Adi¨®s al dinero contante y sonante
La adopci¨®n de medios de pago digitales, en lugares tan dispares como Kenia o Dinamarca, y las criptomonedas ponen en entredicho la supervivencia del efectivo.
En esta era de transformaci¨®n digital en la que la m¨²sica son archivos MP3, los libros son e-books, las fotograf¨ªas nunca las imprimimos y las cartas han dado paso a los e-mails, hay un reducto que a¨²n resiste: el dinero. Pero ?por cu¨¢nto tiempo?
En 2015 el efectivo fue el principal medio de pago en el mundo. Las estimaciones sit¨²an en un 85% el n¨²mero de transacciones realizadas al contado, lo que representa un 60% del volumen total de pagos.
Y, sin embargo, a pesar de estas abultadas cifras de efectivo, la digitalizaci¨®n del dinero y de los medios de pago es un hecho. Se pas¨® de las cartillas y los cheques a las tarjetas de cr¨¦dito, y llegan ahora las aplicaciones m¨®viles y sistemas de pago electr¨®nico de todo tipo. Si las canciones y los peri¨®dicos se han digitalizado, ?qu¨¦ impide que se digitalicen tambi¨¦n las monedas y billetes? ?Qu¨¦ lo limita realmente?
Si las canciones y los peri¨®dicos se han digitalizado, ?qu¨¦ impide que se digitalicen tambi¨¦n las monedas y billetes?
En Dinamarca el Gobierno quiere apostar por eliminar el efectivo del pa¨ªs en los pr¨®ximos meses. Esta decisi¨®n se suma as¨ª a la tomada por otros pa¨ªses n¨®rdicos como Suecia o Islandia donde se promueve la desaparici¨®n del dinero f¨ªsico con la aplicaci¨®n de medidas que permiten abonar con tarjeta cualquier compra, desde un caf¨¦ hasta unos caramelos.
Los daneses han prohibido el efectivo en tiendas de ropa, gasolineras y restaurantes, la primera fase de un plan, cuyo objetivo a medio plazo es convertir al pa¨ªs en el primero del mundo sin monedas ni billetes. De hecho, el Banco Central de Dinamarca ya no los fabrica. Uno de cada tres ciudadanos de ese pa¨ªs emplea MobilePay, aplicaci¨®n creada en 2013 que permite transferir dinero a otros tel¨¦fonos o cuentas. Quiz¨¢ el caso de Dinamarca, con 5,6 millones de habitantes, no es equiparable a otros pa¨ªses europeos de mayor tama?o como Alemania o Espa?a ¡ªlas dos naciones europeas que m¨¢s utilizan las monedas y billetes seg¨²n el Banco Central Europeo¡ª.
La digitalizaci¨®n del dinero ?tiene que ver con el tama?o del pa¨ªs o con el nivel de modernizaci¨®n de su sociedad? Ni lo uno ni lo otro.
En el mundo hay unos 2.500 millones de personas que no tienen servicios bancarios pero que, por el contrario, pueden acceder f¨¢cilmente a un tel¨¦fono m¨®vil, como es el caso de Ecuador, donde el 40% de la poblaci¨®n activa no est¨¢ bancarizada pero el 100% de los hogares dispone de tel¨¦fono m¨®vil. Esto va a facilitar claramente la transici¨®n del dinero f¨ªsico al ¡°dinero m¨®vil¡±. El modelo de transferencia de dinero con mensajes de tel¨¦fono, a trav¨¦s de aplicaciones, ya ha logrado colocar a ?frica como el epicentro mundial del dinero m¨®vil. Gran parte del ¨¦xito en la regi¨®n subsahariana se ha debido a la falta de bancarizaci¨®n de muchos de sus habitantes. Hoy en Kenia m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n adulta utiliza M-Pesa, una aplicaci¨®n lanzada por Vodafone en 2007 que permite transferir fondos o pagar facturas dom¨¦sticas desde una terminal m¨®vil. El volumen de dinero que mueve es superior a los 18.000 millones de d¨®lares en pagos, con unos costes de transacci¨®n m¨¢s bajos que los de las compa?¨ªas de env¨ªo de dinero. El modelo ya se ha exportado a otros pa¨ªses como Afganist¨¢n, India y, m¨¢s recientemente, Rumania.
Los daneses han prohibido el efectivo en tiendas de ropa, gasolineras y restaurantes, la primera fase de un plan, cuyo objetivo es convertir al pa¨ªs en el primero del mundo sin monedas
As¨ª que ni el tama?o de un pa¨ªs ni su modernizaci¨®n financiera influyen en la digitalizaci¨®n del dinero. Entonces, ?qu¨¦ frena o acelera la desaparici¨®n de los billetes? En Alemania las compras por importes inferiores a 20 euros se realizan casi en su totalidad en efectivo, mientras que cuando el coste es de entre 50 y 100 euros se utiliza la tarjeta de d¨¦bito en un 43% de las ocasiones. Algo parecido pasa en nuestro pa¨ªs, donde las comisiones en los pagos por tarjeta o m¨®vil para bajos importes son un desincentivador para que los comercios permitan pagar por esa v¨ªa.
As¨ª las cosas, ?realmente llegar¨¢ el fin del dinero f¨ªsico? Hay tres detonantes que pueden acelerar este cambio. El primero es tecnolog¨ªa aplicada a los medios de pago. Actualmente hay una interesante competencia entre entidades financieras, compa?¨ªas de tarjetas de cr¨¦dito (como Visa y Mastercard), grandes tecnol¨®gicas como Google y Apple (con sus aplicaciones Google Wallet y Apple Pay, respectivamente) y multitud de peque?as empresas dedicadas al fintech (tecnolog¨ªa financiera) con innovadoras iniciativas. Hay una gran y heterog¨¦nea gama de soluciones, sin que ninguna de ellas sea a¨²n la l¨ªder indiscutible. Visa, por ejemplo, est¨¢ trabajando en un sistema que permita realizar pagos directamente con el dedo utilizando un lector biom¨¦trico de las venas, y tambi¨¦n se avanza en la tecnolog¨ªa ponible (wearable technology), que desarrolla relojes, pulseras o anillos conectados a internet que impulsar¨¢n los medios de pago digitales. El objetivo es que el acto de gastar sea lo m¨¢s sencillo posible. Habr¨¢ que analizar c¨®mo en el futuro podr¨ªa afectar esto al descontrol en el consumo. Si nos cuesta menos pagar con la tarjeta de cr¨¦dito que con efectivo, ?qu¨¦ pasar¨¢ cuando se pague simplemente con el dedo?
Hay unos 2.500 millones de personas que no tienen servicios bancarios pero que pueden acceder a un m¨®vil
El segundo factor determinante del cambio son las famosas criptomonedas, encabezadas por el bitcoin. Este es posiblemente uno de los cambios m¨¢s desconocidos y disruptivos. Pero lo m¨¢s atractivo ¡ªy gran parte de la genialidad¡ª de esta moneda programable radica en su tecnolog¨ªa. La llamada cadena de bloques o blockchain es un libro contable descentralizado donde se registran todos los intercambios de una unidad de cuenta o bitcoin. Esto permite solucionar el problema del doble gasto en un sistema de pagos descentralizados, es decir, que nadie pueda utilizar el mismo dinero digital dos veces. Adem¨¢s, tambi¨¦n se elimina la necesidad de tener una entidad central que controle todas las transacciones. Es lo m¨¢s parecido a tener un billete f¨ªsico en un mundo virtual, porque cada moneda digital est¨¢ numerada.
Hace un a?o, la start-up americana de Bitcoins21 obtuvo m¨¢s de 116 millones de d¨®lares de inversores. El Gobierno brit¨¢nico ha creado un fondo de 10 millones de libras esterlinas para la investigaci¨®n de la tecnolog¨ªa detr¨¢s de la moneda (el blockchain). Y Rusia a trav¨¦s de su mayor banco, Sberbank, tambi¨¦n mont¨® un fondo de capital de riesgo de 100 millones de d¨®lares para apostar, entre otras, en innovaciones que tengan impacto dentro del espacio financiero.
El tercer y ¨²ltimo detonante que puede acelerar la desaparici¨®n del dinero tiene que ver con el impacto fiscal y el fraude. El fin de las operaciones en efectivo permite un mayor control de las transacciones evitando el blanqueo de capitales y la evasi¨®n de impuestos, que genera la econom¨ªa sumergida. Un pa¨ªs sin dinero f¨ªsico no tendr¨ªa m¨¢s evasores, ni problemas de pagos en b. Adem¨¢s se evitar¨ªan los atracos f¨ªsicos, aunque la pirater¨ªa se pasar¨ªa al lado digital. Por otro lado, las entidades financieras y los Gobiernos se ahorrar¨ªan mucho en la manipulaci¨®n, el transporte y la custodia del efectivo.
El objetivo es que el acto de gastar sea lo m¨¢s sencillo posible. Habr¨¢ que analizar c¨®mo podr¨ªa afectar esto al 'descontrol' en el consumo
El final del dinero f¨ªsico est¨¢ m¨¢s cerca que nunca. Su fecha de caducidad a¨²n est¨¢ por determinar, pero la tecnolog¨ªa ya proporciona todo tipo de soluciones para realizar pagos, y los usuarios son cada d¨ªa m¨¢s digitales ¡ªy adictos¡ª al m¨®vil. Ellos tendr¨¢n la ¨²ltima palabra a la hora de elegir el medio de pago definitivo. Y puede que los billeteros tengan sus d¨ªas contados.
Rodrigo Garc¨ªa de la Cruz?es ingeniero en rob¨®tica y director PD Innovaci¨®n y Tecnolog¨ªa Financiera del IEB.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.