Los precios vuelven a territorio negativo y presionan al BCE de Draghi
El IPC de la eurozona soreprende con una ca¨ªda del 0,2% en febrero por el petr¨®leo
Una de las grandes historias de la crisis es la del fracaso de los bancos centrales. La inflaci¨®n no se movi¨® del m¨ªtico 2% durante a?os y eso no evit¨® la Gran Recesi¨®n. Cuando estall¨® el hurac¨¢n, la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo (BCE) echaron a la basura su proverbial ortodoxia y se embarcaron en una pol¨ªtica extraordinariamente expansiva. Puede que en Europa el BCE haya evitado lo peor, pero no consigue sacarse de encima unos resultados decepcionantes: la inflaci¨®n de la eurozona volvi¨® ayer por sorpresa a territorio negativo; el paro sigue por encima del 10%, y la recuperaci¨®n no ha permitido a¨²n volver a los niveles de PIB previos a la crisis.
Los precios cayeron en febrero un 0,2%, el primer retroceso desde septiembre, seg¨²n Eurostat, la agencia estad¨ªstica de la UE. El tipo de cambio del euro recogi¨® ayer ese mal dato y cedi¨® el 0,5%, hasta los 1,08 d¨®lares. El desplome del petr¨®leo ¡ªun 40% en un a?o¡ª explica solo una parte del problema: el desaf¨ªo es mucho m¨¢s profundo, con Europa metida en una trampa, aturdida, propensa a caer en un estancamiento a la japonesa. Sin los precios energ¨¦ticos y alimentarios ¡ªlos m¨¢s vol¨¢tiles¡ª, la inflaci¨®n subyacente se sit¨²a en el 0,7%, incapaz de despegar a pesar de toda la artiller¨ªa del BCE. Cada vez est¨¢ m¨¢s claro que la pol¨ªtica monetaria est¨¢ cerca de sus l¨ªmites: hace falta pol¨ªtica fiscal. Pero Berl¨ªn no est¨¢ por la labor.
El IPC en territorio negativo es un recordatorio de que el veneno de la crisis sigue activo. Se supone que las ca¨ªdas de precios ayudan a Europa a recuperar competitividad y las familias y las empresas mejoran su renta disponible. En la pr¨¢ctica, los mandarines del euro tiemblan cada vez m¨¢s: temen que el continente se meta en una trampa en la que caen los precios, caen los salarios y la econom¨ªa languidece ante una cr¨®nica falta de demanda. El bot¨®n de alarma salta cuando los agentes econ¨®micos empiezan a retrasar decisiones de consumo o inversi¨®n: ese fantasma, el de la deflaci¨®n, no ha aparecido a¨²n, pero empieza a merodear alrededor del euro y hace pensar en un nuevo movimiento del BCE en la reuni¨®n de la semana pr¨®xima.
La recuperaci¨®n europea sigue ah¨ª, pero acechada por multitud de riesgos: la crisis de los emergentes, el petr¨®leo, las dudas sobre la banca y la volatilidad de los mercados son solo los econ¨®micos. Por el flanco pol¨ªtico hay que sumar, al menos, la crisis migratoria y la posible salida del Reino Unido de la UE. Goldman Sachs cree todo eso cristalizar¨¢ en los pr¨®ximos meses en un ¡°sentimiento negativo del mercado¡±, sea lo que sea eso, dominado por el miedo a la deflaci¨®n y los riesgos geopol¨ªticos que afronta Europa.
Nadie esperaba una ca¨ªda tan abrupta de los precios en febrero, tras el alza del 0,3% en enero. Esa r¨¢pida reversi¨®n mete presi¨®n al BCE: se espera que el banco central haga una nueva incursi¨®n en los tipos de inter¨¦s negativos, y una ampliaci¨®n de las compras de bonos ¡ª60.000 millones mensuales¡ª e incluso del men¨² de activos que puede adquirir el BCE. La pelota est¨¢ en el tejado de Mario Draghi mientras Berl¨ªn sigue de perfil. Por en¨¦sima vez en esta crisis.
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