La (ardua) tarea de elegir la bombilla perfecta y ahorrar
Con la extensa variedad de productos que ofrece el mercado, no es f¨¢cil acertar a la primera
?LED? ?Fluorescentes? ?Cu¨¢ntos vatios? ?De qu¨¦ color? Elegir una bombilla, una de esas tareas que parece de lo m¨¢s sencilla y rutinaria posible, se puede convertir f¨¢cilmente en un incordio. ?Cu¨¢ntas veces, al cambiar la iluminaci¨®n de nuestra casa, hemos quedado insatisfechos con el resultado? Las razones son variadas: porque el alumbrado no es suficiente, porque la luz es muy fuerte, porque resulta demasiado fr¨ªa o c¨¢lida. O porque simplemente no nos gusta el efecto, sin saber por qu¨¦ y en qu¨¦ nos hemos equivocado.?
¡°Hay que buscar una luz adecuada para cada momento y sitio, pero muchas veces el consumidor no sabe elegir¡±, lamenta?Alfredo Berges, director general de la Asociaci¨®n Espa?ola de Fabricantes de Iluminaci¨®n (Anfalum).?Algo que no sorprende: con la extensa variedad de productos y especificaciones disponibles en el mercado, no es f¨¢cil acertar a la primera. Lo que s¨ª es muy intuitivo es darse cuenta cuando algo falla. ¡°El ojo humano no distingue, pero compara muy bien¡±, asegura Berges.?
De las bombillas incandescentes al LED
La Uni¨®n Europea ha eliminado paulatinamente las bombillas incandescentes de toda la vida, hasta prohibirlas definitivamente en 2012. ¡°Ahora est¨¢ en boga el LED, pero tambi¨¦n hay compactos fluorescentes (CFL o bombillas de bajo consumo) y hal¨®genas eficientes¡±, resume Berges. El problema de la invenci¨®n de Thomas Alva Edison es que era tan genial como ineficiente: la mayor parte de la energ¨ªa producida se desperdiciaba en calor, mientras solo una m¨ªnima parte residual generaba luz ¡ªun 5%, de acuerdo con el Instituto para la Diversificaci¨®n y el Desarrollo Energ¨¦tico (IDAE)¡ª. Sin considerar que su vida ¨²til era muy reducida: unas 1.000 horas,?que para una bombilla que funcione durante cuatro horas diarias se traduce en menos de un a?o.?
El color de la luz se mide a trav¨¦s de grados Kelvin; a menos grados, m¨¢s c¨¢lida la iluminaci¨®n
Su sucesora, la l¨¢mpara hal¨®gena, funciona de la misma manera ¡ªun filamento met¨¢lico que se calienta al pasaje de la corriente el¨¦ctrica¡ª, pero gasta menos y dura algo m¨¢s, unas 3.000 horas. Las fluorescentes compactas, por otro lado, generan luz a trav¨¦s de un gas luminiscente y garantizan la misma prestaci¨®n luminosa con menor consumo ¡ªun ahorro de un 80% respecto a las convencionales y una vida ¨²til de entre seis y diez a?os, de acuerdo con los datos de la Uni¨®n Europea¡ª. Pero es el LED (por su sigla en ingl¨¦s Lighting Emitting Diode)?el verdadero campe¨®n en eficiencia: el ratio entre luz y calor se invierte y m¨¢s de un 90% de la energ¨ªa utilizada se trasforma en iluminaci¨®n. Al tocarlo, nunca nos vamos a quemar, porque funciona con materiales semiconductores (diodos) que se iluminan al paso de la energ¨ªa. ¡°Un LED de buena calidad puede tener una vida ¨²til de hasta 50.000 horas¡±, asegura Adolfo Carvajal, director general de la?Asociaci¨®n Espa?ola de la Industria LED (AniLED). El ahorro respecto a una incandescente se sit¨²a entre un 80% y un 90%.
No confundas la luz con la potencia
¡°Resulta important¨ªsimo aclarar la idea equivocada, pero muy extendida, de asociar la luz que proporciona una bombilla con la cantidad de electricidad necesaria para producirla¡±, se?ala IDAE en su ¨²ltimo informe sobre consumo eficiente. Con las bombillias tradicionales, a m¨¢s vatios (W) se asociaba m¨¢s luz. En realidad, el vatio indica la potencia, mientras la luz tiene su propia unidad de medida, el lumen (lm). De eso va la eficiencia: ofrecer la misma prestaci¨®n con menor consumo.
Para hacer un ejemplo, la luz de una bombilla incandescente de 75 W se corresponde a unos 1.100 l¨²menes. Para obtener la misma prestaci¨®n luminosa, un LED usa 14 vatios y una fluorescente 20. Pero lo m¨¢s importante, antes de comprar, es saber de antemano qu¨¦ es lo que queremos.?¡°Cuando se planifica el consumo en el hogar hay que sentarse con l¨¢piz y papel y que no sea lo ¨²ltimo¡±, recomienda Berges.?En general, en las zonas de lectura o de trabajo, como la cocina o el estudio, necesitaremos m¨¢s intensidad luminosa (m¨¢s l¨²menes) que en un pasillo o en los dormitorios.?¡°Pero es una cuesti¨®n muy subjetiva¡±,?matiza Carvajal. ??
El color, en grados
El color de la luz emitida se mide a trav¨¦s de grados Kelvin (K). A menos grados, m¨¢s c¨¢lida la iluminaci¨®n y por ende m¨¢s relajante y adecuada a estancias como el sal¨®n o el dormitorio. Hasta los 3.000 K el tono es c¨¢lido, de 3.500 a 4.500 es neutro y de ah¨ª para arriba es fr¨ªo. La gu¨ªa elaborada por AniLED y la Fundaci¨®n de la Energ¨ªa de la Comunidad de Madrid (Fenercom)?recomienda menos de 3.000 K en el sal¨®n, la entrada o el dormitorio, unos 4.000 K en el ba?o y en la iluminaci¨®n exterior y m¨¢s de 4.000 K en el estudio y la cocina.
Aunque la iluminaci¨®n que m¨¢s se acerca a la luz solar es la de la bombilla incandescente, por su escasa eficiencia no es recomendable utilizar una hal¨®gena en una estancia donde se necesite iluminaci¨®n artificial durante muchas horas al d¨ªa. Este producto, que emite una luz muy brillante, puede ser indicado para alumbrar un sitio espec¨ªfico, como un objeto en una estanter¨ªa; la fluorescente compacta, por otro lado, es muy eficiente pero?tarda en calentarse y dar su m¨¢ximo resultado.?El LED, por otro lado, se enciende de manera instant¨¢nea y va mejorando cada vez m¨¢s su rendimiento crom¨¢tico.
?Cu¨¢nto gastan las bombillas??
Para calcular c¨®mo afecta a nuestro bolsillo la elecci¨®n de una u otra bombilla, s¨ª que hay que mirar los vatios. Y dejar de pensar que la iluminaci¨®n representa?un peque?o cap¨ªtulo de gasto en el recibo: este apartado copa casi un quinto del consumo energ¨¦tico de un hogar, de acuerdo con los datos de IDAE.?
El c¨¢lculo empieza por convertir los vatios (W) en kilovatios (kW), dividiendo los primeros entre 1.000. Si tenemos un LED de 14 W ¡ªm¨¢s o menos equivalente a una incandescente de 75 W en cuanto a prestaci¨®n luminosa¡ª, la conversi¨®n nos dar¨¢?0,014 kW. Ahora hay que multiplicar este resultado por el n¨²mero de horas en las que la bombilla va a estar encendida, ya que el precio de la electricidad se expresa en kW-hora (kWh). Si fueran dos al d¨ªa, es decir 730 al a?o, obtendr¨ªamos 10,22 kWh. Esta cantidad se multiplica por 0,241 euros, el precio medio del kWh durante 2015 para la tarifa regulada?¡ªimpuestos incluidos¡ª, seg¨²n las estimaciones de la?Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El resultado: 2,46 euros al a?o. Si tenemos 20 bombillas del mismo tipo, ser¨ªan 49,26 euros, unos 4,10 al mes. Si repetimos la misma operaci¨®n con un fluorescente compacto ¡ªde 20 W para obtener el mismo alumbrado¡ª, la cuenta saldr¨ªa algo m¨¢s cara: 70,37 euros al a?o. Con una tradicional (75 W) el resultado alcanzar¨ªa los 263,89 euros. Respecto a una tradicional, el LED permite entonces ahorrar m¨¢s de 214 euros al a?o, y una fluorescente 193,5 euros.
Es evidente que el ahorro brindado por el LED es relevante, pero no es oro todo lo que reluce. La pega de este producto es el precio: si un LED de buena calidad vale, en media, unos 10 euros, un fluorescente cuesta la mitad y tambi¨¦n garantiza una muy buena eficiencia energ¨¦tica. ¡°Recomiendo sustituir con LED todo lo que sea incandescente, que se amortiza en un a?o, pero hay que ver si merece la pena cambiar tambi¨¦n las bombillas fluorescentes¡±, confirma Carvajal. Aunque el precio del LED haya bajado en un 40% desde 2010 hasta la fecha, asegura Berges, el consumo dom¨¦stico todav¨ªa tira de otros modelos: de los 120 millones de unidades vendidas en 2015, 38 se correspondieron a LED y 77 a otros productos, detalla la patronal.
El margen para crecer, sin embargo, es todav¨ªa muy amplio. La misma Uni¨®n Europea prev¨¦ liquidar todas las bombillas contaminantes e ineficientes?para reemplazarlas con LED?¡ªen 2018 se dejar¨¢n de vender los hal¨®genos con clasificaci¨®n energ¨¦tica m¨¢s baja; las fluorescentes, por otro lado, contienen mercurio, un elemento muy t¨®xico¡ª . ¡°Rara vez existe en un mercado una tecnolog¨ªa [LED] que genere tantas ventajas y que sea capaz de auto-amortizarse con el ahorro que se obtiene aplic¨¢ndola¡±, concluye Carvajal.?
La segunda vida de la luz
Una de las razones por las que la regulaci¨®n quiere poner coto al tipo de bombillas comercializadas dentro de sus fronteras son los residuos.?"Las bombillas fluorescentes contienen mercurio, un t¨®xico muy importante", explica David Horcajada,?director de marketing de Ambilamp, asociaci¨®n que se dedica a reciclar l¨¢mparas y luminarias. "Si tiras una bombilla no pasa nada; si tiras muchas s¨ª que puede hacer un da?o, adem¨¢s de del vidrio que genera CO2".
Ambilamp ha reciclado casi 120 millones de unidades desde 2007, evitando as¨ª la emisi¨®n de m¨¢s de un mill¨®n de toneladas de CO2, explica Horcajada. Las diferentes partes de las bombillas tienen diferentes destinos: el pl¨¢stico se lleva a plantas de reciclaje y se convierte, por ejemplo, en perchas; los metales se funden; el vidrio se puede emplear para fabricar nuevas bombillas o se mezcla con cer¨¢micas o asfalto; los metales contenidos en los LED, muy valiosos, se usan para otras bombillas, m¨®viles u ordenadores. El mercurio de las fluorescentes, por otro lado, se almacena en condiciones de seguridad, al no poder ser transportado.
¡°Hemos pasado de no reciclar ninguna bombilla al 50%¡±, asegura Horcajada, pero recuerda que casi el 60% de la iluminaci¨®n est¨¢ en lugares profesionales, y no entre las paredes dom¨¦sticas.?¡°En el ¨²ltimo an¨¢lisis vimos que cada hogar ten¨ªa una media de dos bombillas fundidas en un caj¨®n. Tenemos 3.000 contenedores en toda Espa?a, b¨¢sicamente en sitios donde se vende este producto, como las ferreter¨ªas. Con llevarlas ah¨ª es suficiente¡±, concluye.
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