China se gasta ya m¨¢s que la Uni¨®n Europea en I+D

El nuevo plan quinquenal que la Asamblea Popular de China aprobar¨¢ en marzo vuelve a colocar como prioridad la innovaci¨®n tecnol¨®gica y el gasto en investigaci¨®n b¨¢sica y desarrollo experimental (I+D). La ¨²ltima comparaci¨®n internacional, difundido este mes por la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), da fe de c¨®mo se toman en Pek¨ªn las prioridades: el gasto en I+D se situ¨® en 2014 en el 2,05% del PIB, muy cerca de la meta establecida para este a?o (2,2%) en el plan quinquenal vigente. Y el esfuerzo econ¨®mico absoluto del gigante asi¨¢tico supera por primera vez el que realizan los 28 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. En t¨¦rminos relativos (% del PIB), ya alcanz¨® a la UE en 2012.

En paridad de poder adquisitivo, una metodolog¨ªa que se usa en las comparaciones internacionales para corregir las diferencias de niveles de precios entre pa¨ªses, China destin¨® 368.731 millones de d¨®lares en 2014 a I+D, mientras que la UE se qued¨® en 363.047 millones. El pa¨ªs que m¨¢s se gasta en investigaci¨®n y desarrollo sigue siendo Estados Unidos, que en 2013, ¨²ltimo a?o con datos publicados, roz¨® el medio bill¨®n de d¨®lares.

Si China cumple los objetivos, no se puede decir lo mismo de la Uni¨®n Europea. La Estrategia de Lisboa, acordada en 2000, estableci¨® como meta duplicar el gasto relativo en I+D para alcanzar el 3% del PIB en 2010. Pero en esa d¨¦cada el avance fue lento y apenas se pas¨® del 1,7% al 1,84% del PIB. A mitad de camino el objetivo se posterg¨® a 2020, pero todo apunta a que tampoco se cumplir¨¢: el esfuerzo apenas alcanz¨® el 1,94% del PIB en 2014.

En aquella Estrategia de Lisboa, los gobiernos de la UE tambi¨¦n asumieron el objetivo de incentivar que hasta el 66% de la I+D fuera desarrollada por el sector privado, cuando en 2000 apenas pasaba del 50%. Tambi¨¦n aqu¨ª el progreso europeo ha sido muy lento, de modo que d¨¦cada y media despu¨¦s, las empresas hacen el 54% de la I+D. El contraste con el modelo asi¨¢tico es notable: en Jap¨®n, Corea del Sur o China,? m¨¢s del 75% del gasto en investigaci¨®n y desarrollo corresponde a las compa?¨ªas, aunque las orientaciones de la planificaci¨®n central pesan mucho m¨¢s en la potencia emergente, con un protagonismo muy marcado de grandes empresas p¨²blicas.

Adquisici¨®n de empresas en el extranjero

Otra diferencia notable es la naturaleza del gasto innovador. Mientras que sus competidores asi¨¢ticos (Corea del Sur y Jap¨®n) est¨¢n entre los diez pa¨ªses con m¨¢s investigadores (el 1,3% y el 1% de los ocupados, respectivamente), y en su mayor parte trabajan en los departamentos de I+D de las empresas, China est¨¢ aqu¨ª a la cola. Apenas el 0,2% de su masa laboral son empleos ligados a la investigaci¨®n y el desarrollo. Israel y Finlandia encabezan esta clasificaci¨®n, con cerca del 2% de los ocupados trabajando en I+D.

Esa diferencia apuntala la idea de que una parte relevante del gasto innovador de China se destina a adquirir equipamientos con mejoras tecnol¨®gicas incorporadas, a comprar licencias, software o know how y a contratar ingenier¨ªa de dise?o y servicios de consultor¨ªa. La absorci¨®n de compa?¨ªas extranjeras es, en muchos casos, la v¨ªa m¨¢s r¨¢pida para alcanzar de una vez todos los objetivos, como refleja la reciente oferta de ChemChina por la suiza Syngenta.

El esfuerzo innovador de China es notable, con aumentos reales del gasto anual cercanos al 15% en la ¨²ltima d¨¦cada y media, aunque 2014 fue el a?o menos din¨¢mico (un alza del 9%). Si en 2000, su gasto en I+D equival¨ªa al 0,9%, ahora supera el 2%. Pero el desempe?o de la vecina (y competidora) Corea del Sur ha sido a¨²n m¨¢s notable: en ese mismo periodo, el gasto que destina a I+D ha pasado del 2,2% al 4,3% del PIB, lo que supone el mayor esfuerzo relativo del mundo, por encima del que hace Israel (4,1%) y Jap¨®n (3,6%).

La comparaci¨®n internacional certifica que si el avance europeo es lento, el espa?ol es m¨ªnimo. En 2000, el gasto en I+D rondaba el 0,9% del PIB, lo que situaba a Espa?a en el puesto 25, entre los 34 miembros de la OCDE. Para 2010, a?o en el que el Gobierno espa?ol se hab¨ªa fijado alcanzar el 2% del PIB (cuando la meta en la UE era el 3%), el esfuerzo en I+D rondaba el 1,3%. Y el impacto de la crisis en los presupuestos p¨²blicos (el gasto hecho por las empresas no llega al 50% del total) lo ha hecho retroceder al 1,2% en 2014, con lo que Espa?a pasa al puesto 27 de 34.