contribuyente por eludir impuestos
En el camino, coquetea con el negocio del vino. Entra en las firmas Hispanobodegas y Garcigrande. Y refugia sus ahorros en una Sicav, Inversiones Intermarkets SA. La Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendi¨® la actividad de esta ¨²ltima el pasado 25 de noviembre por "graves dificultades para su inspecci¨®n". Agapito no aclara qu¨¦ pas¨®. Es uno de los silencios que salpican su relato. EL PA?S tiene un documento que ordena transferir el ¨²ltimo saldo de su Sicav ¡ª10,7 millones, seg¨²n Garc¨ªa¡ª a la Agencia Tributaria para reducir la deuda. Con el desembolso de las ¨²ltimas semanas, el empresario tendr¨ªa pendientes 16 millones frente a los 26,8 que le reclamaba el 23 de diciembre el departamento de Crist¨®bal Montoro. Su ritmo de pago hasta junio de 2014 fue de un mill¨®n trimestral.
Agapito Garc¨ªa S¨¢nchez coron¨® la cima. Emple¨® a 1.000 trabajadores. Hoy solo tiene a tres personas a su cargo y navega por la ruina. Todas sus propiedades est¨¢n embargadas. Sus cuentas, congeladas. Su entorno subraya que ninguna de la treintena de sociedades donde ha aparecido es instrumental. Pero se incomoda cuando se le pregunta por este tema.
Su relaci¨®n con el fisco se ha vuelto volc¨¢nica. Una funcionaria le lleg¨® a decir "te hemos hecho famoso", asegura, despu¨¦s de que su nombre salpicara los informativos en la c¨²spide de la lista negra. ?l, que es de modales exquisitos, respondi¨® con otra invectiva.
Solo una vivienda de 56 metros en Pamplona gravada con una hipoteca de 226.440 euros figura a su nombre. El inmueble, defiende, no exprime las ventajas fiscales de Navarra. Insiste en que vive de prestado y viaja en metro. Y que quienes le acompa?aron en los a?os de los encorbatados consejos de administraci¨®n ya no le cogen el tel¨¦fono. Agapito presume ante sus ¨ªntimos de que como alpinista aficionado "escal¨® en el Everest". Ahora sufre la soledad del descenso.
?investigacion@elpais.es
Casi un cuarto de siglo de batalla en los tribunales
La Agencia Tributaria (AEAT) ha pleiteado contra Agapito Garc¨ªa S¨¢nchez durante un cuarto de siglo a cuenta de los 22,7 millones que el empresario percibi¨® en 1989 por la venta de sus sociedades al grupo brit¨¢nico Steetley.
Seg¨²n Hacienda, S¨¢nchez recurri¨® para tributar menos a "una sociedad instrumental" (sin actividad). A trav¨¦s de una empresa ¡ªdice el fisco¡ª el contribuyente pag¨® un 13 % de impuestos y no el 56 % como le habr¨ªa correspondido por la aplicaci¨®n del IRPF. "A trav¨¦s de sociedades inactivas instrumentales, v¨ªa simulaci¨®n, don Agapito Garc¨ªa S¨¢nchez ha eludido la tributaci¨®n por IRPF de los beneficios de Aribericos SA (sociedad instrumental)", sosten¨ªa la AEAT en sus informes.
Cuando S¨¢nchez se neg¨® a principios de los 90 a pagar 20 millones de euros a Hacienda (lo eludido por sus ingresos de 1989 m¨¢s una sanci¨®n del 70 %), la Agencia Tributaria puso en marcha su artiller¨ªa jur¨ªdica. El empresario siempre consider¨® que se ajust¨® a derecho.
La v¨ªa penal se agot¨® en 2002, cuando la Audiencia de Madrid absolvi¨® al contribuyente de un delito fiscal por los cobros de 1989 por el que la Agencia Tributaria le reclamaba dos a?os de prisi¨®n y 19,7 millones. El tribunal desestim¨® los recursos de la Abogac¨ªa del Estado (que actuaba como defensa de la AEAT) y el Ministerio Fiscal.
El camino contencioso administrativo, sin embargo, result¨® m¨¢s fruct¨ªfero para Hacienda. Pese a que la Audiencia Nacional sentenci¨® en 2009 que "no cab¨ªa hablar de simulaci¨®n" [uso de sociedad interpuesta] y recogi¨® que S¨¢nchez se ajust¨® a la ley, el Supremo fall¨® en 2012 a favor de Hacienda. El resultado: la obligaci¨®n a pagar los 31,7 millones que han convertido a Agapito Garc¨ªa S¨¢nchez en el moroso de Espa?a.
"Todos conocemos c¨®mo se componen las salas del Supremo. Se llega por el poder pol¨ªtico. En mi caso se produjo una falta de objetividad", concluye.
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