?Qu¨¦ hacemos con la deuda auton¨®mica?
El Gobierno viol¨® la ley de financiaci¨®n: es el responsable del FLA, unos 100.000 millones
Dijo ayer Mariano a Susanna Griso que los del pacto no se ocupan de preocupaciones como... la financiaci¨®n auton¨®mica. ?Ah¨ª va: si basta leer la p¨¢gina 56 del acuerdo PSOE-Ciudadanos para comprobar que eso no se tiene en pie!
La cosa tiene su aquel, porque por imperativo legal su reforma debi¨® hacerla ¨¦l en 2014: ahora tienen que comprometerla sus rivales centristas, de aqu¨ª a seis meses. Vulnerar la ley no es afici¨®n exclusiva del secesionismo.
Si hubiera cumplido la ley, las comunidades aut¨®nomas no deber¨ªan hoy al Estado los casi 100.000 millones del Fondo de Liquidez Auton¨®mica (FLA) y partidas parejas. No se habr¨ªan enganchado a la adicci¨®n de esa manguera, acabando en una autonom¨ªa financiera residual. Porque el FLA se ha convertido en un mal sustituto de la reforma que deb¨ªa devolverlas a la suficiencia de ingresos.
No reformar a tiempo agrava problemas.
Algunos sangran por la herida. La presidenta andaluza, Susana D¨ªaz, y el valenciano, Ximo Puig, reclamaron el domingo la condonaci¨®n de los cr¨¦ditos del FLA. Segu¨ªan la senda abierta por su colega catal¨¢n, Miquel Iceta.
?Receta sociata? ?Si le gustaba al ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro!: "Esta deuda ya se la est¨¢ quedando el Estado, la estamos mutualizando, se est¨¢ convirtiendo en deuda de todo el Estado", dec¨ªa (La Vanguardia, 5/10/2014). Aunque al cabo troc¨® la idea de una quita en mera exenci¨®n de intereses ¡ªya cerca del cero en el BCE¡ª de la deuda nueva.
Las tres comunidades citadas son precisamente las principales clientas del FLA. ?Por qu¨¦? Seguramente porque los mediterr¨¢neos, los m¨¢s din¨¢micos (junto a Madrid) fueron m¨¢s el¨¢sticos a la burbuja del ladrillo, dependieron m¨¢s de los ingresos derivados de la construcci¨®n... y menos de las compensaciones que se dieron en la reforma de 2009 a quienes obten¨ªan menos por ella.
Sanear esa deuda es clave para soslayar la asfixia financiera de las autonom¨ªas, cuya deuda crece porque han desbordado el l¨ªmite de los ajustes posibles, y porque algunas est¨¢n muy mal financiadas. A favor de la condonaci¨®n milita que sea una operaci¨®n casi indolora (ya contabilizada) y que no crea agravios.
Pero sobre todo el hecho de que es el Estado quien les centrifug¨® el problema del d¨¦ficit. La austeridad se ha pagado en gasto sanitario y educativo (de las autonom¨ªas) m¨¢s que en gasto corriente del aparato (central). Aquellas afrontaron el 56% del ajuste fiscal 2010-2013, y el Gobierno solo el 12%; y en 2015, a las comunidades, que suponen un tercio del gasto, se les autoriz¨® solo un sexto del d¨¦ficit.
De modo que el Gobierno atesor¨® para s¨ª el grueso del margen de d¨¦ficit concedido por Bruselas. Y adem¨¢s acapar¨® el grueso del aumento de la recaudaci¨®n impositiva. Al cabo, buena parte del FLA, si no todo, se lo debe a s¨ª mismo, porque es culpa muy suya.
Pero pelear por quitas puede generar indeseadas mermas de credibilidad en los mercados y pol¨¦mica en Bruselas. Quiz¨¢ haya una mejor f¨®rmula: sobrefinanciar en el futuro a los infrafinanciados del pasado. La que sea.
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