Crecer en el desierto institucional
Ante tal falta de liderazgo, no hay recuperaci¨®n econ¨®mica f¨¢cil para la UE
La amenaza del Brexit y la forma en que est¨¢ tratando de solventarse dan mucho que pensar sobre el deterioro institucional de la UE y la amenaza que supone para la recuperaci¨®n econ¨®mica. En medio de ese ambiente enrarecido y desolador que es el de falsa salida de la crisis, algunos se empe?an en culpar al proyecto europeo. Una forma, en realidad, de dispararse en un pie.
As¨ª, pareciera que debemos sentirnos satisfechos por el acuerdo alcanzado con el Gobierno brit¨¢nico para que ¨¦ste se oponga a la salida del Reino Unido de la UE en el refer¨¦ndum sobre este tema. Nada m¨¢s lejos de la realidad. La simple convocatoria del refer¨¦ndum hace un flaco favor a la UE, puesto que invita a deshacer un entramado econ¨®mico que es, en realidad, la ¨²nica esperanza para la vieja Europa. La negociaci¨®n no deja de ser una forma de chantaje en la que alguien pone una bomba en marcha y, en cuanto consigue un m¨ªnimo bot¨ªn, se pone al frente de los artificieros que quieren desactivarla. La amenaza del Brexit sigue ah¨ª y nadie puede asegurar que no acabe triunfando.
Pero el brit¨¢nico es s¨®lo uno de los problemas. Europa vive estos a?os de falsos intentos de dejar la crisis atr¨¢s adherida al chantaje institucional. Pa¨ªses que viven en gran medida de la actividad comercial y financiera con el resto de la UE (Reino Unido, Alemania) no pueden querer hacerlo con sus propias normas. Ayer mismo la libra se desplomaba frente al d¨®lar, por si a alguien le quedan dudas de que los mercados interpretan las se?ales institucionales.
La sequ¨ªa institucional se extiende por Europa. As¨ª, por tomar un ejemplo reciente, la amenaza de una crisis bancaria se resuelve en falso porque los afectados son Alemania e Italia. ?D¨®nde est¨¢ la uni¨®n bancaria para actuar y ofrecer transparencia? Se demuestra su insuficiencia y falta de resoluci¨®n, su excesiva descentralizaci¨®n. Lo supranacional parece que queda a veces s¨®lo para disciplinar a los d¨¦biles.
La p¨¦sima resoluci¨®n de problemas de primer orden como la crisis de los refugiados, la insistencia en pol¨ªticas de austeridad ¡ªnecesarias en esencia pero excesivamente espartanas en su aplicaci¨®n¡ª, los problemas de corrupci¨®n pol¨ªtica, e incluso la adopci¨®n de medidas dudosamente respetuosas con los derechos humanos en algunos nuevos estados miembros, han hecho de la idea de Europa como soluci¨®n un desierto institucional. Esa idea que pasaba por la solidaridad y la integraci¨®n para un crecimiento com¨²n.
En los peores a?os de la crisis de la deuda soberana el euro era el gran amenazado. Hoy lo es la UE como instituci¨®n, lo que no tardar¨¢ en volver a repercutir negativamente sobre el euro. Queremos pensar que hoy estamos mejor y que tenemos mejores mimbres para la recuperaci¨®n. Lo cierto es que no es as¨ª, existe incluso la amenaza de levantar fronteras.
Con esta falta de liderazgo pol¨ªtico e institucional no hay recuperaci¨®n econ¨®mica f¨¢cil para la UE ni para ninguno de sus integrantes.
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