Sombreros de culto
La centenaria firma sevillana Isesa halla en la comunidad jud¨ªa a su mejor cliente
A 30 kil¨®metros al norte de Sevilla, en el pueblo de Salteras, la empresa Isesa, que comercializa sus productos con el nombre Fern¨¢ndez y Roche, confecciona los sombreros que cubren las cabezas de miles de jud¨ªos de todo el mundo¡ y tambi¨¦n los que usan, por ejemplo, muchos de los arist¨®cratas que cada a?o se dejan ver en las c¨¦lebres carreras de caballos de Ascot.
Miguel Garc¨ªa Guti¨¦rrez, director general de la empresa, explica que aunque Industrias Sombrereras Espa?olas (Isesa) fue fundada en el a?o 1885 y lleg¨® a contar con m¨¢s de 300 trabajadores a principios del siglo XX, pas¨® con diferentes denominaciones y composiciones accionariales por una larga etapa de decrecimiento continuo hasta que a mediados de los a?os ochenta consiguieron acceder al mercado de los jud¨ªos ortodoxos.
Relata que ¡°un buen d¨ªa se present¨® en la vieja f¨¢brica de la sevillana calle de Castellar el se?or Ehrman, el mayor distribuidor de sombreros de Estados Unidos bajo la firma Kova Quality Hatters. Deb¨ªa atender a toda la comunidad jud¨ªa de EE UU y se hab¨ªa quedado sin proveedor. Hasta entonces se abastec¨ªa con los tocados de la firma italiana Borsellino, pero la calidad de esta factor¨ªa hab¨ªa bajado de nivel¡±. Y reconoce que no fue f¨¢cil adaptarse a las exigencias del nuevo cliente. ¡°La comunidad jud¨ªa es tremendamente fiel y honrada a la hora de pagar, pero, a su vez, muy exigente¡±, dice Garc¨ªa. En la f¨¢brica recuerdan que, en cierta ocasi¨®n, el tinte que se emplea en el proceso de fabricaci¨®n dio otro tono en el resultado final. Al parecer, la diferencia era apenas perceptible, pero el cliente no estuvo de acuerdo¡, as¨ª que hubo que volver a empezar.
El actual director general de la empresa dice que para responder a las exigencias de calidad de los clientes de la marca, ¡°no solo de la comunidad jud¨ªa, sino de todos los compradores de nuestros productos¡±, Isesa moderniz¨® sus instalaciones. ¡°Nos mudamos desde nuestra sede hist¨®rica de Sevilla a las instalaciones en las que ahora estamos. Adem¨¢s, rehabilitamos todas las ¨¢reas, empezando por la producci¨®n, donde hemos aplicado el trabajo en serie propio de la industria del autom¨®vil. Esto nos ha permitido incrementar en un 60% la producci¨®n sin aumentar ni recortar plantilla¡±.
Todo lo cambios, seg¨²n cuenta Miguel Garc¨ªa, se hicieron para apuntalar la expansi¨®n exterior de la compa?¨ªa. ¡°Potenciamos mucho la exportaci¨®n, creando un departamento espec¨ªfico para ello. En realidad, casi por obligaci¨®n, y dado que el mercado en Espa?a siempre ha sido muy reducido, siempre hemos tenido un buen volumen de exportaci¨®n. Sin embargo, ahora somos mucho m¨¢s activos. Nuestro volumen de ventas fuera de Espa?a es ya del 90%. Adem¨¢s, hemos accedido a nuevos nichos de mercado dentro de la comunidad jud¨ªa, tanto en Europa como en Estados Unidos¡±.
La empresa tambi¨¦n produce para la alta costura y
la aristocracia
El peso de la comunidad jud¨ªa en la facturaci¨®n anual de Isesa es clave. ¡°Nos visitan tres o cuatro veces al a?o para comprobar que nuestro proceso de producci¨®n se ajusta a sus normas, como la de no mezclar lana y lino¡, algo que nosotros siempre controlamos. En la empresa son conscientes de que la diversificaci¨®n de mercados es lo que les hace fuertes, a salvo de los vaivenes, as¨ª que cuando detectamos un nicho de mercado nuevo, lo exploramos y estudiamos para adaptar nuestro producto lo m¨¢ximo posible a las necesidades de ese nuevo cliente. Esto nos permite, por ejemplo, trabajar con grandes firmas de moda, que van haciendo un hueco al sombrero como complemento de sus dise?os. Adem¨¢s, ahora hemos empezado a desarrollar nuestra actividad para las comunidades gitanas de Hungr¨ªa y Rumania. Con todo esto, el ¨²nico turno en el que trabajamos ya est¨¢ saturado y pensamos abrir uno alternativo¡±, cuenta Garc¨ªa.
Isesa cerr¨® 2015 con una facturaci¨®n de 3,3 millones de euros, lo que supuso un aumento del 10% con respecto al a?o anterior.
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