¡®Los gigantes de la monta?a¡¯: Pirandello y la necesidad de la poes¨ªa en ¨¦pocas violentas
C¨¦sar Barl¨® pone en pie un montaje itinerante de esta obra p¨®stuma, donde el arte no encuentra su lugar en el mundo venidero
El mito de los gigantes, recogido por Pirandello en esta obra p¨®stuma, est¨¢ enraizado en el coraz¨®n de Europa. Polifemo, el c¨ªclope al que Ulises ciega en La Odisea, simboliza la rusticidad vencida por la astucia. El tit¨¢n Prometeo arrebat¨® el fuego a los dioses para entreg¨¢rselo a la Humanidad. Don Quijote hoy ver¨ªa gigantes en vez de aerogeneradores. Y Rabelais, pobrecillo, cab¨ªa en la boca de Pantagruel, su amigable criatura. Pero la tradici¨®n caracteriza a los gigantes como seres hoscos, crueles y atrabiliarios.
Pirandello lo aparc¨® todo para terminar Los gigantes de la monta?a, tras saber que la muerte le aguardaba a la vuelta de pocos d¨ªas. No logr¨® su empe?o: exang¨¹e, apenas pudo resumir a su hijo Stefano la secuencia de acciones que componen el ¨²ltimo acto. En esta tercera entrega de su ciclo de teatro m¨ªtico, el autor siciliano enfrenta el pragmatismo g¨¦lido de los gigantes con el idealismo de una compa?¨ªa de c¨®micos empe?ada en llevar su mensaje al p¨²blico mayoritario. En su producci¨®n estrenada anoche en el Teatro Fern¨¢n G¨®mez, AlmaViva, grupo dirigido por Cesar Barl¨®, ha optado por relatar el cuarto acto tal y como el escritor lo transmiti¨® a su hijo. Es el momento cumbre de esta funci¨®n, en la que las criaturas mencionadas en su t¨ªtulo nunca aparecen. Ocupadas en sus negocios y en la productividad de sus subalternos, no tienen tiempo para fantas¨ªas.
Desde que en 1937 se estren¨® esta obra hasta hoy, los gigantes de la realidad se han ido viniendo muy arriba. El montaje de Strehler con el Piccolo de Mil¨¢n acababa con la ca¨ªda de un tel¨®n ign¨ªfugo que guillotinaba el carro de Tespis. El final del estrenado anoche tambi¨¦n es lapidario. Barl¨®, especialista en teatro para lugares ins¨®litos, escenifica los dos primeros actos en la rotonda que da entrada al Fern¨¢n G¨®mez, espacio circular cuyo eje es una columna enorme que sostiene la esquina suroccidental de los Jardines del Descubrimiento, en Col¨®n. El p¨²blico ha de desplazarse para ver los dos actos siguientes. Es un espect¨¢culo de c¨¢mara que vale la pena por la labor de conjunto: da gusto o¨ªr a los actores sin micro. Cabe destacar las interpretaciones de Teresa Alonso (en el hiperb¨®lico, volc¨¢nico y afilad¨ªsimo papel de Ilse), Samuel Blanco, Paula Susavila y Mois¨¦s Chic.
Los gigantes de la monta?a
Texto: Luigi Pirandello. Dirección: César Barló.
Teatro Fernán Gómez. Madrid. Hasta el 23 de febrero.
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